Argentina: Parir como “Dios manda”
Buenos Aires, 25 ene. 12. AmecoPress/SEMlac.- Aunque con algunos avances, la hegemonía cultural ha sido por siempre impedir, ocultar y negar a las mujeres herramientas que perpetúan la subordinación de ellas en la sociedad. El único hecho que jamás se les negó ni discutió fue el de parir.
Parir como Dios manda, parir aunque no se quiera, parir aunque no se esté capacitada psíquicamente ni físicamente. Parir, cueste lo que cueste.
Este es el ideario instalado en la sociedad y es lo que prevaleció en los últimos días en Argentina, cuando se conoció la noticia de una niña de 11 años que fue violada y su madre solicitó la interrupción del embarazo que ya lleva más de 10 semanas.
El hecho ocurrió en Entre Ríos, provincia ubicada a 470 kilómetros de Capital Federal. Ni bien la situación se hizo pública, tanto la menor como su madre contaron con el apoyo de diversas organizaciones sociales.
La ley argentina manifiesta en su artículo 86 del Código Penal que se puede realizar la interrupción del embarazo en los siguientes casos: "si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y si este peligro no puede ser evitado por otros medios; si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente. En este caso, el consentimiento de su representante legal deberá ser requerido para el aborto".
Sin embargo, las dilaciones no tardaron en llegar. En el terreno de las demoras, se sabe, los actores son los mismos de siempre: iglesias, grupos conservadores, médicos, ministerios. La mecánica de estas demoras intencionadas son también las mismas: reuniones, discusiones, acuerdos, estrategias.
Desde la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito hubo un reclamo al inmediato cumplimiento de los derechos de la niña.
"El Estado debe garantizar los derechos de la niña de 11 años -en toda su extensión y sin dilaciones- y respetar la decisión de su madre, que solicita la interrupción del embarazo producto de un abuso. Además, deben seguirse los procesos judiciales correspondientes para sancionar al responsable del delito cometido contra la integridad sexual de la menor", exhortaba el comunicado de la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
En medio de la urgente situación de la menor, el ministro de Salud provincial, doctor Hugo Cettour, dejó a la luz su ignorancia y la incomprensión de los derechos, cuando dijo a la prensa que "el caso no entra dentro de las pautas legales en las que debe permitirse interrumpir el embarazo".
Añadió que "una vez que la niña tuvo su primera ovulación, tiene las condiciones físicas para sostener un embarazo. La naturaleza es sabia, habrá que tener cuidados al momento del parto y programar una cesárea".
En tanto, Mabel Bianco, presidenta de la Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM) e integrante del comité coordinador del Consorcio Nacional por los Derechos Reproductivos y Sexuales, replicó: "con este argumento desconoce el riesgo que implica ese embarazo en la menor e incluso una cesárea, que es lo que padecerá si no interrumpe el embarazo, también puede ser un riesgo para ella".
Bianco explicó que "en un médico (refiriéndose a Cettour) es más grave desconocer que a los 11 años aún no se ha completado la osificación y esta niña tiene serios riesgos de sufrir un problema óseo pélvico que la deje deformada e inclusive que la ponga en riesgo de vida".
Tanto el Código Penal, como el Protocolo para la atención integral de personas víctimas de violaciones sexuales y la Guía Técnica de Atención Integral de los Abortos No Punibles -recientemente establecidos por el Ministerio de Salud de la Nación- refiere clarísimos criterios para la intervención médica en casos de embarazos no punibles. Por lo tanto el caso no debió judicializarse.
Con el paso de las horas, los reclamos de integrantes del movimiento de mujeres y feministas se hicieron sentir por diversos medios. Sin embargo, luego se supo que la madre de la niña había retirado la denuncia y la petición de aborto no punible, decidiendo así que su hija continuara adelante con el embarazo producto de la violación.
Según fuentes cercanas, la madre de la menor fue "intimidada, presionada, manipulada" para tomar esta decisión.
Lo irrefutable es que, si bien hay algunos adelantos respecto a obtener una legislación sobre la legalización del aborto, la ley aún no está. Mientras tanto la espera continúa y se multiplican los atropellos a los derechos de las mujeres y las muertes por abortos inseguros.
A la vez, afortunadamente, se multiplican las voces que piden la legalización del aborto, pero por desgracia algunos silencios continúan perpetuando así una de las grandes deudas sociales de la democracia.
Y en esta sinrazón los que ganan son los de siempre: los que se nutren de la ilegalidad, porque el aborto clandestino es un nefasto negocio que mueve en Argentina más de 300.000 dólares anuales.
Finalmente, la realidad: una niña de 11 años quebrantada, interrumpida en su integridad, soportando los derechos negados y que manifestó: "Quiero volver a ser como antes".
Foto: Archivo AmecoPress
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Internacional – Salud reproductiva – Aborto – Legislación y género – Infancia. 25 ene. 12. AmecoPress.