En el marco de la II Jornada Culturas, Género y Sexualidades

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado presenta su informe ’El camino hacia una vida digna’

27 de octubre de 2016.

Por Berta Blanco

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Paloma Favieres, representante de CEAR, asegura que la formación de agentes es básica para tratar las solicitudes de asilo por motivos de género


Madrid, 27 oct. 16. AmecoPress. La Unión de Asociaciones Familiares (UNAF) ha organizado la II Jornada Culturas, Género y Sexualidades: Cruzando fronteras hacia la libertad sexual. UNAF ha contado con Paloma Favieres, responsable del Servicio Jurídico de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado para presentar el informe anual de la entidad sobre la situación de las personas refugiadas.

La Unión de Asociaciones Familiares (UNAF) ha celebrado esta mañana la II Jornada Cultura, Género y Sexualidades: Cruzando fronteras hacia la libertad sexual. El encuentro se ha celebrado con el objetivo de reconocer la diversidad de la orientación sexual y la identidad de género que está presente en todas las sociedades y sensibilizar sobre los efectos que tiene la discriminación y los retos a los que se enfrenta el colectivo.

En el marco de esta jornada, UNAF ha contado con la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) para explicar su presentar anual sobre personas refugiadas. Paloma Favieres, coordinadora del informe, responsable del Servicio Jurídico de CEAR y abogada experta en Derechos Humanos, ha sido la encargada de explicar El camino hacia una vida digna, título elegido para el informe.

“Hablamos del camino hacia una vida digna en relación a las persecuciones que sufren determinadas personas por motivos de género: identidad u orientación. El informe recoge distintos testimonios de personas atendidas por nuestra organización”, presenta Favieres. La coordinadora del informe ha comentado que en España no hay “materia de género” pero, desde 2009, la nueva ley de asilo introduce a las personas que sufren persecución por estos motivos.

A pesar de este avance, Favieres ha explicado que las valoraciones que se tienen que hacer al respecto son “muy subjetivas”. En todas las solicitudes de asilo, hay que poner en balanza dos elementos. El primero de ellos es el temor que alega la persona, que es el subjetivo. Este tiene que estar en concordancia con el segundo, que sería el objetivo: debe ser fundado, es decir, tiene que causar daños graves y reiterados en el tiempo, en relación a los Derechos Humanos. “Estos criterios son muy subjetivos por más que se intenten objetivizar”, plantea Favieres.

"Probar la realidad de un relato -más en identidad de género- es complicado. Yo no puedo valorar su verdad, sino su coherencia y verosimilitud. En temas de género, por ejemplo, pesa más la razón objetiva, pero se tienen que dar los dos", explica.

Respecto a las estadísticas, las oficinas de asilo solo basan sus cifras en criterios de edad y sexo, no género. "Podría decir una cifra al azar, pero se desvirtúa la realidad. Puedo hablar de que en CEAR si atendemos a 400 personas, entre el 30 y el 40 por ciento son por motivos de género", advierte Favieres.

Detectar indicios

“En temas de orientación sexual o género, salvo en países donde está penalizado, la persecución no viene por parte del Estado. El agente de persecución suele ser otro, lo que llamamos ‘terceros agentes’, no estatales”, explica Favieres. En estos casos, uno de los principales problemas es que las autoridades del país que recibe la solicitud, puede alegar que se debe pedir protección, antes, al propio país.

En este ámbito, es muy necesario el trabajo en equipo. “Profesionales de todos los ámbitos necesitamos trabajar de manera conjunta, para poder crear una red de personas especializadas en temas que tienen que ver con el género”, defiende la representante de CEAR. Para tratar estos temas, se necesita mucha información en todos los ámbitos: salud, servicios sociales y cualquier tipo de atención. “Cualquiera puede detectar indicios”, explica. “Tenemos que valorar todos los hechos, no solo la situación de la persona en la actualidad, sino arañar en lo que pasó en origen y en el tránsito. Hay cosas que surgen del pasado”, comenta Favieres.

Este tipo de agentes se pueden encontrar diferentes problemas, especialmente en temas de género. “Algunas mujeres están sin documentos o incluso requieren la firma del marido. Muchas no pueden salir porque para sacar a sus hijos necesitan una autorización. La falta de vías legales y seguras tiene una horrible consecuencia: las personas se ponen en manos de traficantes”, ejemplifica la representante de CEAR.

La diferencia frontera-territorio

La ley española tiene un procedimiento diferente para personas en frontera y personas en territorio. "En el aeropuerto intervenimos solo agentes jurídicos, sin herramientas ni mediadores, solo el testimonio de una persona a la que nos enfrentamos ‘cuerpo a cuerpo’. En la frontera, se exige un plus en concordancia. Aquí existen causas de negación que no existen en territorio”, plantea Favieres.

El Tribunal Supremo se pronunció en esta diferencia frontera-territorio, y dio la razón a CEAR en que esos procedimientos eran realmente acelerados. La coordinadora ha planteado que “en los últimos dos años, en la frontera y por motivos de género, se ha ampliado el asilo considerablemente. Suponemos que la decisión del TS tiene que ver, pero también el foco, la incidencia y la formación continuada que proporciona la oficina de asilo a los agentes”.

Favieres ha mencionado también el caso de las mujeres víctimas de violencia de género. "Nunca me he encontrado con un caso de violencia de género en el que la oficina de asilo haya puesto en duda el relato. En estos casos, la oficina de asilo no te puede exigir una prueba plena", relata.

Las personas solicitantes de asilo tienen tres opciones. Se puede reconocer su refugio, reconocer el derecho a una protección subsidiaria que se da, por ejemplo, si hay un conflicto bélico que afecta a la población civil, o se puede dar una autorización de permanencia por razones humanitarias. "España lleva dos años sin dar ninguna por razones humanitarias. No suele ser frecuente; las personas tienen que buscar otras vías", explica la representante de CEAR.

Existen dos nuevos paquetes de asilo, nuevos reglamentos que quieren refundir las directrices de acogida basándose en un sistema más justo y solidario. Favieres ha comentado que lo que realmente persiguen es “acabar con los movimientos secundarios porque esas personas ya no se van a poder mover a otros países, a no ser que quieran quedarse excluidas del sistema de protección”.

Foto: AmecoPress
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