“Las defensoras de derechos humanos somos criminalizadas y perseguidas en todo el mundo”
Madrid, 24 oct. 2019. AmecoPress.- Enrieth Martinez es estudiante de sociología, activista feminista e integrante del Comité Pro Liberación de Presas y Presos Políticos de Nicaragua. Se unió a las protestas estudiantiles desde el incendio de Indio Maíz y las reformas de la Seguridad Social, tomando un papel activo en la coordinación del movimiento estudiantil a través de la Coordinadora Universitaria por la Democracia y la Justicia, de la que es co-fundadora. Viajó a Europa, para participar en la Plataforma de Dublín de Front Line Defenders, que reunió a 120 defensores y defensoras de derechos humanos en riesgo de más de 80 países del 2 al 4 de octubre en Dublín. AmecoPress la entrevistó.
En el Encuentro han podido escuchar la experiencia de defensoras de todos los continentes. ¿Qué ha aprendido?
Escuchar la diversidad de las luchas y estrategias en los distintos países y continentes es muy interesante. Un punto común de toda esa diversidad es la criminalización y persecución de las personas que defienden los derechos humanos en todo el mundo. A partir de instrumentos legales, como “leyes antiterroristas” o normativas creadas para cuidar la seguridad, supuestamente, pero que son utilizadas para criminalizar el activismo. Esa persecución, las amenazas y la difamación se agudizan cuando esos países están atravesando crisis democráticas; ahí se produce un ataque a cualquier tipo de crítica.
Enrieth Martínez Palacios sabe de lo que habla. Se convirtió en una de las caras públicas de las protestas y representó a la Coalición Universitaria durante el fallido diálogo de 2018 entre la oposición social y el gobierno. En esos momentos, personas afines al Gobierno elaboraron un video con su fotografía y un audio falso donde supuestamente denuncia que los estudiantes universitarios que forman parte del Diálogo Nacional tienen un pacto con el partido MRS para permitir la unión civil entre personas del mismo sexo. En agosto de 2018, fue capturada con un grupo de estudiantes activistas en San Marcos, Carazo, a quienes se liberó después de ser interrogadas y registradas. Por eso, ella insiste en mantener un “perfil bajo”.
En Nicaragua desde el 18 de abril 2018 que se inició la crisis política y de derechos humanos, más de 700 personas, según datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), han sido detenidas arbitrariamente y sometidas a procesos penales por su participación en acciones de reivindicación democrática y su labor de defensa de derechos humanos.
Esa situación de crisis democrática es la que atraviesa Nicaragua.
Sí. El país vive una situación muy complicada. El año pasado se puso en marcha la mesa de Diálogo Nacional, pero ha sido muy intermitente. El Gobierno se ha levantado de la mesa en varias ocasiones y ha abandonado el diálogo. Eso ha generado mucha incertidumbre. Además, hay una persecución continua que ahora se está traduciendo en violencia, sobre todo sobre quienes están saliendo de la cárcel. Salen de la cárcel sin trabajo y sin posibilidades de rehacer su vida porque grupos paramilitares van a los puestos de trabajo, para que no los contraten, les intimidan en sus casas…
No hay diálogo. Hay varios intentos de consolidar la oposición de cara a tener una propuesta compartida y consensuada. La crisis nos encontró atomizados. Nos autoconvocamos en las calles, en las redes sociales y en los grupos de apoyo; nos dimos cuenta que queremos y debemos ser parte activa en la reconstrucción del país. Hemos participado activamente y nuestra agencia ha dado forma al levantamiento de un gran movimiento que se opone a Ortega, pero sabemos que el cambio que buscamos apenas comienza con su salida.
Usted es mujer y joven. Cuando una mujer joven se significa y lucha por sus derechos encuentra muchas resistencias. ¿Cómo le influye esa condición y cómo lo afronta?
Es complicado. Es algo que me ha llevado mucho a la reflexión y la autocrítica. El machismo se reproduce dentro de las organizaciones. Es una violencia interna que requiere una autocrítica en los movimientos de resistencia. Nuestras luchas a veces se ven postergadas. Y la transversalidad, la diversidad y la interseccionalidad de las violencias que vivimos no solo vienen del Estado, sino que se reproduce en los colectivos.
No habrá revolución sin mujeres. Una compañera mapuche insistía ayer en algo que me parece fundamental: la agenda y las luchas están conectadas, las violencias y las luchas son transversales.
Creo que nos haríamos un favor si nos damos cuenta que nadie tiene las respuestas fijas. Nadie es una figura construida para este momento histórico. Este es un proceso de construcción y reconstrucción de nosotros mismos, de lo que queremos, de lo que pensamos.
Hablando de conexiones y alianzas, en todo el mundo las jóvenes están dando un paso adelante frente a las injusticias, ante la cerrazón de futuro. En Europa se expresa en la lucha por el medioambiente, pero va más allá. ¿Cree que esos movimientos estudiantiles, aunque los contextos sean diversos, tienen conexión?, ¿hay una lucha generacional?
Creo que sí. También en el proyecto estudiantil en el que participo estamos viendo la importancia de los diálogos entre generaciones. Hay generaciones que han hecho aportes muy interesantes que a veces tienen mucho que sumar y de las que aprender. Necesitamos criticar, pero sobre todo necesitamos construir.
Enrieth Martínez cursa quinto año de Sociología, y a pesar de la masacre continua que vive Nicaragua, tiene esperanza. “Sí, hay esperanza para Nicaragua este año porque siento que nosotros seguimos trabajando por ello”, asegura la joven que se mueve generando propuestas desde el ámbito universitario, aunque con bajo perfil, “porque es más operativo”, y también con los presos y las presas políticas. “A veces no es fácil levantar la voz, pero siento que hay mucha gente, muchas redes que no son públicas, pero que hacen un trabajo increíble”, defiende. “Tengo esperanza”.
Foto: archivo AmecoPress, cedida por frontlinedefenders.org
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Internacional – Mujeres del mundo – Derechos humanos – Ecología – Feminicidio – Las jóvenes. 24 octubre. 19. AmecoPress