Presentado el ‘Manifiesto por un Estado Laico’
Madrid, 16. Jun. 2011. AmecoPress. Este 15 de junio se reunieron, en el Ateneo de Madrid, personas expertas representantes de varias de las 21 organizaciones firmantes del ‘Manifiesto por un Estado Laico’ a fin de presentar el documento y compartir en sendas mesas de debates las motivaciones que llevaron a la redacción del texto. Defensa del principio de laicidad del Estado como garantía del derecho de libertad de conciencia; Educación pública laica; Ley de Libertad de conciencia, supresión de la financiación pública a las iglesias y la eliminación de los acuerdo suscritos por el Estado español con la Santa Sede, son los puntos sobre los que se fundamenta el ‘Manifiesto por un Estado Laico’ que fue expuesto por representantes de algunas de las organizaciones que lo firman, y dio lugar a dos mesas de debates en el Ateneo de Madrid, promovidas por la organización ateneísta Agora.
Entre las personas participantes de las mesas se encontraban Antonio Chazarra, de la Sección de Educación del Ateneo de Madrid; Julio Rogero de Acción Educativa; Luis Vega, presidente de la Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores; Evaristo Villar de Redes Cristianas y Dionisio Llamazares del Centro Unesco de la Comunidad de Madrid. Ambas mesas fueron moderadas, la primera por la presidenta de Agora, Carmen Serrano y la segunda por María Ángeles Siemens, integrante de la misma agrupación.
Laicismo y democracia dos caras de una misma moneda
Para Antonio Chazarra, la libertad de conciencia, relacionada con la libertad de expresión, es un principio que se puede realizar solo avanzando hacia la laicidad, tomando en cuenta que el Estado laico es el único que garantiza esa libertad de conciencia en el sistema democrático, por lo tanto, señala, “laicismo y democracia son el haz y el envés de una misma moneda”.
No obstante, señaló que el laicismo nunca ha estado reñido ni ha sido enemigo de las creencias religiosas, más bien tiende a respetarles por lo que considera necesario que se debe separar radicalmente de los asuntos que competen al Estado y el estado tiene que ser neutral.
Asimismo defendió la teoría de la creación de protocolos laicos para la asignación de cargos públicos, como una manera llevar a la práctica la llamada laicidad del Estado, ya que el cargo público supone un compromiso con el Estado y no con creencia religiosa alguna.
Chazarra llamó la atención sobre lo que para él puede ser una carencia del movimiento laico “las personas conscientemente laicas debemos realizar una autocrítica en cuanto a lo que nos falta y quizá nos falta sentido y constancia para llevar a cabo una auténtica pedagogía social, si no llevamos esa pedagogía social seremos minoritarios, tergiversados, incomprendidos como cuando a través de los obispos se habla de la laicidad peligrosa y corruptora de conciencias, pero es que hay muchos ciudadanos que desconocen el laicismo que está relacionado con aspectos de su vida que desconocen, si no hubiese existido el pensamiento laico, no hubiese sido posible la promulgación de leyes como la del matrimonio de personas del mismo sexo”, señaló.
“Sin laicismo no hay garantía de derechos, por lo tanto el objetivo del estado laico es irrenunciable…El laicismo tal como lo entendemos, desde una visión comprometida y democrática es el eje vertebrador de la ideología del futuro”, concluyó.
La escuela pública laica no existe
Julio Rogero, y la organización a la cual pertenece, defiende la renovación pedagógica desde la construcción de un modelo de escuela pública laica. Así, en su intervención, se detuvo en tres puntos; la escuela pública laica en el marco de la escuela actual; la escuela pública en el marco del modelo público que se defiende y cuáles –a su modo de ver- serían las vías más expeditas para avanzar hacia una escuela laica.
Para Rogero la escuela pública laica no existe ya que está “condicionada por los acuerdos con el Vaticano”, en este sentido, señaló seis aspectos que apoyan su tesis la financiación pública de las escuelas confesionales, la enseñanza religiosa confesional de los centros desde los tres años; el mantenimiento de cerca de 30 mil catequistas pagados con fondos públicos a las órdenes del obispo local; la posibilidad del asentamiento de lugares de culto en centros educativos; el mantenimiento de símbolos religiosos en las aulas escolares; la adaptación del currículo a ideales religiosos y la negación de la escuela laica.
Expresó, además, la necesidad de tomar acciones para el fomento de una educación laica en un Estado laico a fin de posibilitar la sociedad democrática que garantice una educación “igual para todos, gratuita, universal y de máxima calidad; una escuela fundamentada en la razón pero que tome en cuenta las emociones. Una escuela para que sea laica debe ser una escuela para la vida, la escuela laica debe ser científica y humanística”.
Estado laico: pilar de la libertad de conciencia
Luis Vega se basa en la Declaración Internacional de los Derechos Humanos como base fundamental para la Ley Orgánica de la Libertad de conciencia, siendo esta a su vez la base para la construcción del Estado laico. Es por ello que considera importante, dentro de ese Estado laico la eliminación de todas las formas de intolerancia y discriminación, así como el artículo que reza que toda persona tiene libertad de pensamiento, conciencia y religión.
“Estos aspectos también se expresan en la constitución española defendiendo expresamente a la religión católica”, expresó Vega. Para él España en la práctica no es un Estado aconfesional, en España no se eliminan los símbolos de una sola creencia en la educación y además la blasfemia está penada “el código penal castiga a aquel que blasfeme. No se puede igualar al resto de las creencias religiosas. Se pide pues separar lo privado que es una confesión de lo público. La ley de libertad de conciencia fue metida ya fue presentada y metida en un cajón en el momento de la primera visita del Papa Benedicto XVII, y seguirá en un cajón, sin embargo esta Ley es fundamental no solo para los laicos sino para la convivencia alrededor de las libertades individuales y colectivas de todos los ciudadanos”, recalcó Vega.
La Iglesia y las malas compañías
Evaristo Villar es corredactor del manifiesto y representante de redes católicas, se define como parte del grupo que es crítico hacia la iglesia, pero la “iglesia de los jerarcas” a pesar de que se puede creer que se juega su posición al desarrollar el tema, para él es inevitable ser reprochar situaciones como la financiación de la iglesia católica con fondos públicos.
Una de las cosas que más le llaman la atención es la vigencia del marcaje de la casilla de asignación para la iglesia católica en la declaración de impuestos. “En el ejercicio pasado se recaudaron por este concepto unos 252 millones de euros que no suponen en ningún caso un gesto de generosidad hacia la iglesia sino que se trata de la entrega de lo que se debe a hacienda a una institución, otro punto importante es el que respecta a la venida del papa en el que se manejan cifras escandalosas se habla de 50 millones de euros que van a ser invertidos en la visita papal, 25 por parte del Estado, en la figura de las autonomías que participarán y 25 millones que serán aportados por empresas multinacionales, escogidas minuciosamente, pues muy malas compañías para la iglesia”, dijo Villar.
Aludió a informaciones aparecidas en la prensa recientemente en donde se afirma que el gasto que implica la visita del Papa es el equivalente a los recortes en educación en la comunidad de Madrid. “Esto elude hacia un punto específico y es el de la financiación de la iglesia católica por parte del Estado. Se estima que el Estado destina al año 10 mil millones de euros a la iglesia”, manifestó.
A Villar esto lo lleva a preguntarse por un lado cuál es la posibilidad del Estado para hacer frente a esto y cuáles pueden ser las causas de este comportamiento anómalo que pone en cuarentena a la aconfesionalidad del Estado.
“A nadie se le escapa que no se ha hecho una transición religiosa a pesar de haberse producido en España una transición democrática por parte del sector jerárquico de la iglesia católica. La iglesia jerárquica se siente incómoda en una cultura democrática y eso por dos razones, por no asumir en su espacio interno el talante democrático dado el estilo de su organización y tampoco ha sabido asumir la pérdida de su hegemonía en la sociedad actual”, señaló Villar.
Fotos AmecoPress
Pies de Foto: 1) Luís Vega, Carmen Serrano, Antonio Chazarra, Julio Rogero; 2) Dionisio y Ángeles; 3) Luís Vega
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Sociedad – Educación - Movimiento feminista; 16 junio (11);