Soledad Murillo: “Los gobiernos que no protegen la vida de sus ciudadanas, deben ser juzgados por la ciudadanía”
Madrid, 21 mayo. 19. AmecoPress.-El género no es un derecho humano sino una condición sine qua non. Así ha dado comienzo Soledad Murillo, secretaria de Igualdad, a la conferencia de Igualdad de Género y Agenda 2030 en Iberoamérica que se presentaba este lunes en la Casa de América y en la que participaban Cecilia Guemes, profesora en ciencias políticas y relaciones internacionales en la Universidad Autónoma y Francisco Cos-Montie, doctor en Estudios de Género.
En Latinoamérica, solo ocho países de los veinte que lo componen tienen leyes de maternidad retribuida, siendo únicamente de catorce semanas. El aborto solo es legal en tres de ellos: Cuba, Uruguay y Guyana. Y en muchos, las mujeres no pueden ejercer su libre tránsito por la ciudad. Con estos datos, se nos plantea la pregunta de qué retos deben afrontar los gobiernos de estos países para cambiar la situación.
Aunque la situación es mala, según Cecilia Guermes se está dando un paso muy importante en Latinoamérica, el movimiento feminista se está llevando a la práctica produciéndose una globalización. Ahora el debate está ocupando otros espacios, no solo se sitúa en círculos intelectuales, se está normalizando y pasando a formar parte de las mesas diarias de la población.
Pero aún queda mucho por hacer. En el ámbito laboral, sobre todo entre las mujeres con pocos recursos, es habitual que muchas de ellas se encuentren trabajando en sectores donde la automatización de la maquinaria está ganando terreno, y uno de los temores es que sus posibilidades laborales queden reducidas a los cuidados. Este temor es generado por la baja remuneración y pésimas condiciones laborales a las que estas mujeres se enfrentan. Francisco Cos-Montie pide a las políticas de estos países, fortalecer la figura de la mujer emprendedora: “Esto se puede conseguir mediante políticas laborales que den a las mujeres la posibilidad de ejercer su libertad de decisión y deshacerse de la dependencia conyugal que en muchas ocasiones las coarta” afirma.
El papel de la educación
Otro de los problemas a los que se enfrentan las mujeres en las zonas rurales en relación a la educación, es el abandono. Un 50% de ellas renunciaron a su pupitre a causa de la maternidad. Una de las medidas que propone Cecilia Guermes para cortar esta sujeción conyugal, es la de implantar programas específicos dirigidos a mujeres jóvenes que se encuentren en edad de estudiar para cambiar su percepción, y que no vean en la maternidad su objetivo primordial en la vida. Mediante políticas públicas, son los estados los que tienen la obligación de modificar estos patrones culturales y de conducta y distanciar a las niñas de la subordinación.
“El papel que tiene la educación en general en Latinoamérica es muy importante, y por ello, se tiene que cambiar la forma en la que se está haciendo hasta ahora”, comenta Cecilia Guermes. Se debe cambiar la orientación del conocimiento que se lanza a la población joven que distorsiona la información y que afecta a la forma de relacionarse de los y las adolescentes. La violencia simbólica que se transmite en las telenovelas y en la televisión es un buen ejemplo para trabajar los imaginarios sociales, articulando nuevas formas de producir colectivamente y no naturalizar ciertas circunstancias de opresión y de violencia hacia las mujeres.
Se debe cambiar la educación, pero no centrándonos en las mujeres sino como un trabajo colectivo de todas las personas. Un aspecto muy importante según Cecilia Guermes, es trabajar en la forma en la que los hombres se relacionan. Nuevas formas de masculinidad que den una mayor paridad: más hombres en la esfera privada y más mujeres en la pública. Uno de los datos que visibiliza esta situación, es pensar que en trece países del mundo, las mujeres no pueden ejercer laboralmente profesiones que están constituidas como masculinas, un dato que puede dar una idea de lo necesario que es un cambio de identidad, donde un trabajo no esté reducido a cuestiones de género.
Cambios políticos
Los derechos y libertades de la mitad de la población es algo que concierne a las políticas públicas y es por tanto, de donde tiene que emanar el cambio. Se debe modificar desde tres perspectivas: construir nuevos roles, donde las mujeres puedan existir libremente, sin la restricción de no poder estar en ciertos ámbitos. Nuevos cambios en el espacio donde nos relacionamos. Y la realización de normas que visibilicen y den a las mujeres el conocimiento de que existen muchas otras que tienen papeles importantes dentro de la sociedad. Cuando una conducta obtiene un apoyo social, es fácil que se siga y se le otorgue importancia.
La necesidad de liderazgo en políticas públicas que evite retrocesos y apoye a las mujeres, así como el control de estas políticas en el día a día con un tratamiento adecuado en los roles de género y la aceleración de los cambios legislativos que den solución inmediata a la situación de las mujeres mediante la intervención y la búsqueda de acuerdos entre diferentes partidos políticos. Son algunas de las bases que se deben cumplir en la agenda 2030 para que todas las mujeres, independientemente de la parte del mundo donde se encuentren, tengan el espacio que les corresponde.
Foto: Archivo AmecoPress.
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Pie de foto: 1) Conferencia Igualdad de Género y Agenda 2030 en Iberoamérica
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Internacional - Situación social de las mujeres - Mujeres rurales - Mujeres del mundo - Género y desarrollo - Política y género - Políticas de igualdad - Encuentros y jornadas. 21 mayo. 19. AmecoPress.