La denuncia de Gitanas Feministas: vetadas en la proyección de la película "Carmen y Lola"
Madrid, 5 jun. 18. AmecoPress.- De protagonistas a vetadas. La Asociación de Gitanas Feministas por la Diversidad estaba invitada a la 32 Muestra Internacional de Cine y Mujeres de Pamplona para debatir sobre la película “Carmen y Lola”, pero su directora, Arantxa Echevarría, anunció que retiraría su cinta del cartel del festival si esta asociación hacía acto de presencia.
La amenaza se ha cumplido, “Carmen y Lola”, la historia de dos jóvenes gitanas que viven su primer amor, no se proyectará en Pamplona; y todo parece indicar que el motivo de este cambio de planes es, precisamente, la presencia de las mujeres que ilustran esta realidad: las lesbianas gitanas de la asociación.
Gitanas Feministas por la Diversidad nunca ocultó su posición sobre la película. De hecho, aseguran que Arantxa Echevarría se puso en contacto con ellas cuando estaba forjando su idea del guion para conocer, entre otros aspectos, cómo se vive la homosexualidad en el pueblo gitano. “Colaboramos de forma gratuita para orientarla, nos reunimos 9 o 10 gitanas (entre las que, por supuesto, había lesbianas) para explicarle que estábamos hartas de los perjuicios y los clichés. Ella hizo caso omiso a lo que la comentamos, insistió en que estamos bajo un yugo, que no se nos permite vivir de una manera digna dentro de nuestra comunidad”, explica María José Jiménez, presidenta de la AGFD.
Después de aquellas reuniones y con el guion completado, Arantxa Echevarría les pidió su aval, pero ellas se negaron. “Dijimos que estas cosas solo servían para fomentar más los estereotipos de la sociedad mayoritaria. Incluso podía atraer a movimientos fascistas y antigitanos. No podíamos seguir alimentando estas ideas y dar más razones a una sociedad que ya de por sí es racista. Nunca más volvimos a saber de Arantxa”, expresa María José.
El veto
Así pasaron de colaborar activamente en la elaboración de la película a que se rechazara su opinión en un debate dedicado a la misma. La asociación había recibido en un principio la invitación a la Muestra Internacional de Cine y Mujeres de Pamplona para que compartieran su visión crítica y expresaran en primera persona sus reivindicaciones.
“Ya estaba confirmada nuestra asistencia, cuadrada nuestra agenda y enviados nuestros datos cuando recibimos la primera llamada. Nos preguntaron si teníamos algún problema en que la directora estuviese en la mesa de diálogo y nos aseguraron que el departamento no iba a ser cómplice de callar la voz a las verdaderas protagonistas de esta realidad”, asegura la presidenta de la asociación. “Dijimos que nos parecía la mejor opción tanto para nosotras como para el foro”. Pero unos días más tarde recibieron el siguiente mensaje: “Ha ocurrido algo horrible”.
La organización explicó a estas mujeres que Arantxa Echevarría había prohibido tajantemente la reproducción de la película si Gitanas Feministas estaba en la mesa de diálogo. “Le advertí que íbamos a ir igual, asistiendo como público, y que el análisis se realizaría igualmente aunque fuera desde el patio de butacas”, cuenta Maria José.
La siguiente noticia que reciben es que se ha eliminado la proyección de “Carmen y Lola” de la proyección del festival y, por tanto, creen que su directora tampoco acudirá al evento. Ahora el colectivo reclama que se les comunique por escrito lo que ha sucedido, ya que no tienen ningún documento que acredite oficialmente el veto que se les ha impuesto.
“Imagínate una película de negras vetando a las asociaciones feministas de negras, convulsionaría el país, pero como se trata de mujeres gitanas esto no tiene la repercusión que debería tener”, denuncian.
La AGFD insiste en que no tiene ningún problema personal con la directora, y que no intentan realizar un boicot a su película. “Lo único que queremos es dialogar con ella y preguntarle cuál es su fin, para quién la hace y qué pretende con ella”, confirma su presidenta.
Y es que esta asociación no comparte la idea de que el “cine social” (como la propia directora ha clasificado esta cinta) consista en “escoger personajes con un perfil criminalizado, totalmente salvajes, machistas y homófobos”.
Las entrevistas de la directora
La AGFD aún no ha tenido la oportunidad de ver la película, la única información que tiene de ella fue la que la propia directora les comunicó tras sus reuniones y la que han podido chequear en entrevistas y trailers. Pero han sido las palabras de Arantxa Echevarría en los medios de comunicación las que han colocado en alerta a todas las mujeres que forman este colectivo.
La directora mantiene las dificultades que ha tenido para desarrollar una película de lesbianas en la comunidad gitana, “ponían el grito en el cielo, se asustaban y salían corriendo”. Incluso asegura en una entrevista a Vanity Fair que, al preguntar a una de las actrices protagonistas si le importaba besarse con una chica, le respondió “si después puedo escupir, no me importa”. Echevarría ilustra con varios ejemplos un pueblo gitano retrógrado, en el que “una escena de sexo podría arruinarles la vida a estas chicas”.
Además, en los medios de comunicación manifiesta que no ha realizado un casting convencional con actrices y actores gitanos, sino que se ha desplazado a los mercadillos para encontrar colaboradores. Ana Hernández, miembro de la AGFD, considera que esta forma de “desprofesionalizarlas” acudiendo a barrios y lugares donde hay determinadas necesidades era “un incentivo para que el reparto repitiera su guion y su intención”.
Otra de las polémicas escenas con las que cuenta la película es “un exorcismo para curar la homosexualidad”, inspirada en una situación que la directora vivió en primera persona. Según sus declaraciones, durante el rodaje Echevarría trató de explicarle a un pastor gitano las relaciones entre dos personas del mismo sexo y este respondió: “Entonces si un hombre mayor se enamora de una niña, ¿crees que eso es amor?”.
“Yo ahora voy a un cura payo y le pregunto sobre la homosexualidad y ¿qué me va a responder? ¿Por qué hay que creer que ese pastor gitano representa a todo nuestro pueblo? Esa barbaridad viene de la iglesia católica”, defiende Ana.
La reclamación de la asociación
La AGFD mantiene que, con estas declaraciones, la directora de cine está “reproduciendo de manera constante clichés, elementos paternalistas, machistas y racistas, criminalizando a toda una comunidad”.
“Nos hubiera gustado una película que ilustrara una familia gitana con una niña lesbiana que recibe el apoyo de todos. Eso es un ejemplo a seguir y ocurre. ¿Qué no sucede en la mayoría de los casos? Tampoco en muchas familias payas. Podría haber optado por dar otro perfil, como los casos que le contamos personalmente las compañeras, de familias que no solo lo han aceptado, sino que han protegido a estas chicas de todo el daño que les llega de fuera por ser gitanas, lesbianas y mujeres”, explica Ana Hernández.
Hartas de papeles en los que los gitanos aparecen como protagonistas de reyertas y conflictos, o como personajes de entretenimiento “exóticos”, estas mujeres reclaman que se refleje la heterogeneidad del pueblo gitano y que el cine social contribuya a difundir imágenes que se conviertan en referentes en su cultura. “El público de las campañas de homosexualidad siempre han sido payos y payas. Podría haber denunciado que no hemos tenido esa influencia para normalizar esta situación y contribuir con su película a ello”, zanjan.
Foto: Archivo AmecoPress.
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Estado Español – Cultura – Cultura y arte – Voces de mujeres; 5 jun. 18. AmecoPress