Aprobado en el primer Consejo de Ministros del año 2022

Análisis feminista del anteproyecto de Ley de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global

27 de enero de 2022.

Por Julia Cuesta del Hoyo

Madrid | Estado Español | Legislación y género | Género y desarrollo | Cooperación



Aunque la ley es un primer paso, es necesario seguir avanzando para poder hacer frente a retos globales y hacer realidad la Agenda 2030


Madrid, 25 ene. 22. AmecoPress.- El pasado 11 de enero el Consejo de ministros aprobaba el anteproyecto de Ley de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global, el cual pretende iniciar una actualización del sistema contemplando aspectos como la reforma de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), el nuevo estatuto de las personas cooperantes y un desarrollo reglamentario de la cooperación financiera y de la normativa de subvenciones.

Tras la aprobación de este anteproyecto, el debate que se propiciará en el Congreso en los próximos meses pretende concretar esta propuesta, así como garantizar que la cooperación sea una política de Estado que esté a la altura de los desafíos globales.

La ley vigente data de 1998 -lo cual la posiciona en un contexto muy diferente al actual y hace patente su necesidad de actualizarse- y esta nueva ley, que pretende ver la luz en 2022, coincidirá con el mayor incremento en una década en los presupuestos de cooperación: casi 400 millones de euros más en concepto de Ayuda Oficial al Desarrollo.

Aunque este es un buen punto de partida, desde la Federación de Planificación Familiar (SEDRA) señalan algunos aspectos que es necesario mejorar en el proyecto de ley. “Debe ser una ley realmente transformadora y eso pasa necesariamente por un enfoque feminista, ecologista y por la protección del espacio cívico”, afirma Filomena Ruggiero, responsable de incidencia política de la organización. Por esto mismo, asegura que la ley debe ser mas clara en cuanto a la necesidad de un cambio de paradigma de cara a enfrentar los retos globales.

Por su parte, desde la ONG Alianza por la Solidaridad hacen una valoración general de anteproyecto de ley “positiva”, principalmente por venir de una “década perdida” de la cooperación. Si bien, consideran que en términos generales pretende abarcar “mucho”, pero le falta concreción en muchos aspectos. Por ejemplo, es la primera vez que se fija por ley el 0,7%, pero sin tener clara la hoja de ruta para alcanzarlo (llegar al 0,7% en el horizonte 2030…).

Además, a pesar de que esta ley incluiría un enfoque feminista en algunos aspectos fundamentales -igualdad de genero como principio objetivo y prioridad de la Ley, mención a los derechos sexuales y reproductivo, etc.- desde Alianza por la Solidaridad consideran que se podría haber incidido más a la hora de incorporar esta perspectiva. “Si queremos hablar de cooperación feminista tal y como se refleja en la Estrategia de política exterior del Ministerio y en otros documentos estratégicos, esto conlleva transversalizar este enfoque de género o feminista en toda la propuesta y que lo empape todo. Es muy positivo que se incluya y se visibilice todo esto en la ley, pero quizás no se ha transversalizado en el resto de objetivos y prioridades”, asegura Carolina García.

Desde el movimiento feminista se reclama que esta ley es insuficiente, y que debe incluirse una mayor perspectiva de género que permita garantizar los derechos humanos de las mujeres. En esta línea SEDRA demanda propuestas centradas en “garantizar los derechos humanos de las mujeres en su diversidad, desde una perspectiva de equidad”. Algunas de estas propuestas son la interrupción de la cooperación con gobiernos que no respeten los derechos humanos; el apoyo a políticas púbicas que cuenten con perspectiva feminista o la activación de protocolos y medidas antirracistas, antixenófobos y antimisóginos.

Si bien, aseguran también que para asumir estas propuestas es necesario primero entender estos conflictos y desigualdades desde su raíz, viendo así su naturaleza estructural y entendiendo así tanto los modelos neoliberales y patriarcales en los que estamos insertos como sus sociedades capitalistas, misóginas, racistas y lgtbifóbicas. Para ello, según señala Filomena Ruggiero, es necesario “adoptar un pensamiento crítico feminista que va más allá del análisis de género y de la mirada binaria heteronormativa, que hace análisis interseccionales de la diversidad de categorías de opresión y promueve propuestas alternativas al modelo de sociedad existente.”

Foto: Archivo AmecoPress tomada de La Moncloa.

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Estado Español - Legislación y género - Cooperación - Género y desarrollo. 25 ene. 22. AmecoPress.

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