Quieren matarla con piedras, podemos salvarla con palabras

31 de agosto de 2010.

Por Mercedes Arancibia

Madrid | Internacional | Opinión | Derechos humanos | Violencia de género | Campañas





Madrid, 31 ago. 10. AmecoPress.- “Piedad para Sakineh. Piedad para Irán”. Con este doble deseo finaliza el manifiesto de un grupo de intelectuales y políticos que, desde primeros días de agosto está recogiendo, en la página web del filósofo Bernard Henri-Lévy, firmas de ciudadanos franceses, y de otros países, sumándose a la petición a las autoridades iraníes de clemencia para Sakineh Mohammadi Ashtiani, condenada a morir lapidada.

Una sentencia que, en principio estaba previsto que se cumpliera el pasado 15 de agosto y fue aplazada en el último momento. Entre los primeros firmantes del manifiesto, además del filósofo de la derecha parisina, se encuentran los escritores Wole Soyinka (Premio Nobel 1986), Patrick Modiano, Milan Kundera, Jorge Semprún y Elisabeth Badinter, las actrices Mia Farrow y Juliette Binoche, y los políticos Martine Aubry, Rachida Dati, Ségoléne Royal,Lionel Jospin y Simone Veil.

A las voces que, en todo el mundo, se alzan pidiendo la libertad de Sakineh, se ha sumado hoy la de la cantante Carla Bruni, esposa del presidente francés Nicolas Sarkozy, quien en un artículo publicado en el diario Libération (y que solo pueden leer, previo pago, los abonados a la versión digital del periódico) escribe “Querida Sakineh, ¡Condenada a ser enterrada viva y después a ser lapidada! ¡Con tu hermoso rostro hecho papilla! ¡Con tus ojos llenos de dolor y dignidad, tu frente, tu cerebro, tu alma… transformados en objetivo de los lanzadores de piedras! ¡Pavor y consternación! (…) el pueblo iraní forma parte de las naciones más antiguas y más notables del planeta.

No entiendo cómo los herederos de tan gran civilización, hecha de tolerancia y refinamiento, podrían hoy ser infieles a esta herencia milenaria. ... Tus jueces deben comprender que, cualquiera que sea la época, cualquiera que sea el lugar, nunca se podrán lavar las manos de este crimen ...

Ruego para que la justicia de tu país sepa dar una muestra de clemencia en tu caso, así como por las demás víctimas que corren el peligro de sufrir el mismo suplicio. ... Desde la profundidad de tu celda, recuerda que mi esposo abogará por tu caso sin descanso y que Francia no te abandonará.

" Antes que ella y en un estilo algo más naïf, otra cantante, Charlotte Gainsbourg, ha dejado también su particular testimonio de solidaridad con Sakineh, esta vez en las páginas de la revista Elle: “ Qué suerte tengo de vivir en mi país. Qué suerte saber que se me juzgará por mis leyes, mis principios. Sakineh Mohammadi ¿de qué mal eres culpable? ¿Qué crimen merece la pena que te han impuesto? Una práctica tan atrasada, tan inhumana. La lapidación. Algo de otros tiempos. Los hombres que la habéis juzgado ¿como habéis podido ordenar tal suplicio? Yo soy una mujer del siglo 21. Solidaria de todas las mujeres. Liberad a Sakineh Mohammadi”.

Porque cada día puede ser el último de su vida; cada hora que pasa puede estar acercándola a esa horrible muerte que le reserva la justicia iraní. Sakineh, de 43 años, lleva cinco pudriéndose en las celdas de la cárcel de Tabriz condenada, en un simulacro judicial, por “mantener dos relaciones amorosas fuera del matrimonio”; es decir por adulterio. Sakineh es viuda. Pero, para la justicia iraní, el adulterio femenino (el masculino no existe, se llama poligamia y es completamente legal) existe incluso cuando ya no hay matrimonio.

“Se mata con piedras, se salva con palabras”, dice un segundo manifiesto firmado por el antiguo presidente francés Valéry Giscard D’Estaing, el alcalde de París Betrand Delanoë y el filósofo español Fernando Savater, entre otros, al que se ha sumado hace unos días el ex presidente Jacques Chirac.

En unas declaraciones cien por cien diplomáticas, y sin mojarse lo más mínimo, el presidente brasileño Lula da Silva se ha manifestado dispuesto a recibir a Sakineh en su país: “Debo respetar las leyes de un país. Pero si mi amistad y consideración por el presidente y el pueblo iraní valen algo, y si esa mujer causa embarazo, podríamos acogerla en Brasil”.

El “crimen” de Sakineh ya fue castigado, en un primer juicio en 2006, con 99 bastonazos que le administraron en presencia de uno de sus hijos. Después, se le ha acusado, entre otras cosas, se haber participado en el asesinato de su marido (confesiones obtenidas bajo tortura y retransmitidas por la televisión estatal iraní el pasado 11 de agosto), y condenado primero a morir enterrada viva y después a morir lapidada. Los abogados de Sakineh (uno de los cuales, Mohamad Mostafaei, ha tenido que refugiarse en Oslo) han manifestado que “sabemos que detrás de este caso hay una banda de misóginos. Son realmente sádicos...”. Un tribunal de religiosos fanáticos.

El actual abogado, Hutan Kian, asegura que los hijos de Sakineh están “completamente traumatizados” por la emisión televisiva, aparte de que tienen serias dudas acerca de la identidad de la mujer que apareció en las pantallas, oculta tras un chador. “Que Sakineh está privada de sus derechos más elementos es algo que se confirma en el hecho de que ni siquiera tiene derecho a ser sentenciada en una lengua que entienda: en unas declaraciones a The Guardian, aseguró que no se sabía que iban a lapidarla hasta que no se lo dijeron sus compañeras de celda; ella no conocía el significado de la palabra “rajam”.

Sakineh, según el abogado Mostafaei, es una mujer muy simple, carente de estudios, que habla siempre en azarí y conoce algo de farsi, pero no árabe. Según este letrado, el caso de Sakineh no es excepcional. El ha llevado trece casos de condenas de muerte por lapidación, diez de los cuales los ganó en la apelación.

Ahora, más allá de cualquier consideración de orden lingüístico o legal, lo importante es que todo el mundo intervenga -cada cual según sus posibilidades, siguiendo el viejo eslogan anarquista- para impedir que se produzca un asesinato. Lo urgente es responder al llamamiento que han hecho los hijos de Sakineh, Fasride y Sajad Mohammadi Ashtiani, que nos piden que no cerremos los ojos ante un montaje tan burdo como el que se está llevando a cabo en los tribunales iraníes, y no dejemos que su “peor pesadilla se convierta en realidad”.

Lo que hay que que hacer es exigir a las autoridades del país que renuncien a cualquier tipo de condena, que pongan inmediatamente en libertad a Sakineh y reconozcan su inocencia.

Como dice el manifiesto francés “cada año, en Irán, decenas de mujeres son condenadas a recibir bastonazos, a morir lapidadas y a otras penas cuya barbarie hiela la sangre: más allá del caso de Sakineh, la ONU debe recordar al régimen de los molás las promesas hechas, en 2202 y 2008, relativas a la abolición de este tipo de castigos. La vida de una mujer está en juego. También están en juego la libertad y la dignidad de otras muchas miles”.

La campaña puesta en marcha por la ONG Avaaz lleva recogidas ya más de medio millón de adhesiones, dirigidas al ayatolá Alí Jameneni y otros líderes de Irán. Se puede firmar en la página www.avaaz.org/es

Foto: Archivo AmecoPress.

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Opinión – Violencia de género – Derechos Humanos – Campañas. 31 ago. 10. AmecoPress.

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