Parinoush Saniee: "Lo que el régimen iraní intenta imponer a nuestras mujeres no es religión; tiene fines políticos"

Madrid, 10 oct. 22. AmecoPress/Yahoo.- Saniee vive en Estados Unidos desde 2017, por un exilio voluntario para poder tener una vida con ’comodidades’ una cuenta corriente y gestionar sus derechos de autor de sus obras. No es una autora querida por las autoridades de su país: ’Los que se van y los que se quedan’ no ha podido ser publicado en Irán y cuando regresa, cada cierto tiempo para visitas de uno o dos meses, suele tener problemas con las autoridades.
Alianza Editorial acaba de publicar ’Los que se van y los que se quedan’, una preciosa obra escrita en 2006 pero que parece más actual que nunca. La novela invita a reflexionar en cada página; ligera pero profunda, que nos acerca a un tema en vigor desde hace décadas: la división entre las familias iraníes por culpa de la política; los que viven en el exilio y los que no, los que se marcharon y los que se quedaron.
Dokhi, la narradora, es parte de una familia que lleva separada desde la revolución de 1979 y se reúnen en una casa de Turquía para pasar unos días de vacaciones. La matriarca de la familia lleva décadas sin ver a algunos de sus hijos, entre los que hay una profunda separación: los exiliados extrañan su tierra, pero los que siguen viviendo en Irán tienen envidia de las comodidades de los que viven fuera. Después de varios enfados, les ’obligará’ a que resuelvan sus rencillas de la única manera posible: hablando.
¿Cuánto hay de experiencia personal y cuánto de realidad en ’Los que se van y los que se quedan’?
El libro es mucho más que mi experiencia personal. Lo que podemos leer en este libro es una realidad social; centenares de miles de familiares han experimentado lo que ocurre en él.
Una de las partes más interesantes es el tramo final, cuando se relaja la tensión y parece que llega la esperanza. ¿Crees que podrá ocurrir así en la sociedad iraní?
Realmente ahora tengo más esperanza para que este mensaje optimista cale más en la sociedad. Este libro está escrito hace 16 años, cuando las posibilidades de comunicación entre la gente eran mucho menores, pero con las posibilidades que tenemos actualmente en la sociedad iraní, este mensaje esperanzador es mucho más grande.
Si pudieras sentarte con la familia de Dokhi en esa idílica casa turca, ¿habrías participado en sus conversaciones o habrías estado callada?
Si fuera en el momento en el que fue escrito, hace 16 años, hablaría como una persona que estaba viviendo en Irán y atacaría a los que están fuera. Estos, los exiliados, critican a los que están dentro, los que siguen viviendo en Irán, y les dicen que se merecen lo que tienen, ese gobierno tan reaccionario, porque no protestan, no se levantan. En aquel momento, yo defendía la postura de los iraníes: "Vosotros estáis fuera tan tranquilos y no sabéis que arriesgamos la vida para salir; no vamos a arriesgarla también para que vosotros volváis a Irán".
Pero si fuera ahora, sería diferente, porque los que están fuera ya no van a criticar de esa manera tan cruel, tan dura a los que están dentro. Y también los que están dentro no van a criticar a los exiliados porque estos ya tienen una indiferencia total a lo que está ocurriendo en Irán. Ahora sería un mensaje más conciliador que cualquier otra cosa.
¿Qué sientes cuando ves el telediario y ves las protestas contra la muerte de Masha Amini?
Orgullo, alegría, porque esto es lo que debería ocurrir para acabar con el régimen, pero a la vez preocupación por las vidas humanas que estamos perdiendo. Además, cuando veo el número de víctimas me pongo muy triste; hasta ahora hemos tenido muchas víctimas. Hace pocos días he salido de Irán: cuando iba por la calle no tenía mucho miedo, pero una noche me atacaron cuando estaba haciendo fotos de las protestas y sentí tanto miedo que me sorprendí. Es muy diferente estar en el mismo escenario y enfrentarse a ello que estar fuera.
Las mujeres enfrentan violencia y opresión estructural en Irán, y el asesinato de Masha Amini no es la primera tragedia de este tipo. ¿Por qué cree que este caso ha provocado tanta indignación en este momento en particular?
En efecto, antes de Masha ha habido muchos crímenes y mucho sufrimiento, había mucha ira acumulada. Pero el asesinato de Masha Amini ha sido la gota que ha colmado el vaso. Ha sido como la chispa de un barril de pólvora que ha hecho explotar todo.
¿Crees que lo que está pasando ahora en Irán es extrapolable a otros países o tiene una idiosincrasia particular?
Naturalmente, los acontecimientos que están pasando actualmente se adaptan a la cultura iraní y al sufrimiento de sus mujeres, pero seguro que va a crear una ola en otros países limítrofes con Irán al igual que la Primavera Árabe fue consecuencia de los movimientos verdes de aquellos años en mi país (2009-2011).
¿Qué les dirías a las personas que piensan que protestar contra el hiyab es un concepto occidental?
Todo el mundo sabe que el hiyab es algo impuesto sobre la mujer iraní, no coincide con nuestras tradiciones culturales. Tampoco tenemos muy claro que la religión imponga este hiyab. Lo que el régimen iraní intenta imponer a nuestras mujeres tiene fines políticos. Llevamos ya 43 años desde que este régimen llegó al poder; entonces creo que los países democráticos entienden por qué las mujeres se levantan contra esta regla religiosa.
¿Consideras que Occidente, los países democráticos, está demasiado cruzado de brazos ante la opresión de las mujeres musulmanas? ¿Hay mucha diferencia entre el apoyo que muestran las sociedades y lo que hacen los políticos?
Lo que veo es que la reacción de la población en los países occidentales o democráticos es muy, muy diferente y queda muy lejos de la actitud de los gobiernos. Las reacciones de estos se basan solo en sus intereses políticos y/o económicos, están muy lejos de los valores de derechos humanos. Lo que han hecho hasta ahora no es nada, solamente de vez en cuando hablan algo o condenan, pero eso no llega a ninguna parte. Por eso, quizá, debemos exigirles mucho más; si quieren estar al lado del pueblo iraní deben hacer mucho más.
De la represión… ¿se sale más fuerte o con miedo y sin ganas de hacer cosas?
Al principio de la represión siempre hay miedo. La gente se esconde pero otra vez necesita salir porque no se ha atendido a sus derechos. Entonces vuelve a haber una represión, más fuerte, pero la gente en esta ocasión piensa más, se organiza mejor, se prepara bien y sale otra vez. Así se llega a un punto en el que el Estado usa todos los medios de represión que tiene en su mano y entonces se pierden todos los medios y se enfrentan al aparato; entonces es cuando se consigue hacer caer un régimen.
Para una mujer iraní que ha vivido el régimen del Sha de Persia y el ultraconservador, ¿qué es la libertad?
Comparando la vida con el régimen anterior, entonces teníamos libertades sociales, pero nos faltaban libertades políticas; no teníamos derecho de expresar nuestros pensamientos ni podíamos hablar, por eso la gente salió contra el Sha. Pero ahora no tenemos libertad de ningún tipo. Por eso ahora seguimos deseando ser libres en todos los aspectos, tanto los sociales como los políticos. Espero que un día podamos tener todos.
¿Nos recomiendas una película o un libro para entender lo que está pasando en Irán?
Si una película o un libro reflejan la realidad de Irán, seguramente estará prohibido o censurado, por lo cual es difícil. Pero sí recomendaría ’La vida de los demás’, de Mohammad Rasoulof, que además está en la cárcel. Es maravillosa, así se puede entender lo que está sucediendo en Irán [la película ganó el Oso de oro en la Berlinale de 2020 y obtuvo la Mención Especial del Jurado en la SEMINCI del mismo año].
Photos credit: ©Eva Peñuela Py
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Internacional – Política y género – Violencia en conflicto armado – Violencia política de género – Mujeres del Mundo – Opinión. 10 oct. 22. AmecoPress.