“El feminismo de Podemos se ocupa más del suelo pegajoso que del techo de cristal”
Madrid, 22 abr. 2021. AmecoPress.- Beatriz Gimeno ocupa el octavo puesto en la candidatura de Unidas Podemos para la Comunidad de Madrid del 4 de mayo. Se decidió a hacerlo y dejar de ser directora del Instituto de las Mujeres –un cargo que ha ocupado algo más de un año- “porque me llamó Pablo” y porque, “aunque creo que lo estaba haciendo bien, a pesar de haber sido un año difícil por la pandemia y porque yo misma estuve muy enferma durante meses, mi perfil es más de activista que de gestora y echaba de menos la Asamblea”. Gimeno ya fue diputada en la Asamblea de Madrid en el equipo de Isa Serra. Es escritora, activista feminista y lesbiana, y fue presidenta de la FELGTB. Hablamos con ella tras el acto de presentación del programa de Unidas Podemos, en el que se ocupó de presentar las medidas relacionadas con la igualdad entre mujeres y hombres.
Cada vez más escuchamos expresiones como “un Gobierno feminista”, “un país feminista” y ahora también “un Madrid feminista”. ¿Qué significa en el terreno político priorizar el feminismo, hacer políticas feministas? ¿Cuáles serían las prioridades?
Para mí priorizar el feminismo, más allá de las medidas concretas que cualquier partido de izquierdas va a incluir en el programa -porque creo que coincidimos en la mayor parte de las medidas concretas-, significa hacer una lectura de todo el programa con una mirada feminista, saber que cualquier medida que está en el programa va a afectar de manera diferente a mujeres que a hombres y saber que las mujeres tienen reivindicaciones específicas en vivienda, respecto a los servicios públicos y en todos los aspectos. Implica también tener en cuenta que la calidad de los servicios públicos incide directamente en la vida las mujeres. Eso es hacer feminismo: releer las medidas que se toman con mirada de género y aplicar la perspectiva de género a cualquier política.
Unidas Podemos en su programa incluye propuestas que apuntan a una redistribución de tiempos y bienes materiales y defienden garantizar los cuidados por ley ya desde las elecciones nacionales, cuando proponían blindarlos en la Constitución. Usted ha dicho hoy que poner la vida de las personas en el centro no es una frase hueca. ¿Es posible hacer esto si no hay un cambio de sistema, si no se modifica el sistema de empleo, el concepto de economía o los roles de género?
En realidad, en la medida que estamos encargando al Estado, a las instituciones, o a la comunidad autónoma en este caso, que se ocupen de los cuidados, lo que queremos es socializar los cuidados, que sea un derecho subjetivo de las personas. El cuidado tiene que estar a nuestro entender dividido entre el cuidado que se pueda externalizar, que tiene que estar garantizado desde las instituciones, y el cuidado que no se puede externalizar y que hay que repartir entre las familias. Evidentemente hay que modificar los roles de género. Pero lo que hay que hacer es que ese cuidado esté garantizado para que las mujeres, independientemente de si viven con hombres y de si sus compañeros son machistas o no lo son, puedan vivir vidas plenas iguales que ellos.
Todo está relacionado y el feminismo es otro diseño de sociedad completa. Pero por algún sitio hay que empezar. Todos sabemos, por poner un ejemplo, que los estados de bienestar nórdicos eran países más feministas que otros países del sur o que otros países europeos, es decir, hay políticas más feministas y políticas menos feministas, lo cual no quiere decir que esos países fueran el paraíso feminista. Sí creo que la división sexual del trabajo es una de las patas del patriarcado y es una de las cosas que hay que modificar. Pero hay que atacar desde muchos frentes.
Violencia sexual: educación afectivo-sexual, centros de crisis en cada ciudad de más de 50.000 habitantes y protocolo contra la violencia sexual que establezca criterios homogéneos para toda la Comunidad de Madrid donde haya garantía de la custodia de la prueba en todos los hospitales públicos
Uno de los aspectos en los que se ha avanzado en los últimos años, gracias al movimiento feminista, es en la percepción social de la violencia sexual y ello también se ha traducido en políticas y medidas. ¿De qué manera incluyen la lucha contra la violencia sexual y por la libertad sexual de las mujeres en su programa a las elecciones autonómicas?
Yo creo que una cosa que siempre se nos olvida porque nos resulta más difícil y que termina pareciendo poco importante es introducir la educación afectivo sexual -o dale el nombre que quieras-. A veces hablamos de cambiar el código penal, a veces pareciera que queremos más penas o al menos otro tipo penas, pero hablamos de llegar al meollo que es una educación afectivo sexual en condiciones. Eso lo hemos incluido en el programa.
Y en cuanto a las cuestiones que tienen que ver con la violencia, queremos hacer efectivo el Pacto de Estado. La anterior directora general igualdad (de Ciudadanos) de la Comunidad de Madrid, ya cuando estaba cesada, dijo que ella no había visto un euro del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, por tanto, hay una resistencia por parte del PP para que el Pacto de Estado funcione y nosotras no solamente haremos cumplir y ejecutar las competencias del Pacto de Estado, sino que también proponemos incrementar en un 50% las cuantías que aporta los presupuestos del Estado. Queremos luchar contra la violencia sexual implementando los centros de crisis en cada ciudad de más de 50.000 habitantes, algo que no nos parece tan complicado de hacer y que resulta imprescindible para tratar adecuadamente a las mujeres sufren violencia sexual y queremos hacer un protocolo contra la violencia sexual que establezca criterios homogéneos para toda la Comunidad de Madrid donde haya garantía de la custodia de la prueba en todos los hospitales públicos.
Ha anunciado también la creación de una consejería de políticas feministas para que el feminismo sea interseccional. ¿Cómo trabajaría?
Quería decir transversal. Se trata de una consejería feminista que coordine y transversalice el feminismo en todas las políticas que se aprueben. En realidad, sería cumplir la ley de igualdad que obliga a que se introduzca la perspectiva de género en todas las leyes y todas las políticas públicas, pero es algo que nunca se termina haciendo y cuesta mucho incorporar.
Deme un argumento que defienda la necesidad de una ley de familias monomarentales.
La necesitan urgentemente. Éstas familias son familias muy vulnerables que requieren actuaciones específicas. Son familias que caen en la pobreza con muchísima facilidad y cuando éstas familias caen en la pobreza caen también los hijos y las hijas. Esta es una sociedad que está pensada para que las madres cuiden de los hijos e hijas y si estas madres están solas y no tienen con quien cuidar, la vida se convierte para ellas en una especie de infierno. Durante la pandemia muchas de ellas nos lo trasladaron, no podían ir al trabajar al desaparecer las escuelas infantiles y no poder disponer de los abuelos, muchas perdieron su trabajo. Hay que ver cómo arreglar estas situaciones, estas familias necesitan intervención pública.
Usted llevó ya la ratificación del convenio 189 de la OIT mediante una IPL a la Asamblea de Madrid y su primera reunión como directora del Instituto de las Mujeres fue con Sedoac. ¿Va a seguir peleando por la ratificación del convenio, aunque es una competencia estatal, y por los derechos de las trabajadoras de hogar? ¿Cómo?
La satisfacción que tengo es que el Ministerio de Trabajo con la presión del Ministerio de Igualdad sigue trabajando por la ratificación del Convenio 189 y eso es algo que está incluido en el pacto de Gobierno. Yolanda Díaz dijo hace poco que está en trámite la ratificación, lo cual es una alegría. Para mí el feminismo, el feminismo de Podemos, se ocupa más del suelo pegajoso que del techo de cristal. Creo que la mayoría de las mujeres están pegadas a una situación material de desigualdad que tiene que ver con los salarios, con la precariedad, con trabajos poco valorados, y creo que en España hemos tenido exceso de un feminismo que se ocupaba mucho del techo de cristal y de las mujeres en los consejos de administración, que no digo que no sea importante además de injusto, pero no es la preocupación central de las mujeres, creo que realmente el problema de la mayoría de las mujeres es la pobreza, el riesgo de pobreza, la falta de dinero para vivir dignamente.
Creo que hay que trabajar para abolir el trabajo de internas y que eso sea sustituido por un trabajo de cuidados garantizados desde las instituciones donde las mujeres hagan turnos de siete u ocho horas, como cualquier trabajador o trabajadora, y no trabajar en una casa 24 horas durante seis días a la semana.
Prostitución y autodeterminación de género
En su último acto como directora del Instituto de las Mujeres, junto a la ministra Irene Montero, presentaron el Cómic sobre la vida de Amelia Tiganus. Dijo que le hacía especial ilusión y se emocionó. ¿Por qué es tan importante para usted?
Soy muy amiga de Amelia, la quiero muchísimo, me parece una mujer admirable. Soy abolicionista y uno de los motores de mi feminismo es el abolicionismo de la prostitución. Me parece que estamos en un momento bueno en ese sentido, creo que hemos avanzado mucho en la cuarta ola feminista, creo que estamos viendo que el abolicionismo es mayoritario dentro del feminismo y se empieza a ver que se van a hacer políticas abolicionistas desde el Ministerio de Igualdad. Es mi tema y por tanto me emocionó que fuera el último acto como directora del Instituto de las Mujeres y además, era la presentación de un material que va ser importante introducir en los colegios, porque también me parece importante que no se puede hablar de abolicionismo si no nos fijamos mucho en cómo se construye la demanda, y se construye desde el colegio y desde los institutos y por tanto es ahí donde hay que desincentivar la demanda, que es una de las cosas que reclaman incluso desde el Consejo de Europa.
Durante el último año hemos visto que algunos debates en el seno del feminismo se han recrudecido a veces de forma preocupante, sobre todo en redes sociales. Una de las polémicas tiene que ver con el proyecto de ley trans que presentó Unidas Podemos y que está paralizada. No es mi intención entrar en el análisis de la ley ni entrar en esa polémica, que es compleja. Pero quiero hacerle una pregunta: ¿considera que la libre determinación de la identidad de género es una amenaza para las mujeres o para nuestros derechos?
No, no lo creo. Me parece completamente absurdo pensar que proteger los derechos de una minoría puede borrar a la mitad de la humanidad. A nosotras no nos borra nadie. Es un tema complejo y no quiero quitarle esa complejidad, con buena voluntad es posible hablar, encontrar puntos de vista comunes, y hablar de nuestros desacuerdos, se puede hablar de preocupaciones que son legítimas y se pueden explicar, pero la libre autodeterminación de género ya está reconocida en un montón de leyes autonómicas e incluso en medio de este debate también se ha aprobado una ley de autodeterminación de género en Canarias con todo el apoyo del Partido Socialista y creo que también se va aprobar otra en Castilla-La Mancha. Todas las leyes de autodeterminación de género han tenido el apoyo del Partido Socialista, por eso creo que, más allá y sin quitarle importancia a temas que creo que se pueden y se deben debatir, es un tema político también. El Partido Socialista es un partido que tradicionalmente ha estado a la vanguardia de la defensa de los derechos LGTB y sus diputados y diputadas no van a renunciar ahora a eso, más allá de que en las redes se esté expresando otra cosa.
Las redes sociales se han convertido en un terreno muy duro para las mujeres
La participación de las mujeres y también de mujeres feministas en política es cada vez mayor. ¿Podemos hablar de normalización? ¿Siguen sufriendo penalizaciones específicas por el hecho de ser mujeres?
Si, totalmente. Las penalizaciones se van adaptando al momento y en este caso, las redes sociales se han convertido en un terreno muy duro para las mujeres. No me pongo dramática, pero cuesta y cansa mucho recibir diariamente mensajes violentos a través de las redes, lo que podemos llamar violencia digital incluso violencia política, es terrible y la sufrimos nosotras. Es difícil convivir diariamente con mensajes en los que te insultan y te llaman de todo, te lanzan insultos sexuales gordos, amenazas a tus hijos, te acusan de ser mala madre, y todo eso constantemente. Eso es violencia política contra las mujeres expresada en las redes. Puedes aprender a ignorarlos, a bloquearlos, a silenciarlos, pero no es fácil y está claro que nosotras llevamos una mochila que no es la misma que la que llevan los hombres. Y no solamente en las redes, también salta algún tipo de prensa, con bulos y noticias falsas; luego la gente te reconoce por la calle y te insulta y eso es bastante perturbador. La ley catalana contra la violencia de género ha incluido la violencia digital y la violencia política contra las mujeres y nosotras queremos incluirla en la ley de la Comunidad de Madrid también porque nos parece importante empezar a combatirla.
En los actos en los que últimamente ha participado, en su etapa como directora del Instituto, no solo como candidata, ha advertido del peligro del crecimiento de la reacción patriarcal y del avance de la extrema derecha. ¿Tenemos que tener miedo las mujeres a la extrema derecha?
Claro que sí tenemos que tenerle miedo. A la extrema derecha las mujeres tenemos que tener mucho miedo. La extrema derecha actual parece aceptar el marco democrático en aquello que le pueda servir pero, dentro de este marco, algunas de las medidas que se puedan tomar, aparte de retroceso en los derechos laborales y aumento drástico de la desigualdad, también van a suponer un ataque a los derechos de las mujeres –el derecho al aborto, entre otros-. La derecha y la extrema derecha, en el fondo, buscan un mundo donde el mercado esté completamente desregulado, neoliberalismo puro y fascismo social, y esto significa que necesitan que las mujeres vuelvan a ocupar sus roles tradicionales.
Fotos: Archivo AmecoPress
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Política - Autonomías - Política y género - Políticas de igualdad. Madrid 22 abr. 2021. AmecoPress.-