República Dominicana: El miedo o la vergüenza acallan el acoso sexual

25 de agosto de 2011.

Por Mirta Rodríguez Calderón

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El delito se expande a las redes


Santo Domingo, 25 ago. 11. AmecoPress/SEMlac.- Entre los múltiples silencios que rodean la vida de las mujeres, que las minimizan y las ignoran, el acoso sexual puede ser considerado entre los más lacerantes y extendidos. En cualquier centro de trabajo, en cualquier universidad, en cualquier barrio, las anécdotas brotan a chorros solo con mencionar el tema.

Se podrá argüir que todas las formas de violencia contra la mujer y contra niños y niñas son de público conocimiento y que la inmensa mayoría de la gente no interviene por deformaciones culturales que arrancan en los modos en que han sido socializados unos y otras. Eso es verdad.

Pero el delito está ahí, la humillación está ahí y es un derecho humano de todas las personas sentirse seguras y amparadas por normativas que auspicien ese sentimiento de bienestar y respeto: normativas y leyes que se cumplan. Porque esa es la otra verdad: en algunos centros y países, existen leyes, pero no se cumplen.

En República Dominicana el artículo 48 del Código del Trabajo, acápite 9no. enuncia que está prohibido a los empleadores "Ejercer acciones contra el trabajador que puedan considerarse de acoso sexual, o apoyar o no intervenir en caso de que lo realicen sus representantes".

Por si fuere necesaria más claridad, hay disposiciones y acuerdos, protocolos y ratificación de convenios que dan el marco referencial. Porque el país cuenta con la Ley 582 del 25 de junio de 1982, que ratifica la Convención Sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW); la Ley 111/01 del 8 de junio del 2001, que dispone la ratificación del Protocolo Facultativo de la CEDAW; y la Ley 605 del 21 de junio de 1995, que ratifica la Convención Interamericana Para Prevenir, Sancionar, y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención de Belem do Pará), por solo citar algunas.

Pero no bastan. Situaciones y relatos como los siguientes son comunes. Una trabajadora de un taller de producción de plásticos contó: Todo empezó porque él me pasaba por detrás, me rozaba y me decía cosas. El era jefe. Si yo lo hubiera denunciado la que iba a perder era yo, como pasó: que perdí. A la larga, cedí.

Sabía que él tenía más de un hogar y que yo no podría mostrarme a su lado pero, mientras eso duró, él me daba trabajos menos duros en el taller, me pagaba mejor y hasta me ayudaba con la renta de la casa y los alimentos del mes. Cuando su mujer se le enfrentó entonces me canceló sin ninguna consideración. Y encontrar otro trabajo en estos tiempos se está haciendo bien difícil para mí. Por razones obvias se omite el nombre de la joven.

Esta otra muchacha a quien llamaremos Antonia, empleada de una empresa maquila de textiles, en Zona Franca, vivió una experiencia tanto o más humillante aún: Yo sentía náuseas pero él me obligaba. No podía negarme porque habría perdido el trabajo. Y lo peor es que él tenía una cicatriz en el pene que a mí me asqueaba. Pero era la manutención de mis hijitos la que estaba en juego y yo nada más tenía eso: el trabajo en la Zona.

Leidys Alcántara está a punto de ver frustrados los avances en su carrera de Ingeniería por culpa del profesor de Materiales y Corrosión y Tecnología Industrial, que la acosa y pretende que ella salga con él. La muchacha se niega y el hombre, que porta pistola visible al cinto, y alardea de sus buenas relaciones, le da calificaciones bien bajas a ella, a su prima y también a otros y otras estudiantes. Esto ha sido denunciado por la Federación Estudiantil de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

El viernes anterior los jóvenes y las jóvenes convocaron una conferencia de prensa para dar cuenta de otras amoralidades de ese maestro. Del acoso no pueden hablar porque "no hay pruebas", aunque apoyan con fuerza a Leidys y saben que la muchacha dice verdad. Omar Monegro, presidente de la Asociación de Ingeniería Química, dijo que, aunque saben de esas conductas, no pueden ir más lejos.

"Lo que más me choca es que hay mujeres que no denuncian. De nuestra parte, lo que hemos hecho, luego de la primeras denuncias formales de Leydi Alcántara y Lusmerlin Lantigua hemos modificado los estatutos para incluir un directivo encargado de asuntos femeninos, imitando los estatutos de otras asociaciones de estudiantes. Esta persona atendería los casos que se presenten y, de hecho, trataría de saber a qué se debe que no se denuncie a los acosadores".

Mientras, la jefa de las autoridades de esa Escuela, Elsa Acosta, profesora y directora de la carrera, varias veces alcanzada mediante su teléfono celular, se niega a responder a las solicitudes de esta Agencia, so pretexto de "estar reunida".

Su caso no es el único. El tema del acoso sexual crea escozores múltiples. Varias veces durante la indagación se interpusieron pretextos de distinta naturaleza, posposiciones de citas, o delegación de la posibilidad de opinar en otras personas por demás muy difíciles de encontrar.

El expulsado de Puerto Plata

Una provincia de la costa norte de Santo Domingo, Puerto Plata, a unos 350 kilómetros de la capital, fue escenario de la noticia: un profesor había sido expulsado de esa sede universitaria de la UASD por acosar sexualmente a una estudiante que tuvo la posibilidad y el coraje de grabar las groserías del hombre. De este modo, pudo probar el acoso. Porque es ahí donde radica el problema mayor una vez que la víctima se dispone a la denuncia: cómo probarlo.

Y eso es lo que subraya el vicerrector docente de la UASD Jorge Asjane. "Debo reconocer que si, siempre es muy laboriosa la tarea de probar estos hechos y de que sean sancionados los que faltan. La Universidad dispone de los organismos para canalizar estos casos, tanto en la sede, como en los centros regionales, como son los organismos de cogobierno.

"Las medidas preventivas incluyen las señales que hemos enviado de que se procesaran los que falten y que serán sancionados; además estamos ideando una campaña publicitaria que pudiera ayudar, de forma educativa, en la prevención de este grave problema".

De su parte, la profesora Virtudes de la Rosa, asistenta del vicerrector, aseguró que la figura principal de la Universidad estatal, Mateo Febrillet, ha dejado saber una y otra vez que en él no podrá ampararse nadie, porque será implacable con este delito.

No obstante, este abuso de poder prolifera y se repite. La profesora Danielle Murray, docente en la sede regional donde fue expulsado el profesor de Administración Hotelera, refirió que "en más de una ocasión han surgido comentarios y quejas de estudiantes del sexo femenino sobre acoso sexual por parte de profesores".

"Pero lamentablemente, cuando las he invitado a formalizar sus quejas ante la institución, no quieren hacerlo por temor a represalia. Es una pena que a nivel institucional local, las estudiantes no cuenten con alguna unidad de apoyo a través de la cual puedan canalizar sus quejas sobre acoso y sentirse protegidas", abundó.

El delito se expande a las redes

Hace apenas 10 días, circuló por las redes la indignación que a una joven lideresa dominicana, María del Mar Mella, le provocaron mensajes puestos en Twitter: 

 "Ayer fue un día fatal para la comunidad twittera, escribió ella. Dos temas (hashtags) llegaron a ser "trending topics", es decir, dos de los 10 temas más hablados a nivel mundial-

1. "razonesparagolpearatuesposa "Razones para golpear a tu esposa", iniciado en México.

2. reasonstobeatyourgirlfriend "Razones para golpear a tu novia", que comenzó en Estados Unidos.

Al final se promovió un enlace donde se podía reportar el incidente a Twitter, pero hasta el momento parece que no han hecho nada".

El fenómeno del acoso electrónico tiene ya tales arraigos en Internet que una experta, Dafne Sabnes Plou, coordinadora regional del Programa de Apoyo a las Redes de Mujeres de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones, le viene siguiendo la pista hace rato.

Gestantes también

En el mundo laboral el asunto alcanza unas dimensiones tales que ni las mujeres embarazadas se salvan de ello. Dos funcionarias del Ministerio del Trabajo, una en el área de género, Julia Méndez, y otra en la coordinación de las representaciones locales de ese Ministerio, María de la Cruz, aportaron numerosas experiencias. Pero el colmo del cinismo de lo narrado fue el caso de un jefe que acosó a su empleada gestante. Para "convencerla" alegó: "ya ahí no pinta más nada…."

"Yo creo -aseguró María- que esto no tiene más solución que el empoderamiento de la mujer. La seguridad empieza de adentro hacia afuera. Y yo percibo que esa actitud no se está dando".

Un blog dominicano bien contestatario, "Este país de mierda", destacó el martes 29 de julio que las mujeres aquí carecen de protección judicial frente a esta humillación.

El blog citó las palabras de Max Puig, quien ocupó la jefatura del Ministerio del Trabajo, según el cual "el acoso sexual está condenado por ley, pero no hay sanciones penales". Por esta razón, si una mujer es acosada sexualmente, cuando acude al tribunal, no hay un apoyo para establecer una sanción. Ante este vacío, Puig entiende que habrá que legislar para corregirlo.

El tema se convierte en sarampión apenas se rasca su superficie. Reclama mucho más.

Foto: Archivo AmecoPress

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Internacional – Violencia de género – Violencia sexual – Nuevas Tecnologías – Las Jóvenes. 25 ago. 11. AmecoPress.

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