El 39,4% de las mujeres sufre alteraciones menstruales desde el inicio de la pandemia

Madrid, 11 ene. 22. AmecoPress. Las investigadoras de IDIAP JGol han realizado un estudio sobre equidad y salud menstrual en España, con el objetivo de estudiar las alteraciones menstruales de mujeres y personas de entre 18 y 55 años.
Para ello, entre abril y julio de 2021 se llevó a cabo una encuesta online en la que participaron más de 22.000 personas y se realizaron además 34 entrevistas en profundidad. Tras analizar los datos, los resultados concluyeron que un total de 6.871, sufría alteraciones menstruales desde el inicio de la pandemia.
En las personas no diagnosticadas con COVID19, pero con alteraciones menstruales existe una estrecha relación entre la situación laboral y económica y la salud menstrual, que afecta a jóvenes de entre 18 y 25 años, a personas en paro, con problemas económicos, que trabajan en el hogar de manera no remunerada o tienen una peor salud autopercibida y diagnósticos de endometriosis, miomas y síndrome de ovarios poliquísticos.
Alteraciones menstruales como consecuencia del COVID19
En el estudio se descubrió que el riesgo de sufrir alteraciones menstruales estaba asociado con el COVID19 persistente. En concreto, dos participantes de las entrevistas diagnosticadas con COVID19 persistente explicaron que desde los primeros síntomas ya habían padecido alteraciones menstruales y ambas comentaron tener ciclos menstruales más largos o irregulares, dolor menstrual intenso y sangrado abundante y con coágulos.
“Pensé, esto es un aborto, fue horrible. Un sangrado, un dolor, unos coágulos enormes de sangre, que de ahí cada mes ha sido más o menos igual (...) Cada menstruación dolorosa que te dejan en cama. Dolores muy, muy fuertes. A mí me recordaban a la adolescencia”. –Mujer, 34 años.
Por ello, las participantes con COVID19 persistente, afirman que es esencial poder consultar estas alteraciones a profesionales de la salud y que se atiendan adecuadamente. Según las encuestas el 5,1% de las participantes no pudo acceder a servicios sanitarios para consultar sobre estas alteraciones debido a que no había citas disponibles.
“Yo llamaba, llamaba y llamaba, era una odisea. Nadie lo cogía y después me saltaba el contestador. Al final tuve que buscar por mi cuenta, estaba muy preocupada. No quiero tener hijos. Usaba preservativos pero no estaba segura. (...) Si fuera por la mutua sería otra cosa (risa) La verdad que en la sanidad pública lo pase un poquito mal”. - Mujer, 37 años.
Una participante incluso resaltó el hecho de que algunos profesionales de la salud no daban importancia a las alteraciones menstruales que había experimentado desde que tuvo el Covid19, y tampoco podemos olvidarnos de los problemas económicos derivados de la pandemia que podrían significar por ejemplo tener que comprar productos menstruales de peor calidad. Esta es una de las formas que puede tomar la pobreza menstrual, que ya afecta desde el 20 al 40% de mujeres y personas que menstrúan a lo largo del ciclo vital en España.
Por eso, las investigadoras recomiendan incluir la perspectiva de género en la investigaciones y en las políticas y prácticas sociosanitarias y abordar la salud menstrual como signo vital de las mujeres y personas que menstrúan en la práctica asistencial.
Foto: archivo AmecoPress
Sociedad - Salud - Salud y género - Investigación y género. 11 ene. 22. AmecoPress