‘Sobrevivir al parto, una cuestión de suerte’
Madrid, 28 octubre 2011, Medicus Mundi Andalucía / AmecoPress. En septiembre del año 2000, 189 países adoptaron la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas y avalaron un marco para el desarrollo. El plan, representó un hito en cuanto a cooperación internacional y consistía en que los países y los asociados para el desarrollo colaboraran para reducir la pobreza y el hambre, así como para combatir la mala salud, la desigualdad de género, la falta de educación, la falta de acceso al agua potable y la degradación del ambiente.
Se establecieron ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que debían cumplirse en 2015, y se seleccionaron varios indicadores para medir los adelantos logrados, varios de los cuales se relacionan directamente con la salud.
El Objetivo de Desarrollo del Milenio número 5, estipula que los países firmantes se comprometen a reducir la mortalidad materna en un 75 por ciento para el año 2015. Sin embargo, según el último informe de Naciones Unidas, en África subsahariana en general este objetivo está muy lejos de cumplirse: 1 de cada 13 mujeres mueren durante el embarazo o en el alumbramiento. La mortalidad materna ha bajado desde 1990, pero a un ritmo por debajo del 5,5 por ciento anual que se necesita para cumplir las metas de este ODM. De hecho, es el objetivo al que se han dedicado menos recursos financieros y en el que menos se ha avanzado a nivel global.
La posibilidad de las mujeres de sobrevivir al parto sigue siendo cuestión de suerte. Según la OMS, a pesar de que más mujeres reciben atención calificada durante el parto: la proporción de mujeres de países en desarrollo que pueden utilizar métodos anticonceptivos pasó de 50 por ciento en 1990 al 62 por ciento en 2005. En 2008, un 45 por ciento de los 1.4 millones de embarazadas seropositivas de países de ingresos bajos y medios, recibieron tratamiento antirretroviral para prevenir la transmisión a sus hijos.
No obstante, a pesar de estos datos en las regiones de África y del Asia Sudoriental, menos del 50 por ciento de los partos fueron asistidos por personal cualificado. Cada año, unos 210 millones de mujeres sufren complicaciones en el embarazo que amenazan su vida y les causan graves incapacidades, y medio millón adicional muere a causa del embarazo, parto o puerperio. 80 millones de mujeres tienen embarazos no intencionados de los que son interrumpidos 45 millones. Se estima que el 13 por ciento de todas las muertes maternales en el mundo son debidas a abortos inducidos. La mayoría de las personas con VIH en África subsahariana son mujeres de 15 a 24 años .
Mejorar la salud materna e infantil es considerado por expertos “el corazón de los Objetivos del Milenio”, pues de éstos dos objetivos depende alcanzar los restantes, ya que, la precaria salud de la madre, por ejemplo, suele llevar al empobrecimiento de la familia y su logro debe ir unido, puesto que, el propósito de ofrecer a la infancia un buen comienzo en la vida, debe iniciarse antes del alumbramiento con una atención adecuada a la salud de la mujer. Una alimentación deficiente y una salud precaria de la madre puede ser causa de que él o la bebé nazca con un peso inferior al normal, incrementando enormemente su riesgo de padecer retraso, malnutrición y muerte, y multiplica el riesgo para las mujere de morir por causa de complicaciones durante el embarazo o el parto.
Entre las causas de la elevada mortalidad materna existente en muchos países, además de la escasez y mala calidad de los servicios de salud, se encuentran otras causas muchas veces enraizadas en la tradición, costumbres y religión, la mayor parte de ellas relacionadas con la condición inferior de las mujeres en estos países que le impide tomar decisiones sobre su propia sexualidad y reproducción y sobre el acceso a los servicios de salud que necesita.
Además, a esto se añade la falta de recursos que es causa, a su vez, de anemia, desnutrición, trabajo excesivo, falta de tiempo y dificultades económicas para acceder a estos servicios y para poder costearlos. Los índices de mortalidad materna son un fiel reflejo de las desigualdades, siendo especialmente elevados entre las mujeres más pobres, con menor formación y que viven en áreas rurales.
Fotos archivo AmecoPress, cedidas por Medicus Mundi Andalucía.
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Sociedad – Salud – Salud y género - Salud reproductiva Situación social de las mujeres; 28 octubre (11); AmecoPress