Mujeres ante las crisis humanitarias
Madrid, 17 dic. 10. AmecoPress/Artemisa.- El informe del Estado de la Población Mundial publicado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) 2010 considera de qué manera los conflictos y las prolongadas emergencias humanitarias afectan a las mujeres y las niñas así como a los hombres y niños. A su vez muestra cómo numerosas mujeres y jóvenes superaron obstáculos aparentemente inexpugnables y reconstruyeron sus vidas bajo las bases de la paz y la renovación de sus sociedades.
En Puerto Príncipe, Haití, tras el terremoto del 12 de enero, Julien Miclide, de 18 años, tenía cinco meses de embarazo de Christy. Su esposo, un obrero de la construcción de 29 años murió bajo los escombros y terminó sepultado en una fosa común junto a muchas de las 230.000 víctimas fatales del sismo. Niña y madre quedaron desamparadas y hoy viven bajo una de las carpas del parque Colofo, a 25 minutos del centro de la capital haitiana. Al igual que el resto de los damnificados, viven de ayudas voluntarias en comida, atención sanitaria y servicios básicos, como el agua potable.
Cuenta Olga Benoit, Directora de la Organización de Solidaridad de Mujeres Haitianas, o SOFA que ’en las primeras 24 horas no teníamos nadie que nos ayudara, salvo nosotras mismas. No había ninguna planificación para casos de desastre; en los primeros días, la administración pública no existía’.
Ante catástrofes naturales o conflictos armados, como los de Bosnia-Herzegovina, Liberia y Timor Oriental, las mujeres son los grupos más vulnerables a sufrir no sólo ataques sexuales, sino la violación de derechos básicos, entre ellos el de la educación y el acceso a los servicios de salud.
Uno de los principales resultados del informe del 2010 , tiene que ver con un mayor interés de la comunidad internacional en apoyar más las operaciones de desarrollo de los países afectados, que en intervenir directamente con fuerzas de paz para restablecer el orden quebrantado por alguna situación especial provocada por la naturaleza o por una crisis política.
El documento no deja de repasar y analizar datos, pero por primera vez se concentró en historias de vida como las de las mujeres de Bosnia: ’Nadie podrá nunca determinar con certeza cuántas mujeres fueron objetos de malos tatos sexuales en Bosnia –las estimaciones, en su mayoría, llegan a decenas de miles- ni cuántos niños nacieron tras violaciones sexuales’. Esmija Kundo, una mujer, de Foca en Bosnia, cuenta que sus cuatro hijos resultaron traumatizados a raíz de la guerra, su hija abandonó la escuela después del tercer grado y nunca pudo regresar.
Al leer el informe es posible observar que las mujeres tienen más disposición a contribuir con la reconstrucción de un país cada vez que surgen diferentes conflictos que las convierte en lideresas –por su capacidad de acción en red y convocatoria- y forjadoras de la paz. Los países analizados son: Bosnia y Herzegovina, Liberia, Uganda y Timor-Leste. Además, se realizaron visitas y reportajes en el Territorio Palestino Ocupado; Jordania, país en el que se refugiaron muchos iraquíes escapando de la violencia y la extrema dislocación de la guerra; y Haití, país que ya estaba en dificultades antes del devastador terremoto del 12 de enero.
A lo largo del informe se puede leer acerca de las dificultades con que tropiezan estas mujeres, las maneras en que sus comunidades están superando tales dificultades y adquiriendo más resiliencia, y cómo fue que se involucraron en tareas de reconstrucción y renovación. Las personas presentadas en el documento no son especialistas en estadística ni en catástrofes sino campesinos que se ganan la vida cultivando la tierra o residentes urbanos que viven en ciudades destrozadas. A lo largo del documento se puede observar que muchos sobrevivientes de conflictos y desastres naturales trabajan ahora en sus comunidades para ayudar a sus conciudadanos a recuperarse y retomar sus vidas.
Guardar silencio
Otra voz que se suma a las experiencias de mujeres es la de Zeina Jadaan, Oficial Auxiliar de Protección en la Oficina del ACNUR en Jordania. Asegura que en la escuela el acoso de los niños iraquíes ha creado conciencia tanto entre los jordanos como entre los refugiados iraquíes acerca de la interpretación amplia de la violencia por motivos de género y los ataques por razones de nacionalidad.
Jadaan especifica que con frecuencia la sociedad y las propias víctimas guardan silencio sobre los malos tratos de tipo físico y/o psicológico y ’las mujeres a menudo piensan que ser golpeadas es algo normal’. En Timor-Leste, Filomena Belo, es luchadora por la independencia de Indonesia, que ahora dirige la Oficina de Planificación, Seguimiento y Evaluación en el despacho del Secretario de Estado para la Promoción de la Equidad cuenta que las tasas de abandono escolar son mayores en Timor-Leste debido a los matrimonios precoces, los embarazos en la adolescencia y el temor a ser objeto de malos tratos en el aula o en los edificios escolares, o al ir camino a la escuela o regresar de ésta.
Algo similar sucede Liberia y Uganda, ya que según las aldeanas, que ocupan una posición de autoridad local, los ámbitos escolares para las niñas son lamentablemente deficientes, no asisten a la escuela particularmente después de llegar a la pubertad, por razones tan simples como la falta de baños privados donde no se las moleste.
En un grupo comunitario denominado ’Clínica del Alma’ cerca de Monrovia, Liberia, Lucy Page, fundadora y Directora Ejecutiva del Programa de Potenciación Comunitaria construyó una escuela para los hijos de las mujeres que tenían puestos en un mercado local. Cuenta a lo largo del documento que junto a las aulas hay dos bloques de servicios sanitarios separados, femenino-masculino, con paredes de hormigón y con agua corriente. En las paredes se pueden leer advertencias contra el lenguaje sexualmente explícito o los malos tratos sexuales.
¿Tan desprotegidas?
La resolución 1325 de las Naciones Unidas , del 31 de octubre del 2000, es la primera que trata sobre la mujer, la paz y la seguridad. Dice el documento:’La resolución insta a todas las partes en conflicto armado a adoptar medidas especiales para proteger a las mujeres y a las niñas contra la violencia por motivo de género, en particular la violación sexual y otras formas de abuso’.
Los derechos de las mujeres son los más violentados donde hay conflicto o tragedias naturales y frente a esta situación de desamparo solo 20 de los 192 Estados miembros de las Naciones Unidas se han adscrito a un plan que busca protegerlas. Frente a ello, las autoridades del Fondo Mundial de Población (UNFPA) han querido recordar a los Estados miembros de la ONU la importancia de aprobar la medida.
Se supone que para mujeres como ellas fue pensada la resolución citada, con la cual se busca proteger a niñas y mujeres víctimas de crisis humanitarias tan graves como las causadas por el terremoto que golpeó a Haití.
Hasta el momento el único latinoamericano en ratificarla es Chile. También se destacan naciones avanzadas como Finlandia y Noruega, y otras mucho menos desarrolladas y además violentas, como Liberia y Uganda.
Foto: Artemisa Noticias
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Internacional – Situación social de las mujeres – Género y desarrollo – Derechos Humanos – Violencia en conflicto armado. 17 dic. 10. AmecoPress.