Aumento del Salario Mínimo Interprofesional en clave de género
Madrid, 23 ene. 20. AmecoPress.- La Secretaria Confederal de Mujeres e Igualdad de Comisiones Obreras, Elena Blasco, celebra el acuerdo, fruto del diálogo social, suscrito ayer tarde por los agentes sociales y el Gobierno para aumentar el Salario Mínimo interprofesional (SMI) en este año 2020 a 950 euros, por el beneficio que supone para el conjunto de las personas trabajadoras, especialmente para las mujeres, que son mayoría entre quienes reciben los salarios más bajos.
Elena Blasco, secretaria confederal, señala: “Es un paso importante por la repercusión en el día a día de miles de mujeres trabajadoras, en su capacidad económica, fundamentalmente entre quienes están en peor situación laboral y entre quienes han sido más afectadas por la crisis y la devaluación salarial consiguiente. Hoy nos alegramos especialmente por las trabajadoras con contrato parcial y temporal, por las empleadas de hogar, por las trabajadoras del sector servicios y por quienes con este aumento tienen más fuerza para lograr el aumento a 1000 euros establecido como SM de convenio acordado en el IV AENC”.
En la tarde de ayer, se dio a conocer el acuerdo suscrito por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz; los responsables de las organizaciones empresariales CEOE, Antonio Garamendi, y CEPYME, Gerardo Cuerva, y los secretarios generales de CCOO, Unai Sordo, y de UGT, Pepe Álvarez, para la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de 900 a 950€ para este año, como primer paso para llegar al final de la legislatura a un SMI que se sitúe en el 60% del salario medio español, en cumplimiento de la Carta Social Europea.
Como ya analizó el Gabinete Económico Confederal de CCOO en su informe sobre la subida del SMI en 2019 , esta medida favorece al conjunto de las personas trabajadoras, pero de manera especial a quienes trabajan a tiempo parcial (el 74% son mujeres). Es una medida de impacto de género muy favorable ya que benéfica especialmente a las personas jóvenes, a las mujeres, a las empleadas de hogar, a quienes trabajan con contrato temporal y a quienes más sufren la rotación laboral.
Este aumento del SMI a 950 euros, en una primera estimación del Gabinete Económico Confederal de CCOO, va a beneficiar de manera directa a dos millones de personas trabajadoras. De ellas, 1,5 millones que trabajan a tiempo completo, de las que 6 de cada 10 son mujeres (57,6%), y 7 de cada 10 trabajan en el sector servicios (8 de cada 10 mujeres trabajan en este sector).
Si se analiza en clave de sexo-género, son las mujeres quienes reciben los salarios más bajos. Según la Encuesta anual de Estructura Salarial (EES) del 2017, última publicada, el 18,8% de las mujeres tuvo ingresos salariales menores o iguales que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 2017, frente al 7,8% de los hombres. Ellas, tres veces más. O dicho de otra manera, por cada 4 personas con ingresos iguales o menores del SMI, 3 son mujeres.
Por otra parte, de la proporción de personas trabajadoras con ganancia baja (asalariados/asalariadas cuya ganancia por hora está por debajo de los 2/3 de la ganancia mediana), que fue del 16,2% en 2017, el 63,9% eran mujeres: 7 de cada 10.
Si atendemos la brecha salarial, en 2017 la ganancia media para los hombres fue de 26.391,84 euros y para las mujeres de 20.607,85 euros (ellas, 5.783,99 euros menos). Según el INE, El salario medio anual femenino representó el 78,1% del masculino. Para CCOO, la ganancia anual media de las trabajadoras debe aumentar un 28% para equipararse con la de los trabajadores.
La secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de CCOO señala: “La menor retribución de las mujeres, consecuencia de la brecha salarial, de ser mayoría entre quienes reciben los salarios más bajos, de ser minoría entre quienes reciben prestaciones por desempleo (menor número de beneficiarias y con cuantías más bajas), de la brecha de pensiones (menor número y cuantías medias más bajas), de ser mayoría entre quienes reciben pensiones no contributivas (cuantías por debajo del umbral de la pobreza), tiene como resultado el empobrecimiento y la incidencia en la falta de autonomía personal”.
Elena Blasco Martín concluye: “Podemos afirmar que la pobreza laboral tiene rostro de mujer, y que ésta es una forma estructural de “violencia económica”, tal y como recoge el Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia doméstica, más conocido como Convenio de Estambul. Por eso son tan necesarias medidas económicas, como la subida del SMI, que impactan favorablemente en las mujeres que más lo necesitan”.
Foto: archivo AmecoPress, cedida por CCOO, de Txefe Betancort
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Opinión – Economía – Empleo y género – Política y género. 23 ene. 20. AmecoPress