Julia García-Vaso, en la jornada sobre “Fortalezas y debilidades en el empleo de las mujeres mayores de 45 años”, organizada por CELEM
La Coordinadora Española para el Lobby Europeo de Mujeres (CELEM), organizó la mesa redonda sobre las fortalezas que las mujeres mayores de 45 años pueden aportar al mundo laboral, así como las debilidades que manifiestan dentro del mercado de trabajo.
Según explicó, Julio Fernández, ponente de la jornada y Director de la Escuela de Relaciones Laborales de la Universidad Complutense, el perfil de la situación es que “en los últimos diez años se ha duplicado la tasa de actividad de las mujeres que trabajan, sin embargo, si la tasa de incorporación de la mujer va creciendo paulatinamente, nos encontramos que en mujeres de más de 45 años se manifiesta un decrecimiento manifiesto que hace que estemos muy lejos de muchos de los países de la Unión Europea. Si en estos países, a partir de esa edad, es cuando hay una tasa de actividad del 70%, y más significativamente en varones de más de 55 años, en España, el desempleo o la inactividad afecta a ese tramos de mujeres mayores de 45 años”.
Fernández, declara que, según los datos del Observatorio de Ocupación del Instituto Nacional de Empleo, “las mujeres mayores de 45 años solicitan trabajo en ocupaciones tradicionalmente femeninas, los empleos que más demandan y que también más se ofertan, por orden de prioridad, son puestos relacionados con la limpieza, dependienta de comercio, taquigrafía y mecanografía y asistente domiciliario.” Igualmente, el profesor resaltó que en la pirámide de población nacional del 2020 nos encontraremos que el colectivo de entre 45 y 65 años duplicará al colectivo de entre 15 y 25 años, lo que supone que “si dentro de 12 años no hemos logrado que cambien las políticas de empleo, la sociedad no podrá permitirse esa tasa de inactividad tan alta”.
Julio Fernández
Entre las fortalezas en el empleo de las mujeres mayores de 45 años, Fernández destaca “la transferencia desde la actividad doméstica, la menos exigencia para con los hijos y la alta motivación”. Entre las debilidades, “la menor cualificación y la búsqueda de áreas tradicionales que son peor pagadas.” Por su parte, Julia García, Gerente de la Asociación de Mujeres Empresarias de Madrid de Sociedades Laborales, entre las fortalezas resalta que “tenemos una experiencia vivida que vale mucho, hemos trabajado por cuenta ajena, hemos aprendido a negociar, a conciliar, nos adaptamos y tenemos capacidad para transmitir conocimientos”. Entre las debilidades destaca que “el empresario joven no contrata a mujeres mayores de 45 años y que en la regulación de empleo son las primeras que salen de las empresas.”
García-Velasco, en declaraciones a AmecoPress ha manifestado que “no sé si los empresarios tienen conocimiento de que la contratación de mujeres mayores de 45 años están muy bonificadas en la Seguridad Social y que las mujeres que deseen autoemplearse tienen también bonificaciones para darse de alta como autónomas. En este tramo de edad, las mujeres se encuentran que son profesionales y, al no contratarlas, optan por crear sus propios negocios, generalmente relacionados con el servicio a otras empresas. Sí considero un fallo el apoyo sólo al emprendimiento y ninguno para la consolidación de empresas. El primer año es fundamental que la mujer esté acompañada por alguien que la refuerce”.
Julia García-Vaso
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Fotos: AmecoPress
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Economía – Empleo y género – 21 septiembre, 07 (AmecoPress)
