Perú: El auge económico no logra disminuir pobreza

Lima, 14 abr. 11. AmecoPress/SEMlac.- Disminuir la desnutrición infantil, mejorar el sistema educativo y mantener la calidad de las inversiones y el gasto público son tres desafíos que, a juicio del Banco Mundial, deben ser abordados conjuntamente por el Estado y la sociedad civil para que el crecimiento económico que ostenta el Perú beneficie efectivamente a sus 28 millones de habitantes.

En su informe "Perú en el umbral de una nueva era", presentado la primera semana de abril, la entidad reconoce que el país es uno de los que más ha crecido en la región durante la última década pero el que, paralelamente, presenta también altos niveles de desigualdad social.

El año pasado, Perú creció 8,8 de su PBI y su promedio ha sido de 3,8 en la última década.

Aunque el informe reconoce que en los últimos 10 años los índices de pobreza han disminuido, señala que ello ocurrió básicamente en zonas urbanas, mientras que en las rurales, aproximadamente el 66 por ciento sigue siendo pobre y, de ese porcentaje, un tercio vive en extrema pobreza.

Además, advierte que un alto porcentaje de los que lograron salir de la pobreza, están propensos a volver a caer en ella y que la brecha entre los más ricos y los más pobres se ha ampliado en vez de acortarse, lo que habla de una sociedad inequitativa y excluyente.

El Perú se halla en el puesto 13 del índice de Oportunidades Humanas, entre 17 países de la región. Este sistema mide la igualdad de oportunidades de acceso a servicios sociales que ofrece un país a su población. Ello quiere decir que si un niño nace en una situación de pobreza extrema, le será muy difícil salir de ese segmento y es probable que sea pobre toda su vida.

En cuanto a acceso a servicios de saneamiento, el Perú ocupa el puesto 23 entre 26 países latinoamericanos.

Si bien los ingresos de los más pobres han crecido, lo que explica la caída de la tasa de pobreza a nivel país, también es cierto que los ingresos de los niveles superiores (de la población) crecieron moderadamente más, señala el documento.

En esta situación, resulta imprescindible generar capital humano con mayores posibilidades de desarrollar sus capacidades y encontrar mejores empleos, vía factible de disminuir las brechas entre estratos sociales, sostiene el informe. También recomienda aumentar la inversión en infraestructura física (carreteras y acceso a mercados) de manera sostenida, para brindar más oportunidades a los sectores de menores ingresos.

Pero para que esto sea posible, subraya la investigación, se requiere un "Estado más efectivo y con mayor credibilidad", otra carencia identificada por el estudio.

"El Perú tiene la oportunidad histórica de consolidar su crecimiento y lograr que sus frutos beneficien a todos los peruanos", dijo en la presentación Felipe Jaramillo, actual director para América Central y el Caribe del Banco Mundial y ex director para la región andina.

Jaramillo pidió proceder con cautela en los actuales momentos de crecimiento económico, pues la experiencia latinoamericana alerta de los peligros de malgastar recursos en épocas de bonanza.

Recordó que el auge económico que vive el país ha sido potenciado por la elevación de los precios de las materias primas. "Pero hay que tener en cuenta que estos recursos son temporales y se requiere que sean ahorrados en parte y usados de manera gradual y efectiva", recomendó.

Según el Banco Central de Reserva, a fines de marzo, el monto de las reservas internacionales netas del Perú ascendía a 46,116 millones de dolares, una de las más prósperas de la región, lo que a juicio de analistas políticos, crea desconcierto en la población porque no siente que esa bonanza económica se traduzca en una mejor calidad de vida para las personas.

Jaramillo también criticó la fragmentación de las iniciativas sociales del estado, divididas en demasiados proyectos y programas "que reflejan la carencia de un sistema de planificación, lo que constituye una limitación para mejorar la inversión pública".

El informe exhorta a prestar mayor atención a las áreas rurales, especialmente del altiplano y la selva, donde se encuentran los mayores ’bolsas’ de pobreza del país, fortaleciendo los programas de asistencia social que ya existen en esas zonas, y buscando cerrar las brechas plenamente identificadas en nutrición y salud básica de calidad.

Según UNICEF, uno de cada cuatro niños peruanos menores de cinco años, presenta algún grado de desnutrición. El porcentaje casi se duplica en zonas rurales, donde la desnutrición crónica de dicho segmento de edad es de 45,70 por ciento. La tasa de anemia en menores de 36 meses es de 56,80 por ciento a nivel nacional.

En lo referente al mejoramiento del sistema educativo, el informe recomienda adoptar las medidas necesarias para desarrollar habilidades genéricas básicas que permitan el aprendizaje continuo. El Perú ocupa uno de los últimos lugares en las pruebas internacionales de medición de comprensión lectora: el 75 por ciento de los niños de cuarto grado no entiende lo que lee y el 65 por ciento no puede producir un texto escrito.

También señala que las familias pobres deben contar con información oportuna y relevante sobre el retorno que da el mercado a las diferentes carreras, garantizando una calidad mínima, y reforzar el programa de empleo Pro-Joven.

Esta iniciativa busca fortalecer un conjunto central de habilidades cognitivas, socio-emocionales y técnicas. Está dirigido fundamentalmente a mujeres y hombres jóvenes de bajos ingresos.

Un informe similar fue entregado en 2006 al entonces recién electo presidente Alan García. Esta nueva versión ha sido entregada a los equipos de gobierno de los 11 candidatos a la Presidencia de la República.

Foto: SEMlac

Internacional – Economía – Sociedad – Pobreza y género – Genero y Desarrollo – Globalización – Infancia. 14 abr. 11. AmecoPress.