La sanidad madrileña está empobrecida
Más hospitales pero menor respuesta en la Sanidad Pública de la Comunidad de Madrid
Madrid, 15 ene (10). AmecoPress. Profesionales reubicados en nuevos hospitales, listas de espera que se alargan, salas de urgencias llenas y verdades a medias sobre la mejora de los servicios sanitarios de la Comunidad de Madrid. La sanidad pública sigue siendo calificada de “muy buena” por los propios trabajadores, pero la tendencia a la gestión privada se traduce en nuevos esfuerzos personales en este año 2010, para el que desde el gobierno de la Comunidad se han planteado unos presupuestos profundamente restrictivos.
Las cuentas no salen. La Comunidad de Madrid se ha ajustado notablemente el cinturón para sacar los presupuestos de 2010. Sólo aumentan sus presupuestos tres consejerías: Asuntos Sociales, Educación y Sanidad, esta última en un 1,74 por ciento. Insuficiente para mantener a flote un servicio sanitario que tiene que dar respuesta a una población creciente.
Desde la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid (ADSPM) denuncian que el presupuesto sanitario por habitante en esta comunidad es por segundo año consecutivo el más bajo de toda España, después de Baleares. 1.108 euros por persona, 235,4 menos que la media nacional, y 28 euros menos por madrileño y madrileña respecto al año pasado.
Para la asociación, a pesar de que Madrid tiene la mayor renta per cápita del país, la inversión en sanidad es claramente insuficiente para garantizar un servicio de calidad y, además, la tendencia privatizadora del gobierno del PP incrementa los gastos a la vez que sacrifica los servicios preexistentes. En su manifiesto describe así la situación: “Introducir el ánimo de lucro en la sanidad supone que la orientación sanitaria, la organización de los centros, su número de trabajadores, las condiciones de trabajo y, por tanto, la calidad de la atención que preste, quedan supeditadas a los niveles de rentabilidad económica definidos por unos gestores procedentes del mundo de las finanzas y los negocios”. Una perspectiva que deja en un segundo plano el objetivo de cubrir las necesidades de salud de la población.
Profesionales en activo
Seis nuevos hospitales han abierto sus puertas en la Comunidad de Madrid en los últimos años. Son empresas públicas de gestión privada: los médicos siguen siendo los de siempre, de hecho se les ha reubicado desde otros hospitales. Las materias no estrictamente sanitarias son las que se externalizan, cediéndose su gestión a empresas privadas.
La plantilla del Hospital Puerta de Hierro se trasladó tras su cierre al nuevo hospital de Majadahonda. En los demás nuevos hospitales ha ocurrido lo mismo, con una particularidad: los hospitales antiguos ceden profesionales, pero siguen funcionando con menos empleados, porque nadie llega para sustituirles.
Este año “iban a desaparecer entre 1200 y 1400 puestos de trabajo por las jubilaciones forzosas de médicos a los 65 años”, afirmó el doctor Javier González Médel en declaraciones a AmecoPress. En total, aunque dice que la estimación carece de datos precisos, este año se prevé una reducción del número de profesionales sanitarios activos en los centros públicos de la Comunidad de Madrid de entre 3000 y 4000, entre todas la categorías.
La Consejería de Sanidad de Madrid ya anunció que no se va a forzar a los médicos a retirarse llegada la edad de jubilación. Preguntados por esta agencia, desde dicha Consejería han afirmado que no se está reduciendo el número de trabajadores, pero como destaca el doctor González, todo depende de con que lente se mire. El principal problema de estas jubilaciones forzosas era que no estaba previsto volver a ocupar dichas plazas tras la baja definitiva de sus titulares. No es la única manera de reducir efectivos. “No se están renovando contratos, ni siquiera en los hospitales nuevos. La reducción de plantilla es importante y sutil, porque no se contabiliza al tratarse de contratos no renovados, no de plazas que desaparecen”, afirma González.
Listas de espera
“Toda la sanidad pública madrileña está basada en favorecer a los hospitales, cuando lo que hay que hacer es favorecer la atención primaria, porque está en la base de la pirámide. Se está invirtiendo esta pirámide”. Son palabras de un médico de familia que trabaja en un centro de salud de la Comunidad de Madrid y que ha preferido mantenerse en el anonimato. “El servicio público sanitario de Madrid es bueno, siempre ha sido bueno”, matiza. Y a continuación añade que el problema proviene de “Esperanza Aguirre y sus privatizaciones”.
Según el análisis de la ADSPM, los presupuestos de 2010 de Madrid destinan un 4,52 por ciento menos a la atención primaria que en el pasado ejercicio. Este servicio, sin embargo, es el primer escalón de la sanidad pública. Por ella tenemos que pasar todos antes de ser vistos por un especialista. Es en ese segundo escalón donde los madrileños y madrileñas se encuentran con las afamadas listas de espera. “Hasta nueve meses de espera, si necesita el diagnóstico de un neurólogo. Cuatro meses en el caso de una consulta ginecológica”, afirma este médico. “Cuando finalmente te ve el especialista, si decide que tiene que pedir una prueba diagnóstica, como una radiografía, para luego recoger ésta pueden volver a pasar meses”.
Este profesional lamenta las pérdidas económicas que al final se derivan de este procedimiento. No sólo se trata de la inestable salud del o de la paciente, sino que en ese periodo de espera “las bajas se alargan. Hay bajas de lumbalgia que se prolongan por un año porque es lo que tarda el especialista en ver al paciente y hacer diagnóstico”. Eso es un gasto generalizado y elevadísimo para la seguridad social, que podría evitarse con una gestión más ligera.
Como todos los entrevistados para este reportaje, coincide en que al abrir nuevos hospitales se reduce la plantilla de otros, y se aumenta la carga de trabajo. Contrario a la gestión sanitaria planteada por el gobierno de Esperanza Aguirre, cuenta: “El otro día visité a un paciente en el Hospital de Vallecas. Los accesos son malos. Para aparcar hay que pagar. Pero sí, cuenta con habitaciones individuales”, ironiza. “Gestión privada a tope”.
Camas disponibles
El informe Demografía médica, presentado por la Organización Médica Colegial (OMC), ya anunciaba en julio de 2009 que Madrid contaba con un 23 por ciento menos de camas hospitalarias que una década antes. El informe también destacaba por entonces que, a pesar del aumento en el número de médicos (de 10.250 a 14.201 en esos diez años) la parte que correspondía a cada ciudadano y ciudadana menguaba debido al rápido crecimiento demográfico. La Comunidad no está dando respuesta a las necesidades reales de su población.
En Madrid, el número de camas públicas y privadas es actualmente de 2,8 por cada 100.000 habitantes, un punto menos que hace 5 años. En España, la media está en 3,8, y la de la Unión Europea sube a 7,5. La organización Mundial de la Salud recomienda que se cuente con entre 8 y 10 camas disponibles para garantizar la seguridad.
Este descenso responde a una doble causa: por un lado, el rápido aumento de la población ya citado. Por el otro, la reducción efectiva del número de camas disponibles en los centros hospitalarios. El doctor González explica así este descenso: “Pese a haber abierto nuevos hospitales, se reducen camas funcionales. Esperanza Aguirre abre un hospital en un sitio y lo cierra en otro, esa es la treta. Así reducen el número de camas”.
La conclusión a la que llega este médico es razonable. “Ha bajado la calificación de riesgo de la Comunidad de Madrid. Antes disponíamos del máximo nivel de respuesta. Lo hemos perdido en los últimos meses”.
Bajas por enfermedad
A pesar de tratarse de un servicio público, las condiciones laborales en los centros de salud de Madrid dejan a veces mucho que desear. Elena Martín es enfermera en el Hospital de la Paz de Madrid. A menudo se ha visto forzada a trabajar en sus días libres para sustituir a un compañero o una compañera enferma. “Una baja no se cubre hasta pasados 21 días. Incluso en el caso de ser originadas en el lugar de trabajo, por accidente laboral, sólo se cubre pasados 15 días”. Un caso muy concreto es el de una baja prevista por maternidad. Aunque obviamente se conoce con antelación, no se cubrirá hasta pasados esos 21 días. “Los días los cubrimos los compañeros. Te quitan días libres, trabajas hasta seis días seguidos, acumulas turnos”.
“Te llaman a casa y te dicen que vengas a trabajar. Aunque tengas plaza fija lo haces por los compañeros, porque si no se quedan solos”. Aun así, no siempre es posible encontrar a una persona disponible a tiempo. “Una noche, una compañera se puso mala y se tuvo que ir a casa. Una sola enfermera se tuvo que hacer cargo de los 26 paciente que había en la planta”, lamenta esta enfermera. Es una profesión de enorme responsabilidad y la falta de medios puede generar situaciones de peligro y errores humanos como los que se han señalado en los medios de comunicación en los últimos meses. “Inevitablemente el riesgo crece”. Martín se muestra muy crítica con la tendencia restrictiva de la gestión sanitaria de la Comunidad de Madrid. “El servicio va bien gracias a la gente que trabaja, a los profesionales. La gestión es cada vez peor”.
Fotos: página web Comunidad de Madrid
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Pie de foto: 1) Hospital de Majadahonda; 2) Hospital de la Paz
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Autonomías - Salud; 15 enero (10), AmecoPress