Reporteras de guerra: frente al miedo y el machismo
Madrid, 30 jul. 18. AmecoPress.- “Si levantara la cabeza Francisca de Aculodi, la mujer que en 1687 se convirtió en la primera periodista española, se quedaría perpleja”. Con esa frase nos atrapa la contraportada del libro “Reporteras españolas, testigos de guerras”, un repaso por los acontecimientos de los cinco últimos siglos de la mano de treinta y cuatro testimonios de mujeres que se jugaron la vida para contar los conflictos bélicos que han marcado nuestra historia.
La autora de este libro, Ana del Paso, sabe muy bien lo que han vivido las protagonistas de su libro. Es doctora en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y ha sido durante años periodista internacional en la agencia EFE, actuando como corresponsal en Oriente Próximo y en la Guerra del Golfo. Afirma que le costó mucho esfuerzo llegar hasta donde ha llegado, y que decidió conocer otras historias para saber si sus compañeras también tuvieron que pelear en un duro camino.
Las reporteras de guerra “se esfuerzan para que no permanezcamos impasibles ante las injusticias humanas”, recuerda la contraportada del libro, “son testigos de excepción que trabajan al límite en situaciones de horror y muerte. Describen la guerra, la fotografían, la filman, la analizan, entrevistan a uno y otro bando”.
Basándose en las experiencias de estas mujeres, Ana del Paso traza un relato que se inicia en el siglo IV, cuando la monja Egeria abandonó su hogar para emprender una aventura que después se convertiría en el primer libro de viajes de nuestra historia.
Años más tarde, pioneras del periodismo de guerra en nuestro país siguen su ejemplo y se marchan a lugares de conflicto a contar en primera persona lo que está sucediendo.
Carmen de Burgos, profesional perteneciente a la generación del 98, firmaba sus artículos como “Gabriel Luna” o “Perico el de los Palotes”, entre otros seudónimos. En 1909, viaja a Melilla para cubrir la guerra de las tropas españolas contra los rifeños para el diario El Heraldo de Málaga. Junto a ella, otra corresponsal: Teresa de Escoriaza. Trabajó también bajo el seudónimo de “Félix de Haro” con publicaciones como La Libertad o Mundo Gráfico y fue autora de obras como Del dolor de la guerra: (crónicas de la campaña de Marruecos) (1921).
Ellas, que consiguieron romper los moldes, dejaron paso a las nuevas generaciones de periodistas como Rosa María Calaf, Carmen Sarmiento, Mónica G. Prieto o Rosa Meneses, llegando hasta las más jóvenes, que tienen ahora 30 años, como Ana Alba, Leticia Álvarez o Natalia Sancha.
En guerra contra el machismo
Maite Carrasco ha estado en Siria, en Libia, en la Segunda Guerra Chechena y en Afganistán, pero todavía recuerda lo que le sucedía cuando llamaba a su redacción para informar de un nuevo tiroteo.
“Me cogió el télefono una compañera y le conté que estaban disparando en la habitación. Me dijo: ‘Estás loca, ¿qué haces ahí?’ Le pregunté cómo podía preguntarme si estoy loca, soy una profesional que está aquí jugándose la vida para contar lo que está sucediendo en esta guerra. Si te llama Jon Sistiaga dirás que es un hombre muy valiente, pero yo estoy loca. Eso es lo que diariamente vivimos”, recordó en la presentación del libro de Ana del Paso.
Carrasco reivindicó el trabajo de las reporteras de guerra. “Este libro es necesario porque seguimos siendo invisibles al público, al sector y a los jurados nacionales e internacionales”.
La fotógrafa Maysun, española con origen palestino también recuerda los comentarios que recibía por parte de sus compañeros de trabajo cuando comunicaba su siguiente destino. “Cuando le conté que me iba a Siria me dijo que no fuese porque era peligroso. Yo le contesté: ¿Qué pasa, que las balas eligen el género?”.
El libro “Reporteras españolas, testigos de guerras” ilustra las barreras que los medios de comunicación y sus directivas les pusieron a estas mujeres para enviarlas a zonas de conflicto y como, además de contra el miedo y las situaciones que se viven en aquellos lugares, tuvieron que luchar contra el machismo y el menor reconocimiento a su trabajo que al de sus compañeros varones. “En una ocasión rellené un apartado sobre el grado de discriminación que sufro. Me preguntaban si era mujer, madre e hispana. Soy las tres”, cuenta Maite Carrasco.
La autora, Ana del Paso, asegura que todas las historias que aparecen en el libro son imprescindibles, y pertenecen a mujeres de currículum brillante que dieron (y continúan dando) grandes pasos en pro de la igualdad.
Foto: AmecoPress
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Cultura – Medios de comunicación – Comunicación y género - Voces de mujeres; 30 julio. 18. AmecoPress