El clamor por la Sanidad pública inunda Madrid

Madrid. 14 nov. 22. AmecoPress.- La asistencia a la manifestación por la Sanidad Pública este domingo 13 de noviembre ha superado las previsiones de los colectivos convocantes y ha desbordado las calles de Madrid. Según la Delegación de Gobierno la asistencia fue de 200.000 personas, mientras que la organización asegura que fueron hasta 670.000 personas las que dedicaron la mañana del domingo a defender la Sanidad Pública.
Las últimas medidas adoptadas en el ámbito de sanidad en la Comunidad de Madrid, con el cierre de centros de salud de Atención Primaria y las urgencias extrahospitalarias, renombradas ahora como Puntos de Atención Continuada, (PAC), para su posterior apertura en precario con falta de personal, se han convertido en algunas de las motivaciones que han llevado a movimientos vecinales y sindicatos sectoriales a convocar esta manifestación con el lema: ‘Madrid se levanta por la sanidad pública. Contra el plan de destrucción de la atención primaria’.
Sin embargo, no hay que olvidar que estas últimas medidas están orientadas al desarrollo de un nuevo modelo sanitario, defendido por quienes llevan tiempo desmantelando la sanidad pública. Porque no es este un problema nuevo: las políticas de las últimas décadas en la Comunidad de Madrid han vaciado de recursos, humanos y económicos, la institución que debería ocuparse de velar por la salud de la ciudadanía. Una ciudadanía que este fin de semana ha tomado las calles.
Madrid es la segunda comunidad con menor ratio de médicos y médicas en atención primaria y la primera comunidad con menor personal de enfermería por paciente. Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad, con datos de 2021, en Madrid hay 4.579 equipos de atención primaria, es decir, una ratio de 0,68 facultativos por cada 1.000 habitantes. Solo las Islas Baleares tienen una tasa más baja (0,58), junto a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
Madrid es la segunda comunidad con menor gasto sanitario público por habitante (1.521,86 euros al año) y la que dedica un menor porcentaje del gasto en sanidad a la atención primaria. Lo que se explica también por el hecho de que sea la tercera comunidad que más dedica a conciertos con la sanidad privada.
Toda esta estructura no se ha generado de un día para otro, sino que responde a un proceso de años. La pandemia supuso una presión que puso al límite las costuras de un sistema de salud que se sostuvo por la labor de sus profesionales que recibieron nuestros aplausos desde los balcones cada tarde, pero que después de algún modo fueron olvidados y olvidadas. Muchas de ellas estaban en la manifestación que inundó el centro de Madrid el 13 de noviembre de 2022.
Desde antes de las 12 de la mañana las cuatro columnas que se dirigirían hacia Cibeles desde Nuevos Ministerios, Ópera, Hospital de la Princesa y Atocha estaban llenas de gente. Familias completas, médicas, médicos, enfermeras, celadores y pacientes. Pancartas, cánticos y mensajes. Desde el tradicional “sanidad pública” hasta “su libertad perjudica seriamente tu salud”, pasando por “Con Ayuso, hay abuso” o “Que se note a la hora de votar”. Tras la pancarta de cabecera, una caricatura de la presidenta de la Comunidad de Madrid.
“Unirnos para reivindicar lo que es nuestro”
“La sanidad pública es aún muy buena, a pesar del desprestigio que se hace de ella con el objetivo de asustar a la gente y convencerla de que se haga un seguro privado”, expone Montse, enfermera en uno de los hospitales públicos de referencia en Madrid.
Ernesto, médico en un ambulatorio en Fuenlabrada, asegura que “lo que se necesitan son recursos”. Y es que con la gestión del gobierno de Isabel Ayuso, los y las profesionales de la salud se sienten incapaces de llevar a cabo su trabajo en condiciones adecuadas. Especialmente en espacios tan importantes como son los ambulatorios, donde sanitarios y sanitarias que trabajan en contacto con la gente en los barrios establecen lazos con vecinos, vecinas, familias y comunidades, unos vínculos esenciales. “Hay que dedicar recursos y personal suficiente, con los refuerzos de plantilla necesarios y sin tanta temporalidad. Solo así es posible evitar saturaciones y colapsos en el servicio”.
Marta, profesora de 35 años acudió a la manifestación con su hija de 8 años. Hace poco tuvo que ir a urgencias en un hospital porque en su centro de salud no había pediatra. Cree que la movilización de este domingo y la huelga de urgencias, a las que se unirán médicos de primaria y pediatría la semana que viene, “tienen que servir para que las vecinas y vecinos nos demos cuenta de que tenemos que unirnos para reivindicar lo que es nuestro”.
Un vecino del barrio de Tetuán ha diseñado una original “vestimenta” para denunciar el cierre del centro de salud de Villamil. Junto a él, Rosa, vecina del barrio, recuerda que el tiempo para que te atiendan en el médico de familia es cada vez mayor: “el otro día traté de pedir cita y no había antes de dos semanas”, asegura, antes de recordar que “para especialidades las listas de espera pueden superar el año o incluso más”.
Las cuatro cabeceras llegan a Cibeles poco antes de las 13.30. Después de guardar un emotivo minuto de silencio en memoria de las personas mayores que murieron en las residencias durante la pandemia, la multitud gritaba “No son muertes, son asesinatos”. Cibeles se convirtió en una marea de pañuelos blancos.
Manifiesto
Tras diversas intervenciones, en el escenario de Cibeles, se leyó el manifiesto ’Madrid se levanta’. El texto, que sintetiza las principales reivindicaciones, carga contra “el plan de destrucción de la Atención Primaria impuesto desde el Gobierno regional”. “Se está atentando contra los derechos laborales de lxs trabajadorxs obligándoles a trabajar en condiciones de maltrato; se está atentando contra la seguridad de la ciudadanía, sin cubrir con médicos los centros de urgencia e intentando suplir la relación terapéutica con videollamadas, no sustituible bajo ningún concepto”.
Para ello exigen un aumento de la inversión en Atención Primaria hasta los estándares que reclaman las organizaciones internacionales, el “blindaje de la sanidad pública” con la derogación de las leyes que privatizan el servicio, el aumento de las plantillas y el fin de la “caza de brujas” contra quienes denuncian irregularidades.
“Queremos dejar a nuestros hijos y nietos el más valioso de los legados, que hemos recibido gracias al esfuerzo de nuestros mayores. Porque no solo estamos defendiendo el derecho a la Sanidad Pública, sino también el derecho a una sociedad más justa y democrática”, concluyó el manifiesto de la protesta.
Fotos: Archivo AmecoPress
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Autonomías - Salud - Manifestaciones. 14 nov. 22. AmecoPress