Explotación sexual y trata de personas en internet
Madrid, 01 jul. 21. AmecoPress.- Durante el mes de junio se han ido sucediendo una serie de charlas dentro de la temática de “Ciclo de Conversaciones contra la Trata” que ha organizado Diaconía, en el marco del programa Desactiva la Trata. La última de las ponencias se ha centrado en la “Explotación sexual y trata de personas en internet”, en la que se plantearon temas como la repercusión de la trata de personas en internet, qué tendencias están ocurriendo a nivel global, o cuál es el rol de las organizaciones internacionales como Naciones Unidas contra estos delitos.
Para aclarar un poco todas estas problemáticas ha intervenido como ponente Gilberto Zuleta, abogado especializado en derechos humanos y democratización que lleva trabajando siete años en temas de trata de personas, migraciones y género para la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
Tal y como ha explicado el experto, “las dinámicas y el uso de las redes y el internet no son nuevas”, aunque “a partir de la pandemia todas nuestras dinámicas cambiaron y se volcaron en internet y las redes se convirtieron en algo más cotidiano”. Todo esto ha hecho que la comunicación entre personas sea cada vez más sencilla, aunque haya distancia entre ellas, pero también ha dejado en evidencia muchas brechas de desigualdad: “Con la virtualidad, las brechas, las desigualdades y los estereotipos se han agravado”.
Además, el mayor uso de las redes e internet también ha puesto a “las nuevas tecnologías al servicio de la trata de personas”: “Las redes de crímenes han aprovechado toda esa estructura de discriminación y de criminalidad”, argumenta Zuleta, añadiendo que “hemos visto un incremento del uso de las redes por parte de tratantes en la captación, en el proceso de promoción como tal de estos delitos, y en la explotación misma”.
Por su parte, Alejandra Acosta, técnica de sensibilización Desactiva la Trata de Diaconía, puntualiza también que “la trata de personas no es el oficio más viejo del mundo, sino que es el proxenetismo”, y éste se adapta a las circunstancias de cada zona y de cada tiempo para captar a las víctimas.
Según ha aclarado el abogado, hay diferentes maneras de captación, como por ejemplo “aquella dinámica de los tratantes que, como quien pesca, crean un anzuelo para atraer a su víctima, ya sea con ofertas laborales fraudulentas, relaciones románticas de pareja, o cualquier cosa que se publica para que exista una víctima que pueda caer en el anzuelo”.
“La segunda modalidad es la cacería, que lo que hace es perfilar, el tratante perfila a la víctima a través de lo que publicamos en nuestras redes sociales”, continúa Zuleta, concluyendo que “la tercera modalidad es la trata en la red, ya que internet les ofrece una mayor disponibilidad geográfica sin siquiera tener que moverse”.
De igual manera, es importante destacar que “la explotación sexual es la principal razón de explotación en el mundo, siendo las mujeres y las niñas las mayores víctimas”, por lo que “es una violencia de género soportada en patrones estructurales de violencia patriarcal hacia esa cosificación y el ejercicio de poder sobre el cuerpo”, ha esclarecido Zuleta.
Víctimas de explotación laboral o de tráfico de órganos
Aunque no haya datos ni estadísticas oficiales, porque es difícil hablar de la trata en diferentes espacios de internet y porque no en todos los países hay una conciencia por parte de las autoridades acerca de esta cibercriminalidad, el abogado ha confirmado que se ha “podido analizar con casos judiciales”, por lo que “debemos reconocer que existen otras formas distintas a la explotación sexual, como el tráfico de órganos”, algo muy poco habitual en España pero sí en otras partes del mundo.
De lo que sí se puede hablar es del aumento de casos de trabajos forzados en los últimos años, pasando de un 18% a un 38% según las últimas estadísticas. Tal y como explica el abogado de la ONU, esto puede deberse a una “mayor ocurrencia de este tipo de delitos en un mundo donde los últimos dos años ha habido mayor flujo migratorio, acompañado de una crisis social y económica, y el desempleo que todo eso ha traído”.
“El trabajo remunerado no es delito ni es una forma de explotación cuando se cumplen unas condiciones laborales, pero lo que sí puede ser que en el contexto migratorio actual se atente contra las vulnerabilidades y el trabajo doméstico se puede convertir en un escenario de trata de personas con fines de servidumbre doméstica”, ha aclarado Zuleta.
Añadido a todas las dificultades a las que se enfrentan quienes intentan parar estos tipos de cibercrímenes, también está el añadido de que es “un delito que lamentablemente está normalizado, la explotación de seres humanos está normalizada y esto hace que no se denuncie ni se condene”, argumenta el abogado, añadiendo que “la primera medida es combatir contra la discriminación y vulnerabilidad, luchar contra la trata y reconocer que existe un problema y hay que rechazarlo”. Porque no solo las mujeres o los migrantes están en peligro de ser víctimas, otros colectivos como el LGTBI también están en una situación de riesgo y de exclusión.
Foto: archivo AmecoPress / Pexels
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