La erradicación de la miseria y la corrupción y la mejora del gasto público como ejes de su presidencia

Dilma Rousseff: ‘Si, las mujeres pueden’

2 de noviembre de 2010.

Por Redacción AmecoPress

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Se suma a la ya larga lista de mujeres presidentas en América Latina


Madrid, 02 nov. 10. Redacción AmecoPress.- Dilma Rousseff es la primera presidenta electa de Brasil. Se impuso en la segunda vuelta del domingo 31 de octubre de 2010 frente al opositor José Serra. Economista, miembro del Partido de los Trabajadores (PT), en 2005 fue nombrada ministra de la Casa Civil de Brasil por el presidente Lula da Silva, convirtiéndose en la primera mujer en asumir el cargo. Asumirá el cargo como primera presidenta de su país el próximo mes de enero.

En enero del 2003, el presidente Lula da Silva nombró a Rousseff ministra de Energía, cargo de gran importancia que ocupó durante dos años hasta el 21 de junio del 2005, día en que fue nombrada ministra de la Casa Civil (un cargo equivalente a jefa de Gabinete), después de que su antecesor José Dirceu renunciara ante los medios de comunicación por acusaciones de corrupción.

La hija de un comunista búlgaro, la guerrillera marxista, la joven torturada por la dictadura militar, la mujer que salvó al gabinete de Lula cuando hacía agua en medio de un escándalo de corrupción, la técnica imperturbable cuyo paso nadie resiste, pero sobre todo la ahijada política de Lula da Silva, Dilma Rousseff, es la primera presidenta de Brasil.

Con 99.97 por ciento de los votos contados, Roussef se impone a su adversario, José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), con 55 millones 742 mil votos (56.05 por ciento). Serra obtiene 43 millones 705 mil (43.95 por ciento).

Con su cómoda ventaja, Rousseff se permite el lujo de tender la mano a sus adversarios, de ofrecer un respeto irrestricto a la libertad de prensa y a la libertad religiosa, en referencia a dos de los temas que sirvieron de metralla a sus oponentes durante la campaña.

En su primer discurso, pronunciado en Brasilia ante cientos de seguidores, Rousseff subraya el hecho de que su país tenga por vez primera una mujer en la presidencia y se compromete a trabajar para que ese hecho deje de ser “inédito en Brasil.

La igualdad de oportunidades es un principio esencial de la democracia, sostiene, en un discurso emocionado, para luego añadir que espera que “los padres y madres puedan mirar a la cara de sus hijas y decir, ‘sí, las mujeres pueden’”.

Reitera, que la erradicación de la miseria es su meta y pido el apoyo de todos para llegar a superar ese abismo para ser una nación desarrollada. La mejora del gasto público y la erradicación de la corrupción son otras de sus metas.

La emoción de este día se mezcla con la de la despedida de Lula, a cuya puerta tocaré cuando sea necesario, con la seguridad de que estará siempre abierta, dice Rousseff, con la voz quebrada y algunas lágrimas. Lula da Silva, muy activo en la campaña de su candidata, le cede el espacio en la fiesta. Se consiguió lo que se proponían: imponerse en los estados más importantes del país.

En el estado de Bahía, que se encuentra entre los cinco más grandes en número de electores, Rousseff se lleva casi 71 por ciento de los votos. En Rio de Janeiro, otro de los cinco más importantes, la candidata se impone con 60.5 por ciento. En Rio Grande do Sul, donde Dilma hizo gran parte de su carrera política, Serra le gana por apenas un punto. Con todo, los medios brasileños destacan que 52 por ciento de los electores serán gobernados, en el nivel estatal, por la oposición.

Lula, rodeado siempre de hombres, escogió a una mujer

En la noche de su triunfo, la única mala noticia para Dilma Rousseff es que el abstencionismo supera al registrado en la primera vuelta (18.2 por ciento). En este segundo turno, 29 millones de electores no acudieron a las urnas, pese a que el voto es obligatorio. La cifra iguala a la registrada en la elección de 1998, cuando Cardoso fue electo presidente.

Pero quizá ese dato quede en el olvido y cuando se recuerde esta elección se acuda a unas frases que el presidente Lula pronunció en el primer mitin de la segunda vuelta, cuando pidió a los asistentes hacerse la siguiente pregunta: ¿Por qué diablos ese Lula, con tantos hombres a su alrededor, tantos hombres cerca de él la vida entera, fue a escoger a una mujer para ser presidente de la República? Yo podría haber escogido un diputado, un senador, un gobernador ¿Por qué fui a escoger a Dilma? Hoy estoy convencido que mi decisión fue correcta. Las urnas, al menos, le dieron la razón.

El PSOE celebra la elección

La secretaria de Política Internacional y Cooperación del PSOE, Elena Valenciano, envía en nombre del Partido socialista su felicitación al Partido de los Trabajadores (PT) y a su presidenta Dilma Roussef, por su éxito electoral en los recientes comicios legislativos.

“La elección de Dilma Roussef marca un hito por ser la primera Presidenta de un país que ha devenido una potencia, un país estratégico en América y en la escena internacional”, destaca Valenciano.

“La victoria de Roussef supone la consolidación del proyecto de la izquierda, netamente democrática y plural en Brasil y pone de manifiesto que no era solo el proyecto personal de Lula da Silva”. A pesar de que algunos lo habían querido presentar de este modo, “con Dilma, ya le sobrevive”, afirma la dirigente socialista.

“Dilma Roussef se ha comprometido a la lucha contra la miseria, la defensa de la libertad y la mejora de la democracia”, afirma Valenciano. Quien también ha destacado que a pesar, de una campaña muy dura contra ella, “el Partido de los Trabajadores y Dilma Roussef han vencido a todas las fuerzas conservadoras”.

Liderazgo femenino en América Latina

Cuando Dilma Rousseff asuma la presidencia de Brasil el próximo 1º de enero, engrosará la lista de mujeres que han llevado las riendas de algunos países latinoamericanos.

Y es que la brasileña no es la primera mujer en la región que conquista en las urnas el veneplacito de sus ciudadanos. Algunas llegaron a la arena política tras la muerte de sus esposos, otras desarrollaron sus carreras en las filas de movimientos sociales y políticos.

Laura Chinchilla tomó posesión de la presidencia de Costa Rica en mayo de 2010, tras una contundente victoria en febrero. Componente de una familia que no es ajena a la arena política, forma parte de las filas del centrista Partido de Liberación Nacional.

Antes de asumir la presidencia, Chinchilla ocupó varios puestos gubernamentales, entre ellos la vicepresidencia durante el gobierno de Oscar Arias.

Chinchilla es calificada como una "conservadora social", se opone al matrimonio gay y al aborto y prometió continuar con las políticas de libre mercado del ex presidente Arias y con suscribir más tratados de libre comercio.

Cristina Fernández, quien sucedió a su esposo Néstor Kirchner, obtuvo el triunfo en la primera ronda de las elecciones presidenciales de octubre de 2007. Los dos trabajaron muy de cerca y fueron llamados "los Clinton del sur".

Fernández cuenta con una larga carrera política que data de finales de los años ochenta. Fue senadora por la provincia de Santa Cruz y por la de Buenos Aires. Estudió leyes en la universidad y es conocida por su trabajo en defensa de los derechos humanos y de las mujeres.

Michelle Bachelet, candidata del Partido Socialista, asumió la presidencia de Chile en marzo de 2006. Previamente, había sido ministra de Defensa, cargo que nunca antes en América Latina había sido ocupado por una mujer, y ministra de Salud.

En la década de los años setenta -a inicios del mandato de Augusto Pinochet- su padre fue hecho prisionero tras ser acusado de traición. Bachelet y su madre también fueron detenidas y torturadas. Las dos salieron exiliadas.

Como ministra de Salud, Bachelet causó revuelo entre los católicos de su país al permitir la distribución gratuita de la pastilla del día después para víctimas de abusos sexuales.

Dejó el poder en marzo de 2010 con una popularidad de más del 80% y actualmente es la directora de agencia dedicada a los temas de género de la Organización de las Naciones Unidas.

En Panamá, Mireya Moscoso ganó las elecciones presidenciales en mayo de 1999 y, un año después, estuvo a cargo de la entrega, por parte de Estados Unidos, del Canal de Panamá a su país.

De orígenes humildes, estudió diseño de interiores y prometió reducir la pobreza durante su mandato.

Moscoso inició su carrera política tras la muerte de su esposo, el tres veces presidente de Panamá, Arnulfo Arias. 

Violeta Chamorro derrotó al actual presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, en abril de 1990, para hacerse de la presidencia de la nación centroamericana.

Fue la candidata de la Unión Nacional Opositora, una coalición de partidos que buscaba enfrentar a los sandinistas. Su candidatura fue respaldada por Estados Unidos, que levantó sus sanciones contra el país tras su elección.

Chamorro, que proviene de una familia adinerada, fue educada en el exterior e ingresó a la arena política después de que su esposo, Pedro Joaquín Chamorro, editor de un periódico de la oposición, fue asesinado.

María Estela Martínez de Perón fue la primera mujer que asumió la primera magistratura en América Latina. Sucedió a su esposo, el tres veces presidente de Argentina Juan Domingo Perón, tras su muerte en 1974.

Conocida entre los argentinos como Isabel o Isabelita, fue una bailarina de cabaret. Fue la tercera esposa de Perón. Se casaron varios años después de la muerte de la popular primera dama Eva Perón.

Durante su presidencia, hubo numerosas huelgas de trabajadores y cientos de asesinatos de índole política. Fue derrocada por un golpe militar en 1976 y sometida a arresto domiciliario por varios años antes de exiliarse en España.

En 2007, Argentina emitió una orden de detención por supuestos vínculos con grupos paramilitares de derecha que operaron durante su mandato. España rechazó la solicitud de extradición con el argumento de que no había suficiente evidencia en su contra.

Lidia Gueiler Tejada fue la presidenta interina de Bolivia desde 1979 hasta 1980. Fue designada como presidenta por el Congreso tras el fracaso del golpe de Estado que lideró Natush Busch contra Walter Guevara.

Fue diputada y presidenta de la Cámara de diputados antes de tomar posesión como presidenta.Tenía en sus manos conducir a Bolivia hacia un nuevo proceso electoral, pero fue víctima de un derrocamiento que le impidió a los bolivianos acudir a las urnas.

Rosalía Arteaga asumió la presidencia interina de Ecuador por dos días en febrero de 1997, cuando el presidente Abdalá Bucaram fue destituido tras ser declarado incapaz de gobernar.

Arteaga, quien fue vicepresidenta, se lanzó a la carrera por la primera magistratura en 1998, pero obtuvo un porcentaje muy pequeño de votos.

Fotos: Archivo AmecoPress.

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Internacional – Política – Política y género – Liderazgo. 02 nov. 10. AmecoPress.

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