ONGDs ofrecen soluciones feministas contra la feminización de la pobreza

30 de marzo de 2010.

Por Elena Duque

Madrid | Internacional | Género y desarrollo | Pobreza y género



La perspectiva feminista cobra protagonismo desde la base de la cooperación para el desarrollo


Madrid, 30 mar (10). AmecoPress. La progresiva feminización de la pobreza demuestra la intrínseca relación entre la inexistencia de relaciones igualitarias entre mujeres y hombres y el desigual acceso a los recursos básicos como la salud y la educación.
 
Ambos factores se retroalimentan perpetuando los roles sexistas que impiden la superación de la pobreza en muchas sociedades. Desde la cooperación para el desarrollo empieza a despertar con fuerza una línea de acción que incorpora como herramienta necesaria la perspectiva de género, retomando como orientación las lecturas feministas.
 
Rocío Lleó, técnica de sensibilización y género de ACSUR, considera que hace falta un análisis de lo que suponen las diferencias de poder entre hombre y mujer, clave a la hora de ponerse a trabajar sobre cualquier proyecto de desarrollo. “Es importante volver a los feminismos porque éstos ofrecen herramientas de trabajo”, afirma.
 
Desde ACSUR-Las Segovias llevan varios años replanteándose la cooperación desde la perspectiva feminista como metodología de trabajo. Para ello, han esbozado de nuevo toda la terminología propia de la lucha feminista desde las propias intervenciones de ayuda al desarrollo.
 
Lleó considera que “la cuestión de género se pone en el escaparate de muchos proyectos, o se añade en el último momento, porque ahora está muy de moda, y permite acceder a subvenciones”, pero esta forma de introducirla resulta hipócrita e ineficaz.
 
Con ella coincide Chus Álvarez, una de las fundadoras de MundoM, Cooperación y Género. “Vimos que la perspectiva de género se trataba en los proyectos de desarrollo como un apartado a rellenar”, recuerda, y así es como esta ONGD nació, con el propósito de cambiar el modo de plantear la cooperación desde la raíz de lo que consideran el problema: la desigualdad.
 
“Nosotras creemos que (la perspectiva de género) debe estar en todo el proyecto, no incluido a última hora para subir puntos en la subvención. Queremos que sea parte de la organización, de su estructura”, reclama.
 
Educación para el empoderamiento
 
Inés Alberdi, directora ejecutiva de UNIFEM, describió en el saludo del V Encuentro España –África del pasado fin de semana el concepto de empoderamiento: se trata, por un lado, “de la capacidad personal para decidir y actuar sobre temas que consideramos importantes”, y por otro, “del proceso de transformación social que implica una lucha colectiva contra las relaciones de poder de género”.
 
El empoderamiento de las mujeres, efectivamente, no puede entenderse si no va acompañado de una evolución de las relaciones sociales que impiden la efectiva participación de las mujeres.
 
Especialmente en los países en desarrollo, aunque no sólo, la falta de representación de las mujeres va unida a un menor acceso a los recursos económicos, a pesar de que en la mayor parte de los casos son las que realizan los trabajos productivos.
 
“Nos parece lógico que se produzca un cambio”, afirma Álvarez. “En el desarrollo se perpetúan las desigualdades entre hombres y mujeres, siempre a costa de las mujeres. Tratamos de reivindicar que tengan el papel protagonista no sólo en la ejecución, si no también en la obtención de beneficios y en el reconocimiento de su trabajo. Se trata por tanto de visibilizar la labor de las mujeres, y de dar a conocer el peso de su trabajo”.
 
Uno de los primeros proyectos que MundoM puso en marcha fue la alfabetización, principalmente de mujeres adultas, en Burkina Faso, al considerar el acceso a la cultura escrita un objeto esencial para la participación social y política a cualquier escala.
 
En las regiones de Pissi y Bilbalogo, la tasa de analfabetismo es del 78,8% en los varones, y aumenta hasta el 90% entre las mujeres. MundoM trabaja con unas 100 mujeres con el objetivo de que no se pierda el francés, que está cayendo en desuso, al mismo tiempo que se enseña a leer y escribir en la propia lengua de la zona, el moore.
 
Además de la alfabetización, cuentan con talleres lingüísticos con los que mostrar las herramientas con que la lectura dota a las personas a la hora de tomar partido en la toma de decisiones. Asimismo, han puesto en funcionamiento tres bibliotecas con mujeres a su cargo.
 
La razón de tan elevadas tasas de analfabetismo es el prematuro abandono de la educación básica por la necesidad de trabajar para subsistir. Las niñas abandonan la escuela para trabajar en el cultivo de los cereales. Como medida de prevención, un nuevo proyecto planea la creación de un molino que reduzca la carga de las menores para que puedan acudir al colegio.
 
El necesario acceso a los recursos
 
Las mujeres no serán dueñas de su voluntad mientras no sean beneficiarias del fruto de su trabajo. MundoM también trabaja con varias cooperativas de mujeres en Nepal, ayudándoles a adaptar sus productos textiles al mercado occidental y a introducirlos a través del comercio justo.
 
De igual forma aquí se imponen los roles de género en la gestión, tarea que en su gran mayoría corresponde a los varones. Según Álvarez, el objetivo de este proyecto consiste en “introducir la perspectiva de género en la propia labor del gerente, para instarle a identificar y dar reconocimiento a las mujeres, tanto en la parte salarial, como en el reparto de las funciones”. Estas son los requisitos que se exigen a las contrapartes para la colaboración mercantil.
 
Precisamente en Burkina Faso la Fundación Plan España desarrolla un proyecto de micro-ahorros con grupos de mujeres en la provincia de Namentenga. Se trata de potenciar el ahorro en las economías familiares, de agricultura y ganadería de subsistencia, en una zona donde hay una profunda emigración masculina y las mujeres son cabeza de familia.
 
Para ello, organizan grupos de unas 20 mujeres que introducen sus ahorros mensuales en una caja de caudales que ellas mismas gestionan, y de las que pueden obtener pequeños créditos para gastos cotidianos, que han de devolver al grupo con intereses.
 
No se trata de microcréditos para emprendimientos empresariales, si no de ayudarles a organizar sus finanzas caseras de forma que después puedan cubrir sus necesidades durante todo el año, como por ejemplo, el abono de las tasas escolares de sus hijos e hijas.
 
Este proyecto, en su año y medio de funcionamiento, ha llegado ya a mil pequeños grupos de mujeres. Además, otras organizaciones lo han puesto en marcha en numerosos países subsaharianos, llegando algunas de estas cajas a funcionar de forma autónoma durante años e incluso a nacer espontáneamente. 
 
“El objetivo es mejorar la seguridad económica de los hogares mediante una mejor gestión de los recursos disponibles y con ello fortalecer la capacidad de intervención de estas mujeres, su empoderamiento a través del control de sus propios recursos”, explica Ignacio Jiménez, técnico de la Fundación. "Aunque las mujeres son responsables del 60 % de la producción agrícola, los hombres tienen de media acceso a 2.5 ha de terreno cultivable, frente a las 0.25 ha de las mujeres".
 
Feminismo para el desarrollo
 
La influencia del feminismo en los planteamientos de la cooperación para el desarrollo está cobrando especial fuerza entre las ONGDs españolas e internacionales, reflejo del profundo calado del feminismo en determinados grupos de acción. Sin embargo, la falta de experiencias previas lo convierte en prácticas en cierto sentido experimentales.
 
Las fundadoras de MundoM se formaron de forma autodidacta volviendo a los textos fundamentales del feminismo. El objetivo fue, según explica Álvarez, el de “utilizar herramientas de género en la identificación de los proyectos” para que nazcan directamente de este reto, y no que lo incorporen más tarde, con las deficiencias que de ello se derivan.
 
Con el fin de promover esta línea de trabajo, ACSUR-Las Segovias organiza el próximo mes de mayo el Encuentro “Feminismos en la agenda del Desarrollo”, centrado en tres temas principales: los derechos económicos y el acceso a los recursos; la ciencia política y la participación ciudadana desde el significado del empoderamiento de las mujeres; y la violencia hacia las mujeres en las situaciones de conflicto.
 
Este encuentro “abre el camino para que las ONGD y las organizaciones feministas se conozcan, aprendan las unas de las otras, y puedan incorporar nuevos planteamientos, criterios y herramientas a su labor”, explica Lleó.
 
 
Fotos: archivo AmecoPress. Cedidas por MundoM y Fundación Plan España
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Pie de foto: imágenes de Burkina Faso
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Internacional - Género y Desarrollo - Pobreza y Género; 30 marzo (10), AmecoPress
 

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