Monitoreo del Derecho a la Vida en la Frontera Occidental Euroafricana 2021, de Caminando Fronteras

4404 personas perdieron la vida en 2021 tratando de llegar a nuestro país a través del mar

4 de enero de 2022.

Por Gloria López

Madrid | Estado Español | Mujeres migrantes | Derechos humanos | Informes



Es casi un 103 por ciento más que en 2020 y supone una media de 12 víctimas mortales diarias. El 94,80% de ellas desaparece en el mar sin que se hayan podido recuperar sus cuerpos


Madrid, 03 ene. 22. AmecoPress. 4404 personas murieron en 2021 tratando de llegar a nuestro país a través del mar. 628 eran mujeres y 205 niños y niñas. Es casi un 103 por ciento más que en 2020 y supone una media de 12 víctimas mortales diarias. El 94,80% de ellas desaparece en el mar sin que se hayan podido recuperar sus cuerpos. La gran mayoría de estas muertes (4016) se producen en la ruta canaria, consolidada como la más mortífera del mundo. Son personas provenientes de 21 países, sobre todo africanos, marroquíes, argelinos o senegaleses, pero también de Siria, Palestina, Irak, Bangladesh, Pakistán o Yemen.

Es el resumen del monitoreo de la frontera realizado durante el curso pasado por el colectivo Caminando Fronteras y que ha sido presentado hoy en rueda de prensa. Pero no solo se trata de una sistematización de cifras. El informe permite “visibilizar lo que está sucediendo en las fronteras, identificar a los responsables y, sobre todo, iniciar con las familias procesos de verdad, justicia y no repetición”, sostiene la coordinadora de Caminando Fronteras, Helena Maleno.

Los datos presentados hoy son fruto de un monitoreo exhaustivo desarrollado los 365 días del año por el Colectivo Caminando Fronteras. “Comunidades migrantes, servicios de rescate, redes de familiares y defensores de Derechos Humanos en terreno recogemos, contrastamos y sistematizamos una información necesaria”, explican desde el colectivo.

De las cuatro vías de acceso –ruta canaria, ruta de Alborán, ruta argelina y ruta del Estrecho– la canaria es la más mortífera, tal y como ha explicado María González, responsable del eje Derecho a la Vida. Según el informe, en esta ruta se han contabilizado hasta 4.016 víctimas en los 124 naufragios de los que Caminando fronteras ha tenido constancia y ha podido realizar seguimiento. No obstante, y a pesar de la reiterada dificultad en la ruta argelina para tener conocimiento de las embarcaciones –y las tragedias– que en ella suceden, se han podido contabilizar hasta 191 víctimas en 19 naufragios.

En los casos de la Ruta del Estrecho y la Ruta de Alborán, los datos no son menos preocupantes, con 102 y 95 víctimas respectivamente, en un total de 27 naufragios –17 en el Estrecho y 10 en Alborán–.

Las cifras de víctimas crecen de forma exponencial

Nunca se habían conocido datos como estos desde 1988, cuando apareció el cadáver de la primera víctima de las pateras. Desde Caminando Fronteras recuerdan que las 893 víctimas que se contabilizaron en 2019 ya se duplicaron el curso pasado, con 2170 muertes en 2020. En 2021, una vez más, los datos se vuelven a duplicar, alcanzando las 4404 víctimas. Estos datos, insiste Maleno, contrastan con los ofrecidos por el Ministerio de Interior, según los cuales desciende en más de 600 personas el número de entradas por vías marítimas. Caminando Fronteras asegura que no puede sino “admirar la pasividad de Estados, organismos internacionales y demás instituciones, frente a la crudeza sus vallas y sus necropolíticas”.

La defensora de derechos humanos ha explicado que el informe que hoy se ha presentado permite advertir los factores que provocan la muerte y desaparición de estas personas. Entre otros, ha destacado las rutas, cada vez más peligrosas y largas, las condiciones de las embarcaciones, la nula experiencia en navegación de las personas que se embarcan en estos tránsitos…A lo que se suman factores políticos que se observan en la falta de coordinación para la defensa de la vida entre los diferentes países: falta de medios de rescates, demora innecesaria en el tiempo de activación de búsqueda de las embarcaciones y la arbitrariedad en la decisión de activar estas ayudas a las personas que están en peligro en el mar.

La organización también ha visto “la negación de ayuda por parte de otras embarcaciones porque temen ser señalados y criminalizados por, solidariamente, defender la vida en el mar”.

Obtener datos sobre las muertes de las personas en movimiento es un proceso complejo ya que viajan por cauces irregulares donde no se reconocen sus derechos, favoreciendo incluso que los Estados puedan negar su existencia. Además, en la Frontera Occidental Euroafricana la gran mayoría de muertes se producen en el mar donde la mayoría de los cadáveres desaparecen y no queda constancia de las mismas. Por ello, detrás de estos números hay un ejercicio de respeto a la memoria de las víctimas frente a la ignominia de sus propios victimarios.

Fotos: archivo AmecoPress, de Caminando Fronteras — - Estado español – Mujeres migrantes – Informes – Derechos humanos. 03 ene. 22. AmecoPress.

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