Entrevista

La belleza es “un mecanismo de dominación patriarcal que mantiene la desigualdad entre hombres y mujeres”

23 de diciembre de 2021.

Por Alina Rudel

Madrid | Sociedad | Situación social de las mujeres | Violencia de género | Salud y género | Libros



La socióloga especializada en feminismo, Esther Pineda, profundiza en el término ‘violencia estética’ como “una violencia psicológica que tiene consecuencias físicas en las mujeres producto de la imposición de un canon de belleza”


Madrid, 21 dic. 21. AmecoPress. – La violencia estética es otra forma de violencia que sufren las mujeres hacía sus propios cuerpos. Una discriminación invisibilizada a causa de la sociedad patriarcal e impuesta a través de los cánones de belleza y la sexualización femenina, consiguiendo que las mujeres presenten problemas de autoestima e, incluso, trastornos de conducta alimentaria con graves secuelas físicas y emocionales.

Para ahondar más en esta problemática hemos entrevistado a Esther Pineda, socióloga, Magíster Scientiarum en Estudios de la Mujer, Doctora y Postdoctora en Ciencias Sociales. Además, es autora de los libros: ‘Machismo y Vindicación: La mujer en el pensamiento sociofilosófico’ (2017), ‘Cultura femicida: El riesgo de ser mujer en América Latina’ (2019) y ‘Bellas para morir: Estereotipos de género y violencia estética contra la mujer’ (2021) publicados por Prometeo Libros.

¿Qué le motivo para escribir sobre la violencia estética en su libro ’Bellas para morir: Estereotipos de género y violencia estética contra la mujer’?

Las motivaciones que tuve para escribir este libro fueron personales y sociales. Personal porque yo como muchas mujeres viví la violencia estética en la infancia, la adolescencia y la adultez, por parte de compañeros en la primaria, la secundaria e incluso en la universidad. También, en el espacio público, por parte de parejas, médicos…etc., por lo tanto, es un ámbito sobre el cual siempre tuve mucho interés y muchas preguntas, ya que quería entender por qué viví tanta discriminación, hostilidad y rechazo por mi imagen. Por ello, decidí escribir ese libro que yo hubiese querido leer para entender por qué pasaba todo eso, que no era mi culpa ni había nada malo en mí sino que es un problema estructural. En cuanto a la motivación social, me preocupa ver como tantas niñas y mujeres pasan su vida sintiéndose mal con su imagen y odiando sus cuerpos, cuántas reciben acoso en las redes sociales por no responder a un estereotipo de belleza, cuántas se someten a procedimientos estéticos invasivos para satisfacer los deseos de sus parejas, evitar las críticas de las familias o porque se comparan con lo que ven en los medios y en las redes; pero, sobre todo, me llevó a escribir sobre esto el hecho de que muchas mujeres han quedado lesionadas o han muerto al realizarse algún tipo de procedimiento o cirugía estética, lo cual habla de la magnitud y la gravedad de esta problemática.

No era mi culpa ni había nada malo en mí sino que es un problema estructural

¿Cómo surgió el término ‘violencia estética’? ¿Por qué es tan difícil detectarla?

La categoría ’violencia estética’ la nombré por primera vez en un artículo de opinión en el año 2012 y la califiqué como una violencia psicológica que tiene consecuencias físicas en las mujeres producto de la imposición de un canon de belleza. Este concepto lo seguí trabajando y desarrollando en distintas publicaciones en los últimos años. En el libro la defino como las narrativas, representaciones y prácticas que ejercen presión y discriminación sobre las mujeres para obligarlas a satisfacer al canon de belleza, el cual se fundamenta en cuatro elementos fundamentales: el sexismo, el racismo, la gordofobia y la gerontofobia.

Por otro lado, es muy difícil de identificar porque está muy instalada en nuestros imaginarios sociales y en nuestra vida cotidiana, ya que las sociedades no solo aceptan sino que promueven el juzgamiento, la crítica y la burla contra quienes no entren en aquel molde.

Muy difícil de identificar porque está muy instalada en nuestros imaginarios sociales y en nuestra vida cotidiana


¿Por qué la belleza sigue siendo un atributo exclusivamente femenino?

La belleza sigue siendo considerada un atributo exclusivamente femenino porque es uno de los múltiples mecanismos de dominación patriarcal que mantienen la desigualdad entre hombres y mujeres; por ejemplo, que las mujeres estén preocupadas y ocupadas en su imagen apartándose de los espacios de poder y toma de decisión. Además, han sido convertidas en consumidoras de una industria cosmética, farmacéutica y quirúrgica multimillonaria que se mantiene en manos masculinas. Y, al mismo tiempo, han sido transformadas en objetos de consumo para satisfacer los imaginarios y fantasías que los hombres tienen sobre el cuerpo y la imagen de las mujeres.

¿En qué momento histórico comienza haber una imposición de un canon de belleza concreto?

Los primeros cánones de belleza de la humanidad es posible ubicarlos en la edad antigua: Egipto, Grecia y Roma donde se priorizó e instaló la idea de la belleza asociada a una figura matemática, es decir, armónica, proporcional y atlética. Sin embargo, el canon de belleza se convirtió en una exigencia principalmente femenina en el Renacimiento que fue ganando relevancia a través del arte pictórico y con la invención de la imprenta. Pero los cánones de belleza realmente lograron masificarse e instalarse en el imaginario colectivo en el siglo XX a través de su cotidianización en la industria cultural (cine, radio, televisión).

Actualmente, ¿qué cánones de belleza deben seguir las mujeres para ser consideradas bellas? ¿Cree que siguen predominando?

En la actualidad conviven dos cánones de belleza: una figura esbelta y con extrema delgadez que se mantiene en concursos de belleza y en la industria de la moda, y el canon de la pin up que se caracteriza por ser cuerpos hipersexualizados con curvas pronunciadas, grandes senos y glúteos. Además, en esta década, para ambos cánones se han popularizado las mejillas hundidas, los rostros alargados, las narices muy delgadas y los labios muy pronunciados. No obstante, los requisitos que se mantienen sin importar la época son: la blanquitud, la juventud y la delgadez.

Desde su punto de vista, ¿qué papel presentan las redes sociales con respecto a esta problemática? ¿Cree que favorecen a la representación de todas las mujeres o son cómplices de distorsionar la imagen real de las mujeres?

En las redes sociales se reproducen los mismos estereotipos de belleza que se han difundido durante décadas en los medios de comunicación tradicionales, incluso, estas han profundizado el bombardeo de los cánones de belleza por la masividad, inmediatez y simultaneidad con la que se producen los contenidos. Por lo tanto, no han favorecido la inclusión ni la diversidad estética, ya que los perfiles con más seguidores, más visitas, más likes siguen siendo aquellos que reproducen, promueven y monetizan los estereotipos de belleza hegemónicos. Esto genera comparación, imitación, ansiedad y depresión entre quienes consumen estas redes sociales, sobre todo, en adolescentes por no alcanzar el canon. Además, los algoritmos invisibilizan las cuentas y posts de personas racializadas y de la diversidad corporal, haciendo que tengan un menor alcance. Pese a ello, las redes están siendo utilizadas por mujeres afrodescendientes, indígenas y gordas para difundir otro mensaje que es cuestionar los estereotipos y cánones de belleza para promover la diversidad corporal, étnica y etaria, pero al final es una lucha desigual.

Las redes sociales reproducen los mismos estereotipos de belleza que se han difundido durante décadas

¿Por qué en nuestra sociedad hay una obsesión de alcanzar la eterna juventud?

Nuestras sociedades son gerontofóbicas, es decir, existe un profundo miedo, rechazo y maltrato hacia la vejez. Esto es porque se asocia la vejez a la enfermedad, a la muerte y a la fealdad; en contraposición, está la juventud que ha sido instalada en los imaginarios como sinónimo de salud, vida y belleza. Como consecuencia, lleva a las mujeres a buscar incansablemente la eterna juventud, lo cual ha sido capitalizado por una industria que vende libros con tips que prometen ayudar a vivir hasta los 100 años, cremas que prometen retrasar la aparición de las arrugas, procedimientos estéticos que dicen rejuvenecer 10 y hasta 20 años, y todo tipo de artificios que permitan mantener la ilusión de la juventud.

Existe un profundo miedo, rechazo y maltrato hacia la vejez

¿Considera que en la industria de la belleza ha empezado a haber una cierta diversidad racial?

Hay que reconocer que en los últimos 5 años se han venido dando pequeños cambios y se ha incrementado la diversidad étnico-racial en la industria de la belleza. Sin embargo, en muchos casos esta inclusión suele darse para aquellas personas de herencia afro o indígena que poseen características que responden más a la blanquitud: ojos claros, facciones más perfiladas, piel más clara y, por supuesto, que satisfagan la expectativa de la delgadez. Pero también, es importante tener en cuenta que esta inclusión se produce ante los señalamientos y denuncias por racismo y ausencia de diversidad étnico-racial en la industria; así como, por el afán de la industria para captar como consumidoras a las personas de estos grupos raciales, pero socialmente sigue sin cambiar la idea de lo que es bello y lo que no.

¿Qué consecuencias físicas y psíquicas presenta la violencia estética sobre las niñas?

Las niñas que experimentan la violencia estética crecen sintiéndose inseguras, incorrectas, inapropiadas, inadecuadas, imperfectas, feas e incomodas con su imagen y su cuerpo, y si no cuenta con apoyo, acompañamiento e información, esto las puede acompañar toda su vida. Algunas sentirán su valor como persona disminuido, otras experimentarán trastornos dismórficos corporales o alimenticios y otras se someterán a procedimientos estéticos para poder acercarse al canon de belleza e intentarán cambiar la forma en la que son percibidas por los demás y como se sienten con ellas mismas. Por su parte las niñas que sí responden al canon de belleza, que reciben mensajes positivos por su apariencia y corporalidad, crecen creyendo que la belleza es un indicador de valor social, que su valor como persona viene dado exclusivamente por la belleza, lo cual las presiona para satisfacer siempre el estereotipo de belleza porque de ello depende su aceptación, validación y afecto; esto también lleva a estas niñas y mujeres a la inseguridad, los trastornos dismórficos corporales o alimenticios y los procedimientos estéticos para intentar conservar esa belleza tan valorada.

¿Cómo educar a las generaciones más jóvenes a detectar estos discursos discriminatorios y excluyentes por parte de los medios de comunicación, el sector audiovisual, Internet…etc.?

Lo más importante es acompañar desde la familia, el ámbito educativo, los medios de comunicación y el activismo a las infancias y adolescentes en el consumo de productos culturales. Así mismo, recordarles continuamente que esto que se divulga en los medios de comunicación y en las redes sociales no es real, no es exacto, que está modificado y editado. También, es importante hacerles saber que no hay nada malo con su imagen y con sus cuerpos, como tampoco con el de otras personas, y sensibilizarles permanentemente sobre las consecuencias psicológicas y físicas que tiene la discriminación y el bullying.

Foto: archivo AmecoPress tomado de Esther Pineda.
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Pie de foto: 1) Portada del libro
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Sociedad – Libros – Situación social de las mujeres – Salud y género – Violencia de género. 21 dic. 21. AmecoPress

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