En Egipto la violación de los derechos humanos de las mujeres no está superada
Madrid, 14 Oct. 11 El evento contó con la participación de Yara Sallam, directora del ‘Programa para Mujeres Defensoras de los Derechos Humanos’ de la ONG Nazra para los Estudios Feministas y quien ha participado activamente en el proceso de cambios que se vive en el país del norte de África desde finales del 2010. Le acompañaron; Eva Suárez-Llanos, directora adjunta de Amnistía Internacional y Marie Becher, responsable de incidencias de Brigadas Internacionales de Paz.
La situación de violación de derechos humanos en Egipto no está superada. Está claro que el proceso de cambios apenas comienza y demandará un gran esfuerzo por parte del pueblo de la nación árabe. El régimen de Hosni Mubarak no ha acabado con su salida del poder, “solo lo más visible ha sido derrocado, lo demás permanece, el país permanece bajo el control del ejército”, afirma Sallam. Se trata, pues, de cambiar modelos que arraigados, sobre los que además pesan las exigencias de las creencias religiosas y deslastrarse del poder del estamento militar.
Pero son las mujeres quienes han jugado un papel importante en un país donde la brutalidad militar, entre otras violaciones a los Derechos Humanos, era (o sigue siendo) el principal enemigo. Yara Sallam comenta, “nadie hubiera esperado que ese 25 de enero, día de fiesta nacional de la policía, fuese también el día del inicio de la revolución, yo me imaginaba que ese día vería las mismas caras de las dos o tres mujeres de la sociedad civil –muy activas- y cuál sería mi sorpresa, que cuando salí me encontré con muchísimas caras desconocidas de mujeres que habían roto con las normas sociales y sabían que podían estar allí mano a mano, en la calle con los hombres y que iban a tener una voz”.
“Las mujeres egipcias además han sido muy activas en lo que atañe a la consecución de reivindicaciones sindicales ha habido huelgas organizadas por las mujeres a través de las cuales se ha conseguido aumentos en los derechos económicos y sociales”, agregó Sallam.
Violencia sexual
Pero, siempre existe un pero… En Egipto sigue teniendo peso el aparato militar “por eso decía que todavía no hemos terminado con el régimen” comenta Salam. Muchas de las mujeres que han protestado en Egipto, desde hace ya algunos años, han sido víctimas de acoso sexual por parte de los militares y la policía sin que esto haya sido penado por la ley.
En meses recientes, en pleno 2011, “se han llevado a cabo una serie de pruebas de virginidad en las mujeres que participaron en las protestas de enero. Sigue ahí el uso de la violencia sexual contra las mujeres el argumento con el que se pretendió justificar esta práctica era una práctica rutinaria y normal cuando las mujeres entraba en instalaciones militares. Hay que destacar que quienes sufrieron este tipo de ‘revisiones’ no fueron las ‘caras conocidas’ de la revolución, no fueron mujeres pertenecientes a familias políticamente comprometidas, fueron aquellas sin ninguna experiencia en el activismo ni en la protesta pública. Esto se puede considerar un punto de inflexión en cuanto a cómo afronta el ejército la situación de las mujeres en la protesta. Antes se llegaba a decir que, en este contexto, ‘el ejército egipcio tiene las manos limpias’, después de estas pruebas forzosas solo una de las mujeres llegó a denunciar la práctica. El ejército egipcio logró que las mujeres volvieran a sus casas y dejaran de participar en las protestas” explicó la activista.
Cambiar costumbres
Se llevó a cabo una manifestación en la Plaza Tahrir en protesta a estas revisiones forzosas, durante la cual la policía dispersó a los manifestantes hombres y mujeres, los cuales sufrieron lesiones allí se puso de manifiesto la violencia de género en los argumentos de policías y militares hacia los manifestantes “decían cosas como: ‘una mujer como usted tendría que estar en casa, ¿qué hace usted en esta plaza?’ o por ejemplo una mujer embarazada que en su testimonio explicó que pedía que no se le hiciera daño dado su estado y que el soldado al cual le suplicaba le espetó que seguramente era prostituta y por lo tanto su embarazo no importaba. La violencia de género sigue existiendo” contó Sallam.
Tanto la activista como Eva Suárez Llanos, directora adjunta de Amnistía Internacional coincidieron en que las costumbres del pueblo egipcio tienen que cambiar para que se genere el anhelado cambio. “Es importante, es fundamental que toda la sociedad egipcia comprenda que las mujeres tienen un papel que desempeñar en la vida pública de Egipto y deben hacerlo como una socia más, en condiciones de igualdad. Esto será un proceso paulatino, que se tomará su tiempo, el régimen de Mubarak reinó durante muchísimo tiempo, se deben llevar a cabo las elecciones, vamos a ver qué tipo de violencia se va a ejercer en contra de las mujeres y qué tipo de reacción va a tener esta violencia”, acotó Sallam.
Fotos AmecoPress
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Pies de Foto: 1) Eva Suárez-Llanos, Marie Becher y Yara Sallam al centro de la mesa 2) Panorámica de la mesa de debates 3) Eva Suárez-Llanos durante su intervención 4) Yara Sallam;
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