Abandono y violencia de género sistemática por los Estados de Colombia y la República Democrática del Congo

Madrid, 15 jun. 22. – El martes 14 de junio fue llevada a cabo la presentación “Mujeres y niñas en la guerra: Colombia y la República Democrática del Congo, que hacía parte del ciclo “Conflictos Armados y Escenarios de Tensión”, de La Casa Encendida. En la charla participaron Yvetter Mushigo, jurista y experta en Justicia de Género y Agenda Mujer, Paz y Seguridad, siendo Secretaria General de Synergie des Femmes pour la Paix et la Réconciliation (SPR) y Luz Estella Romero, abogada defensora de derechos humanos, ecofeminista e integrante de la Colectiva Mujeres Al Derecho (COLEMAD), con Blanca Diego como moderadora.
El evento se dio a manera de diálogo, donde ambas expertas hablaban no solo de la situación de las mujeres y niñas del país, sino también de sus propias experiencias personales y profesionales siendo activamente miembros de sus organizaciones. En primer lugar, Yvette Mushigo narró cómo llegó a Europa luego de tres días de vuelos nacionales e internacionales; esto para dar una idea a los asistentes de la precariedad de los viajes y de lo dispendioso que es salir de sus propios países.
Por otro lado, Luz Estella, oriunda de Barranquilla, enfatizó la razón de su asilo en España, luego de sufrir amenazas y un atentado contra su hijo. Ambas recalcaron que a pesar de las precariedades y los riesgos, les resulta difícil apartar el trabajo de su vida familiar. Aunque, como es el caso de la colombiana, a veces tiene que primar el amor propio y la seguridad de la familia.
Yvette explicó las precariedades para las mujeres y las niñas en materia de seguridad. Afirma que el Estado es “siempre el culpable de las desgracias sociales”, basándose en la premisa en la que muchos de los corregimientos en donde es papable el conflicto ni siquiera tienen vías de acceso. Por otro lado, puntualiza el desmesurado nivel de violaciones hacia mujeres en RDC. “Muchas mujeres prefieren salir a la calle con pantalón, así tienen más tiempo para defenderse en caso de que las vayan a violar”, afirma. La corrupción y la nula presencia institucional del Estado (tanto a nivel legislativo como de infraestructura) ocasionan que los índices de feminicidio y violencia de género hayan aumentado en los últimos años.
Luz Estella, por otra parte, abundó en la importancia de la implementación de los Acuerdos de Paz con las FARC, los cuales son los primeros con enfoque de género luego de arduas exigencias de las asociaciones de mujeres. Sin embargo, muchos de dichos acuerdos se han quedado únicamente en el papel. Como cofundadora de COLEMAD, explicó que la organización se basa en el asesoramiento a mujeres para la restitución de tierras luego de miles de conflictos con el Estado, quienes embargaban terrenos e imponían deudas exorbitantes extrajudicialmente. “Nuestra lucha es contra la corrupción del Estado”. Narró anécdotas de mujeres que perdían sus tierras en primera medida por el desplazamiento por grupos armados al margen de la ley y luego por los embargos del Estado. Muchos de esos terrenos ahora son propiedad de la nación y están en reventa. “Si bien es cierto que durante las guerras son los hombres los que más pierden la vida, las mujeres, las niñas y los niños son los más desplazados y ultrajados por los mismos entes gubernamentales”, explica Romero.
Ambas ponentes concuerdan que gran parte del problema radica en fundamentalmente em dos cosas: la primera es el censo, pues en el Congo, las mujeres aún no tienen ni siquiera un documento de identidad que las acredite como ciudadanas; mientras en Colombia, tampoco hay una certeza de cuántas mujeres han sido desplazadas porque no tienen las estadísticas de los censos actualizada. Y la segunda, que en los sitios de conflicto no hay nunca oficinas del Estado donde las mujeres puedan interponer denuncias; la presencia de las naciones no van más allá que unas pequeñas comisarías de policía.
“Al final, tenemos siempre que actuar como grupo, porque vivimos en una sociedad tan patriarcal que esa es la única manera de hacernos escuchar”
A pesar de que Colombia y la República Democrática del Congo son dos países geográficamente separados, con culturas y costumbres distintas, comparten varios aspectos en común: el olvido. Son dos naciones poderosas a nivel económico en sus regiones, pero la negligencia y la corrupción hace que las violaciones a los derechos humanos y las distintas violencias de género se multipliquen.
El evento termina con cada una de las invitadas explicando las posibles consecuencias de las elecciones en sus países. Por un lado, Luz Estella afirma que aunque la sociedad civil ha evolucionado a favor de la inclusión, es el Estado el que está obsoleto desde sus cimientos. “El cambio no lo puede hacer un solo presidente”, explica Romero. Y, en el Congo, Yvetter ve un panorama igual de desalentador, pues al estar las mujeres indocumentadas y con promesas procrastinadas de identificación, seguirá estando perpetuado en el poder el mismo grupo de políticos conservadores que han impedido la evolución de los asuntos de género.
Foto: archivo AmecoPress.
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Pie de foto: 1) COLEMAD; 2) Synergie des Femmes pour la Paix et la Réconciliation.
Internacional – Violencia de Género – Violencia en Conflicto Armado - Feminismo - Foro. 15 jun. 22. AmecoPress