¡Mujeres, agua y energía no son mercancías!

Brasilia, 12 abr. 11. AmecoPress.- El Encuentro Nacional de Mujeres Afectadas por Represas, realizado en Brasilia, de 4 al 7 de abril, contó con la participación de 500 mujeres afectadas por las represas, venidas de 16 estados de Brasil, terminó con una marcha de la Explanada Ministerios donde platearon cambios en la política energética y con una audiencia con la presidenta Dilma en el Palacio Presidencial. La reunión fue un nuevo hito en los 20 años de la organización nacional, representó un gran avance en las discusiones y propuesta del MAB en el tema de políticas para las mujeres y en lo que tiene que ver con fortalecer el reconocimiento del papel del Movimiento en la lucha contra las represas y por la defensa de los derechos de los afectados.

Al cierre del encuentro, el 7 de abril, las mujeres participaron de una marcha por la explana de los Ministerios para exigir cambios en la política energética y realizaron el lanzamiento de la Campaña Nacional contra el uso de los agrotóxicos. Además, las mujeres del MAB le entregaron a la Presidenta Dilma Rouseff un documento sobre la situación y realidad concreta que sufren quienes viven o trabajan cerca de las obras hidroeléctricas y pidieron reformas estructurales de carácter popular en la política de Brasil.

Carta Final del Encuentro Nacional de las Mujeres del MAB

Nosotras, mujeres afectadas por las Represas, trabajadoras del campo y de la ciudad, representantes de 16 estados brasileños y de tres países, Argentina, Paraguay y México, reunidas en Brasilia entre los días 04 a 07 de abril de 2011, en el Encuentro Nacional de las Mujeres - en lucha por derechos y por la construcción de un proyecto energético popular, con el objetivo de denunciar los impactos sociales y ambientales del actual modelo energético, discutir nuestros derechos y la necesidad de construcción de un nuevo proyecto energético popular, concluimos que:

Vivimos en un modelo de sociedad capitalista, imperialista y patriarcal, donde las empresas transnacionales controlan la economía, apropiándose de la naturaleza, de las tecnologías, de la fuerza de trabajo, de nuestros territorios, con un único objetivo, de acumular riquezas a las cuestas de la explotación de los trabajadores, en especial de las mujeres.

Este modelo de desarrollo fuerza la hegemonia de un patrón de vida, basado en el individualismo, en la competición, en el consumismo, donde todo se hace mercancía, inclusive el cuerpo de las mujeres. Este modelo es injusto e insustentável poniendo en riesgo la vida del planeta y de los seres humanos.

Este modelo patriarcal, basado en la opressão y en la violencia contra las mujeres, hace que nodos mujeres, tengamos una doble jornada de trabajo, donde los empleos destinados son los de más pequeño prestigio y remuneração, además de exigirnos un patrón de belleza basado en el consumismo y en la apariencia, violando nuestra auto estima.

Somos atrapadas por un modelo energético que viola los derechos humanos pues, la energía en la actual sociedad se dirige para la reproducción del capital, que la utiliza como forma de acelerar la productividad del trabajo de la clase trabajadora, con el objetivo de extraer y acumular el máximo de valor en las manos de los grandes grupos capitalistas, donde el estado es el organizador de esta forma de explotación, que planea, financia, ejecuta, crea las leyes y da la seguridad necesaria para favorecer los intereses del grande capital.

Por eso, denunciamos que en este modelo de sociedad y en el actual modelo energético, la violación de los derechos humanos de las poblaciones alcanzadas por la construcción de represas, afecta a la vida de las mujeres, donde:

• No hay el reconocimiento del trabajo doméstico y del campo.

• Por la pérdida del trabajo y de la renta; • Por la ausencia de las mujeres en los espacios de decisión.

• Por la no calificación de las mujeres del campo para el trabajo urbano.

• La forma autoritária y truculenta con que los funcionarios de las empresas tratan y discriminam las mujeres.

• Ausencia de servicios básicos que inviabilizan la movilización y la participación de las alcanzadas.

• Pérdida de los vínculos con la comunidad; • Pérdida y quiebra de los lazos familiares.

• Agravamento de la violencia sexual y de la prostitución.

Por eso proponemos:

Organizar a todas las trabajadoras, sobre todo, aquellas afectadas por lãs Represas y por grandes obras de infraestructura.

Seguir avanzando en los espacios de formación para que a través del estudio podamos comprender el actual modelo energético y construir las formas de combatirlo.

Estimular el protagonismo de las mujeres, creando las condiciones para su efectiva participación en todos los espacios de decisión política y del proceso de organización y lucha.

Construir la unidad de la clase trabajadora, a partir de la articulación con las demás organizaciones, especialmente con las categorías y organizaciones de mujeres, de los eletricitários, de los petroleros, de los trabajadores de la construcción civil, con la Vía Campesina, con la Asamblea Popular y con los demás pueblos de la América Latina.

Por fin, nos comprometemos cada vez más a hacer del Movimiento de las personas afectadas por las represas, una organización fuerte, con la participación de las mujeres como protagonistas, de los hombres, de los jóvenes y de los niños, fortaleciendo la unidad nacional, luchando por nuestros derechos y por la construcción de un proyecto energético popular.

¡Mujeres, agua y energía no son mercancías!

Foto: Archivo AmecoPress

Internacional – Comunicados - Mujeres del Mundo – Empleo y gênero – Movimiento Feminista. 12 abr. 11. AmecoPress.