La Ley Audiovisual regula la emisión de publicidad de culto al cuerpo

22 de enero de 2010.

Por Elena Duque

Medios de Comunicación | Madrid | Estado Español | Publicidad | Televisión y radio



Genera opiniones encontradas por resultar mercantilista


Madrid, 22 ene (10). AmecoPress. El domingo, día 24, se celebra San Francisco de Sales, patrón de la profesión periodística. Para conmemorar este día, AmecoPress ha contactado con varias organizaciones y sindicatos de periodistas para conocer sus impresiones sobre la nueva Ley General de Comunicación Audiovisual.
 
De la nueva Ley Audiovisual se ha destacado la disminución en el tiempo de la emisión publicitaria, que pasa de 29 a 19 minutos a la hora: 12 de publicidad convencional, 5 de autopromoción y 2 de telepromoción, donde antes había 12. Para Juan Tomás Frutos, miembro de la Junta Directiva de la Federación de Asociaciones de la Prensa (FAPE), esta reducción “es positiva, muchos la esperábamos y la celebramos, pero creemos que debe ir más allá, hasta bajar a los 12 minutos totales”.
 
Se regula su contenido para respetar el horario de protección de los niños y las niñas. Hasta las 10 de la noche y desde las 6 de la mañana, no se podrá programar anuncios que hagan culto al cuerpo, como productos adelgazantes o publicidad de clínicas con operaciones quirúrgicas de estética. El resto de los contenidos, los no publicitarios, se limitan una vez más a la autorregulación del medio. Para la periodista Marta Corcoy, de la Asociación de Mujeres Periodistas de Cataluña (ADPC), “limitar la emisión de publicidad de cirugía estética y culto al cuerpo es un gran paso adelante, y lo aplaudimos. Pero habría que ir más allá hasta prohibir este tipo de publicidad”. Corcoy también apoya la reducción del tiempo de publicidad.
 
“Más grave que la publicidad son los programas que se emiten en horario infantil. Solo hay que encender la televisión por la tarde y los programas son de auténtica vergüenza. Gestos, videos y palabras a los que no deberían estar expuestos los niños españoles. ¿Cómo vas a controlar la publicidad si no controlas los contenidos?”, ha manifestado a AmecoPress Pardo Gómez, Secretario General de la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP).
 
Autorregulación
 
Esta Ley “deja el derecho a la información y el manejo de la cultura en los medios al arbitrio de la autorregulación de los medios privados, cuando estos la han burlado siempre”, ha considerado Gómez.
 
Según él, la nueva legislación es contraria a lo que el PSOE promovía cuando estaba en la oposición. “Esperábamos una ley de regulación del espacio audiovisual. Aquí se ha desrregularizado, es mercantilista. Por un lado, porque autoriza la concentración en una sola empresa de hasta el 27 por ciento del espacio. Muy pronto veremos como 2 empresas se hacen con más de la mitad del espacio audiovisual. Por otro lado, porque a las que no tienen ánimo de lucro se les exige unas condiciones que no les permite tener penetración en la sociedad, cuando son las que cuidan de los intereses de la ciudadanía. Los grandes oligopolios de la comunicación están marginando las inquietudes de los españoles”.
 
Frutos defiende también que no se puede olvidar el papel de servicio público de los medios de comunicación, pero se muestra menos duro en su valoración. “Yo creo en la autorregulación de los medios, el sector tiene que creerse que hay cosas que cambiar. Esto se puede hacer desde el consenso, deberíamos sentarnos todos en una mesa, sindicatos, patronales, profesionales, y hacer una reflexión conjunta”. Y añade: “Es una buena medida no permitir la emisión de programas pornográficos o con extrema violencia en el horario infantil. Lo que hay que hacer, por supuesto, es cumplirlo”.
 
La crisis en los medios de comunicación
 
Una de las carencias de la Ley es la regulación de la gestión que se hace de las cadenas públicas autonómicas. “Los servicios informativos no se pueden externalizar si se quiere garantizar la independencia informativa”, ha defendido Gómez, refiriéndose a cadenas como Canal 9 o Canal Sur, con el diario Andalucía Directo. “Subcontratan a periodistas pagándoles 800 euros, a empresas afines al partido de turno, y llegando en ocasiones a contar con el 80 por ciento de la plantilla como becarios. Todas son formas de controlar a los periodistas”.
 
Con la nueva Ley en el Senado, lo cierto es que el sector de la comunicación sigue en crisis, con más despidos aún en 2009 que el año anterior, y tal y como denuncian desde CCOO, con más precariedad laboral, salarios congelados, y “la desconsideración profesional de no poder ser titulares de los derechos de propiedad intelectual de sus trabajos periodísticos”. Desde el sindicato denuncian que no se invita a los y las trabajadoras de la comunicación a participar en la Subcomisión sobre Propiedad Intelectual del Congreso de los Diputados.
 
La FeSP matiza en un comunicado que en un principio no se invitó a ninguna organización que representase a los medios de comunicación. Haciéndoselo notar, desde la Subcomisión corrigieron el error, y convocaron a las patronales de la prensa diaria, y de las televisiones públicas y privadas, pero aún siguen sin incluir en la lista a las asociaciones representantes de las y los periodistas, que no tienen por tanto la posibilidad de exponer ni sus recomendaciones ni sus reclamaciones.
 
Credibilidad y servicio público
 
No es nuevo afirmar que la ciudadanía no cree lo que los medios le cuentan, y que no se valora positivamente el trabajo de las y los periodistas, sino que más bien se critica. “Tratamos de dar una información veraz, plural, pero los ciudadanos dicen que no. Es necesario preguntarse por qué”, afirma Frutos. “Una de las carencias que encontramos desde la FAPE a esta Ley es la falta de caracterización como servicio público de todos los medios, no sólo de los públicos. Además, se habla de la viabilidad económica de las empresas de comunicación, pero no de la calidad informativa que ofrecen”. Y concluye: “No es de recibo que en un sector que vive de la comunicación, ésta no sea su principal herramienta de trabajo”.
 
Además, la Ley define como “eventos de interés general” varios deportes, algo que por otra parte se ha demostrado que resulta más rentable de cara a la audiencia. “No nos parece mal”, señala Frutos, “pero el asunto es que se abra más esa definición para incluir otro tipo de eventos, como los culturales y los formativos. Insistimos en el papel de medios como servicio público”.
 
 
Fotos: archivo AmecoPress
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Estado Español - Medios de Comunicación - Publicidad - Televisión y Radio; 22 enero (10), AmecoPress
 
 

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