El Gobierno de Nicaragua intensifica su persecución a las feministas
El Movimiento Autónomo de Mujeres de Nicaragua (MAM) acusa al Gobierno de Daniel Ortega de perseguir a las feministas y tratar de desarticular los movimientos sociales. Según la coordinadora política del MAM, Violeta Delgado, la “caza de brujas” comenzó en octubre de 2007 con acusaciones “llenas de irregularidades” ante los tribunales y la prohibición a las instituciones públicas de tener relación con las feministas, y desde septiembre de 2008 asistimos a una “agudización de la cacería”.
El MAM participó en las elecciones generales de 2006 con el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), el único partido que apoyó la despenalización terapéutico, aportando al programa una agenda “de máximos” que incluía, entre otros puntos, la restitución de la institucionalidad en Nicaragua, el respeto a la democracia, y equidad y justicia social.
Para Violeta Delgado, esta alianza fue “la gota que colmó el vaso” y detonó el inicio de la persecución del movimiento feminista por parte del Gobierno de Daniel Ortega. En octubre del año pasado se ratifica la penalización del aborto y comienza el acoso: “Se abre el proceso contra nueve de nosotras por una sarta de acusaciones como asociación ilícita para delinquir, apología del delito del aborto, complicidad por delito de abuso sexual”, entre otras denuncias que forman parte de una investigación que todavía sigue abierta.
Comienza el veto –continúa Delgado- a las instituciones públicas y se les impide tener vínculos y relaciones de colaboración con las asociaciones de mujeres a nivel local, incluyendo la prohibición al Ministerio de la Familia de remitir mujeres a los centros de intervención en violencia.
En septiembre “se agudiza la cacería” con una campaña pública contra la feminista Sofía Montenegro “al peor estilo cavernario, con una foto de ella en el canal de televisión del partido sandinista y un rótulo que decía ’agente de la CIA’ y una foto de su hermano muerto en la guerra contra Somoza”, cuenta la coordinadora política del MAM, y explica que “no hay familia nicaragüense que no haya vivido el drama de tener familiares en el lado sanidista y en el de Somoza” durante la contienda.
Desde el punto de vista administrativo, el Gobierno cuestiona además la existencia legal del MAM porque no está constituido como fundación ni como asociación, figuras que se componen por listas cerradas de personas, de ahí que el movimiento no se acoja a ninguna de las dos opciones.
La denuncia de Zoilamérica
Respecto al hecho de que la hijastra de Daniel Ortega, Zoilamérica Narváez, haya retirado la denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) contra su padrastro por abusos sexuales, Violeta Delgado explica que presentó la acusación hace diez años ante la Fiscalía de Nicaragua pero Ortega no fue encausado porque se amparó en la inmunidad parlamentaria y no llegó a ir los tribunales.
Aunque en 2001 Ortega renunció a su inmunidad “para atender esta acusación” el delito había prescrito, pues habían transcurrido cuatro años desde que la hijastra presentó la denuncia. Entonces Zoilamérica Narváez acudió a la CIDH para denunciar esta vez al Gobierno nicaragüense “por obstrucción a la justicia”; por tanto, “quién juzgaba la comisión era al Estado y no a Daniel, que debió haber sido juzgado en Nicaragua”, matiza Violeta Delgado.
El MAM considera que ha habido una manipulación de todo este asunto porque Zoilamérica aseguró que retiraba la denuncia al haber sido utilizada políticamente, y el Gobierno nicaragüense ha tratado de difundir que quienes se habían aprovechado eran las feministas, en un intento más de desmovilizar el movimiento de mujeres.
Fotos: AmecoPress
Pie de foto: Violeta Delgado durante la conferencia pronunciada en la Asamblea Feminista de Madrid, invitada por Acsur-Las Segovias y Las Tejedoras.
Internacional- Movimiento feminista- Acoso sexual; 13 octubre (08) AmecoPress
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