"Si lográramos establecer la economía feminista, no tendríamos el paro que tenemos en España"
Madrid, 14 jul. 16. AmecoPress. La economía feminista está cobrando importancia en los sectores más críticos de la sociedad. AWID, la mayor organización feminista internacional, el Centro para el Liderazgo Global de las Mujeres (CWGL) y la Red de Mujeres Africanas para el Desarrollo y la Comunicación (FEMNET), se han unido para realizar las ‘Propuestas Feministas para una Economía Justa’. Buscan un nuevo modelo en el que no se ataquen los derechos humanos y los de las mujeres, como hace el actual neoliberalismo y la economía de mercado. Desde AmecoPress, hemos contactado con Begoña San José, activista por los derechos de las mujeres, para que nos explique su visión sobre el concepto de economía feminista y sobre las propuestas desarrolladas por estas tres ONGs.
¿Cómo definiría el concepto de “economía feminista”?
La economía se define como la administración eficaz de bienes escasos para satisfacer las necesidades humanas, pero no considera los bienes y servicios producidos por el trabajo doméstico no pagado, asignado a las mujeres. El núcleo de la economía feminista es la demostración de la necesidad y del valor del trabajo de cuidados, y la reivindicación de que se reconozca, se reparta por sexos y se pague, sobre todo el cuidado de la infancia y las personas dependientes, como dice el libro Si las mujeres contasen de la neozelandesa Marilyn Waring en 1988.
De ahí surgen muchas otras ideas y reivindicaciones, como las impulsadas por la Asociación Internacional para la Economía Feminista (IAFFE), creada hace 25 años, que agrupa mayoritariamente a economistas, pero también otras profesionales, activistas y estudiantes de 64 países con un gran trabajo de estudio y de incidencia académica, política y social, con sus encuentros anuales, cursos, la revista Feminists Economics y otras publicaciones. De ese tronco han salido ramas como la expresada en el libro colectivo de 2012, La economía feminista desde América Latina, y los Congresos de Economía Feminista del estado español.
¿Qué diferencia a esta economía con el neoliberalismo actual?
El neoliberalismo, con sus dogmas de desregulación del mercado y de reducción del gasto público y del papel del Estado para redistribuir la riqueza y garantizar los derechos sociales, afirma que la desigualdad ‘dinamiza’ la economía. En cambio, en el feminismo denunciamos que la desigualdad ‘dinamita’ la economía, porque impide que cada persona aporte según sus potencialidades y las desarrolle, usando mil instrumentos de segregación sexual y social.
¿Y qué efectos tendría?
Si lográramos establecer la economía feminista, el reparto del empleo y los cuidados, no tendríamos en paro a 4.791.400 personas en España, más de la mitad mujeres, queriendo y no pudiendo trabajar, aportar, y cubrir dignamente sus necesidades. Tampoco alimentaríamos el monstruo de una economía financiera que no está al servicio de la economía real, de las necesidades de las personas sino, como dijo el Secretario General de Naciones Unidas en su Informe sobre Población y Desarrollo 2014, “del 8% de la población que acumula el 82% de la riqueza mundial”.
¿Cuál es el papel de las mujeres en este modelo?
El feminismo no pretende un papel para el conjunto de las mujeres. Quiere acabar con los roles de género, para que cada persona desarrolle su personalidad sin ese corsé. Pero sabemos que eso no surge dejando hacer, como dice el liberalismo, porque inevitablemente entonces los fuertes pisan o abandonan a los débiles, sean mujeres, menores, inmigrantes o personas mayores o en situación de dependencia. Queremos hacer de todo, sin asumir solas los cuidados, y para repartirlos hay que incluirlos en la agenda política mucho más de lo que han estado en las elecciones del 26J.
¿Qué supondrá el 13º Foro Internacional?
Del 8 al 11 de septiembre próximos, en Brasil, AWID convoca el Foro Alternativas feministas para la justicia económica y, junto al Centro para el Liderazgo Global de las Mujeres y la Red de Mujeres Africanas para el Desarrollo y la Comunicación (FEMNET), denuncian el modelo neoliberal imperante porque sigue aumentando la financialización o dependencia financiera, por los acuerdos comerciales como el TTIP, por la escalada de agresión a los ecosistemas y la biodiversidad, la pérdida de soberanía alimentaria y el arraigo de una base patriarcal-capitalista.
Personalmente, creo importante que AWID, la mayor organización feminista internacional, con miles de asociaciones de 163 países, acabe de lanzar la campaña, junto con CWGL y FEMNET porque, así como hay un gran debate mundial sobre el aumento de la desigualdad social a consecuencia de las políticas neoliberales, no lo hay sobre su impacto en la desigualdad de género.
¿Cuáles son los objetivos marcados?
Analizando críticamente los roles de género, buscan alianzas con el sindicalismo y el ecologismo, la economía solidaria y el concepto indígena de buen vivir, apuestan por la agroecología y la soberanía alimentaria, por el concepto de bienes comunes o compartidos, y por pasar a un nivel más bajo y sostenible de producción y consumo, como dicen en su página web.
¿Por qué considera necesario este modelo?
Porque las mujeres somos la mitad de la población mundial. De 1990 a 2013 la proporción de mujeres con empleo en el mundo bajó del 52 al 50%, y la de hombres del 81 al 77%, o sea que los mandatos de género marcan grandes diferencias, y el principal es el mandato de cuidar más de lo que nos cuidan. Hace veinte años la Conferencia de Beijing dijo que había que medir el valor del trabajo doméstico no pagado. Ahora que sabemos que supone entre el 25 y el 40% del PIB, lo que queremos es que se reparta, no sólo dentro de la familia, sino ‘mediante servicios públicos, infraestructuras y políticas de protección social’, que están en el 5º Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU para 2030, pero no en sus indicadores de seguimiento, lo que puede dejarlos en una declaración sin efecto real en nuestras vidas. Los propios ODS afrontan la crisis medioambiental y el aumento desenfrenado de la desigualdad social, pero no visibilizan suficientemente no sólo la situación diferenciada de las mujeres en la demografía, la salud, las migraciones, las guerras, el cambio climático, la producción de alimentos o la I+D, sino también nuestra voluntad de vivir sin discriminación y sin violencia, y eso es lo que las feministas queremos expresar.
Foto: AmecoPress, tomada de AWID
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