Isabel Sáez, directora de ’Chicas Prepago’: "mi intención es hacer de puente"

6 de abril de 2022.

Por Cecilia Barba Arteaga

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Con este nuevo corto, la directora pretende humanizar, romper el estereotipo y dar voz a una realidad


Madrid, 5 abr. 2022. AmecoPress.-Isabel Sáez es realizadora de cine y vídeo. Su actividad se centra en el cine documental, el reportaje para revistas online y los vídeos institucionales de campañas de concienciación. También trabaja como operadora de cámara y editora. A lo largo de su carrera y de forma visible en sus trabajos, la directora Isabel Sáez ha demostrado su compromiso con la causa feminista. En su anterior trabajo, "Zaruniak: locura, cuerpo y feminismos", Sáez trata de visibilizar la intersección entre la salud mental/sufrimiento psico-social y las vivencias de género, a través la realidad de nueve mujeres. Actualmente, se encuentra presentando su quinto y nuevo trabajo: ‘Chicas Prepago’. Se trata de un corto documental basado en entrevistas a dos trabajadoras sexuales que la directora realizó cuando investigaba sobre la erótica con perspectiva de género.

En el corto reflejas tu interés por la erótica y tu intención de revolucionar el porno feminista, esto te llevo a investigar sobre la erótica en Pamplona. ¿Qué te aportó ese trabajo de campo?

Cuando empecé con esta investigación sobre la erótica, estaba viviendo en Madrid y justo me mudaba a Navarra. La parte de mi investigación en ese momento estaba más enfocada hacia el erotismo, pero cuando me mudé a Pamplona esta ya había evolucionado: quería seguir investigando, enfocándome en mujeres que ejercían la prostitución.

Entre Madrid y Pamplona, la visión cambia un poco. Madrid es una ciudad grande, donde hay mucha variedad en general, también lo eran mis influencias del movimiento feminista: directoras como Erika Lust, el Pornoterrorismo de Diana J. Torres o Anne Sprinkle, las jornadas coordinadas por Pol Preciado en el Museo Reina Sofía sobre el postporno… Era un campo con una visión más artística, feminista y transfeminista, pero cuando empecé a anunciarme como fotógrafa erótica en Pamplona el campo al que llegaba era un campo totalmente diferente. Esto me aportó una apertura de mente, un choque hacia la idea posmoderna que quizá tenía. Lo que me encontré con mis anuncios en Internet, fue lo que en el fondo también buscaba. Me encontré con otro público, otro tipo de mujeres, otro perfil de personas, con el mundo de la prostitución y del trabajo sexual de una forma mucho más amplia y variada. Me abrió un espacio hacía un mundo con unos caminos y una cantidad de aristas súper complejas y complicadas.

¿Qué dificultades encontraste?

Yo me publicitaba en Internet y de forma muy explícita, decía que me podía desplazar, tenía varios anuncios en varias ciudades, decía que era fotografía erótica para mujeres, personas trans o identidades no binarias. Fui modificando el anuncio porque las personas que me llamaban eran hombres cisgénero con el objetivo de acceder a sexo gratis conmigo o trabajos de voyeur cuando claramente mi trabajo era como fotógrafa. Al final, en el último anuncio ya puse claramente que solo se atendía a mujeres.

¿Qué te lleva a recuperar la investigación que realizaste para llevar a cabo el corto?

Fue todo un proceso mismo. Empecé haciendo las fotos y sesiones de clientes que querían que les hiciese un reportaje fotográfico y eran en su mayoría trabajadoras sexuales. Cuando haces una sesión de fotos, ya sea de boda, de comunión o en este caso eróticas, acabas hablando con la otra persona, porque quieres la persona esté cómoda, haces que se que se sientan confianza y al final te acaba contando cosas de su vida. En ese momento me di cuenta, con mi ojo documentalista, de que ahí había unas historias que quería sacar a la luz.

En un momento dado seguí publicitando las sesiones, pero ya con la intención utilizarlo para conocer mujeres y a proponer hacerles una entrevista más formal con ellas. Poco a poco, fui quitando los anuncios, porque veía que me traían más quebraderos de cabeza que acceso a mujeres y empecé a contactar con asociaciones que trabajasen con mujeres en situación de prostitución.

Al principio del corto aparecen ciertos espacios de Pamplona, como por ejemplo hoteles, ¿tienen estas localizaciones alguna conexión con lo que se trata en el corto?

Tiene una conexión indirecta. No tengo conocimiento de que esos hoteles que aparecen se utilicen como tal, pero es una suposición tanto mía como del personaje que hace de mí. La intencionalidad era mostrar un poco todas las entrevistas que hice. En el corto aparecen solo dos entrevistas, pero en la realidad entrevisté a muchas mujeres diferentes entre sí, no solo por el tipo de persona si no también variada en sus contextos sociales y económicos. Esto me llevó a deducir otra cosa que también me comentaban en las entrevistas: el perfil de clientes también es muy variado y amplio.

Me parece importante sacar distintos puntos de la ciudad, porque normalmente cuando hablamos de este tema se suele pensar en barrios bajos, en clubes de carretera… el imaginario nos lleva a esos lugares o, en su contra, a espacios de mucho lujo. Al hacer ese recorrido por la ciudad quería poner el foco en la frase que además dice la actriz en ese momento y que es una frase real: “las mujeres de Pamplona fliparían si supieran los maridos que tienen en casa”. Con ese recorrido por la ciudad quiero decir que la prostitución está en todas las ramas de la sociedad.

¿Crees que la figura de la prostituta se suele estereotipar en la ficción? ¿Cómo crees que se puede superar esto?

Creo que es una figura que está bastante estereotipada, aunque como siempre tenemos distintos estereotipos. Por un lado, esta el estereotipo de la prostituta como una víctima, una persona sin agencia y que está atrapada en una situación. Por otro lado, se las representa como una persona muy extrovertida, alocada, que vive unas situaciones completamente al límite todo el rato. Físicamente despampanantes, de clase baja… Romper los estereotipos siempre es difícil, pero la manera de hacerlo es ofreciendo nuevas representaciones y propuestas de imaginarios que es lo que pretendo hacer en mi corto: dos mujeres, tal cual las conocí, mostrando las luces y sombras sin plantearlo como positivo o negativo. La clave de todo el estereotipo es mostrar a la persona como una sola cosa, pero las personas somos muchas más cosas. Puedes ser prostituta pero también puedes ser madre, ser hija, estudiante o lo que sea.

“Para mí lo que es peor es la calle, eso es otra cosa” dice una de las mujeres entrevistadas. En el corto muestras, a partir los testimonios de las trabajadoras sexuales, la gran diferencia que hay entre trabajar en la calle, en un club o en un piso. ¿Crees que esta ventana que ofreces puede aportar alguna perspectiva al debate actual que existe sobre la tercera locativa?

Para mí el corto está siendo un proceso que no tiene fin. Una vez terminado el corto, estoy juntándome con otras mujeres que ejercen la prostitución para ver qué opinan del corto, cómo lo sienten. Por ejemplo, he entrevistado posteriormente a mujeres que han trabajado o que trabajan en la calle y que lo ven completamente diferente a este personaje, porque ven que la calle les ofrecía un apoyo mutuo entre las mujeres, que un espacio cerrado no tienen.

En el caso de la mujer a la que yo entrevisté y que parece en el corto, creo que nos da una información bastante clave para enfocar la tercera locativa. Cuando estamos hablando de sancionar penalmente a las personas le alquilan un piso o un apartamento a una persona que ejerce la prostitución, puede ser que estemos haciendo lo contrario a lo que nos gustaría hacer, que es proteger a esas mujeres y facilitarles vías para que puedan tener otros trabajos. Según lo que me contaban estos personajes, estaríamos haciendo lo contrario, porque lo que les dan esos pisos es autonomía, un espacio de seguridad y el no tener que estar en un club. Creo que puede aportar esa información al debate.

¿Te ha condicionado de alguna forma, a la hora de realizar el corto, el creciente debate entorno a la prostitución o, en cambio, te ha dado más ganas de llevarlo a cabo?

La verdad es que me ha complicado. Me ha traído muchos quebraderos de cabeza. Es cierto que este debate ha estado siempre, pero que en los últimos años se ha intensificado. Realizar un cortometraje y una investigación de estas características conlleva muchos años, yo empecé con este proyecto hace unos siete, ocho años, cuando este debate tampoco estaba tan pendiente. Ahora que exhibo este trabajo, estamos en un momento del debate mucho más fuerte y radicalizado que cuando yo empecé con el proyecto, lo que hace que este teniendo un efecto que no era el que yo tenía pensado.

Me ha traído muchos quebraderos de cabeza, como digo, porque es un tema que quiero tratar con mucho cariño y cuidado. Esta siendo caminar por un alambre, con pies de plomo, teniendo mucho cuidado de no ofender a nadie y sin intención de radicalizar el debate. Mi intención es hacer de puente, yo siempre he trabajado el audiovisual como una herramienta-puente, donde se puede dar voz a quien no la tiene. Todos mis trabajos anteriores también ponen el foco en realidades invisibilizadas y en estereotipos. Es verdad que es un tema complejo, pero espero que sea recibido con la intencionalidad que tiene: dar voz a estas dos personas quienes no tendrían la oportunidad de hablar y contar su historia si no fuese por una tercera persona que ha querido hacer de altavoz.

Para terminar, el próximo 7 de abril presentas el corto en Madrid, pero ya hubo presentaciones en Pamplona-Iruña y Barcelona. ¿Qué acogida está teniendo el corto?

Estoy muy contenta de la acogida, está siendo bastante buena pese a todos estos miedos que te comentaba antes. En las presentaciones creo que se entiende la intencionalidad de humanizar, de romper el estereotipo y dar voz a una realidad. Creo que el público está entendiendo que no trato de decir que la realidad de estas dos mujeres es la realidad de todas aquellas en situación de prostitución, de trabajo sexual o de trata, temas como muy diferentes entre sí. Estoy contenta y satisfecha, sería interesante que ahora, después de estas tres propuestas de estreno que he lanzado, hubiera gente a quien le apeteciera poner el corto y que se use de herramienta de debate y de disfrute cinematográfico.

El próximo jueves, 7 de abril, se en Madrid ‘Chicas prepago’, que se proyectará en la Sala Embajadores. La proyección estará seguida de un coloquio en el que participarán la directora y la activista Laura Labiano, de la Asociación Genera.

Foto: archivo de AmecoPress.


Pie de foto: la directora Isabel Sáez; fotografías sacadas del corto "Chicas Prepago"; cartel de la presentación del corto en Madrid.


Cultura - Cine - Prostitución - Mujeres creadoras - Sexualidades - Feminismo - Cultura y Arte. 5 abr. 2022. AmecoPress.

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