Jornada: Vulnerabilidad, Trata e Integración desde una perspectiva de Derechos Humanos

Integración para las víctimas de trata

11 de diciembre de 2014.

Por Redacción

Madrid | Estado Español | Derechos humanos | Violencia de género | Trata | Encuentros y Jornadas



Un proceso que se desarrolla en cuatro dimensiones: la justicia material, la integración laboral, el acceso a ciudadanía y la integración cultural


Madrid, 11 dic. 14. AmecoPress. Esta mañana el Proyecto Esperanza ha reunido a un centenar de profesionales para debatir y reflexionar sobre contexto social y económico actual, así como las dificultades, los retos y desafíos para integración de colectivos en riesgo de exclusión bajo el marco de la jornada: Vulnerabilidad, Trata e Integración desde una perspectiva de Derechos Humanos.

“Tras 15 años de intervención con más de 770 mujeres víctimas de la trata, teniendo en cuenta el contexto actual, queremos afianzar la idea de que la integración supone un proceso bidireccional que sólo es posible en un contexto de derechos humanos”, expone Marta González, Coordinadora de Proyecto Esperanza.

La Inauguración y Bienvenida corrió a cargo de Laura Ruiz de Galarreta, directora General de la Mujer de la Comunidad de Madrid, Elena Alonso, subdirectora general Adjunta de Integración de los Inmigrantes del Ministerio de Empleo y Seguridad Social y Ana Almarza, directora de Proyecto Esperanza.

En una de las mesas de debate, la psicóloga Iskra Orrillo explicaba que “la vulnerabilidad hace referencia a la falta de medios o recursos a nivel personal o material para hacer frente a la situación. Genera un sentimiento de indefensión frente al contexto por no poder hacerle frente sintiéndote débil ya que no tienes el control. A su vez, si te encuentras en un contexto donde los derechos no están garantizados (salud, educación, trabajo) este es generador de mayor vulnerabilidad”.

Por ello, el enfoque de recuperación tiene que ver con centrarse en “la fortaleza, resistencia y capacidad resiliente de la mujer. Debe partir de su compromiso por construir un proyecto de vida con sentido, bien-estar y satisfacción para ella”.

Sin embargo la experta recordó algunas de las barreras en el proceso de integración de las mujeres que han sufrido la trata como son: las políticas y prácticas que exigen a las mujeres que se asimilen y que el mayor esfuerzo provenga de ellas; discriminación, estereotipos, prejuicios que implican una etno- estratificación; la paradoja de que para acceder a los derechos que les corresponden se les solicite que se identifiquen continuamente como “víctimas” y cuenten su historia y, al mismo tiempo, para acceder al mercado de trabajo deban ocultar su historia para evitar la estigmatización y el rechazo social.

La integración no es un proceso lineal y progresivo que permita ir midiendo avances o retrocesos en un itinerario imaginario. Desde la perspectiva del Proyecto, la integración es un proceso orgánico, es decir, ha de desarrollarse en múltiples direcciones de una forma armónica. Se trata de un proceso que se desarrolla en cuatro dimensiones: la justicia material, la integración laboral, el acceso a ciudadanía y la integración cultural.

Antonio Rivas, coordinador de Formación y Gestión del Proyecto Esperanza, sostiene que la medición de cada una de estas dimensiones enfrenta a las entidades a diferentes indicadores. “La justicia material nos pide encontrar mujeres que acceden a indemnización moral y económica. Su valor denunciando un delito no es una moneda de cambio, es un paso más para superar definitivamente su condición de víctima”. La integración laboral pasa por encontrar un trabajo que dé derecho a un nivel de renta digno.

Los indicadores europeos de medición de pobreza (A.R.O.P.E.) nos dan pistas sobre los niveles económicos y de bienestar a los que tienen derecho las mujeres víctimas de trata.

La integración ciudadana pone como horizonte indicadores tan obvios para el resto de la ciudadanía, pero que en ocasiones tan lejanos a las propias mujeres, que llaman la atención: la consecución de una identidad acreditada por un pasaporte, la posibilidad de pedir asilo y reagrupar a su familia que sufre amenazas y por su puesto el acceso a permiso de residencia y trabajo.

Finalmente una integración cultural, donde el propio equipaje de saberes tiene un valor y da autoestima y dignidad a la mujer, al tiempo que participa en un proceso de mestizaje no asimilador sino enriquecedor para ella y para el entorno.

Todo ello, tomado en conjunto, da un resultado mayor que la mera suma de las partes. La sensación de integración emerge no sólo de los resultados objetivos logrados en cada dimensión, sino también de la vivencia subjetiva de cada mujer. Rivas añade: No hay un “cuadro de mando” de indicadores para la integración, hay historias únicas de mujeres increíbles a las que tenemos el privilegio de acompañar y que nos dan la medición de la calidad de los derechos humanos de la sociedad en la que vivimos.

Experiencias

La mesa de experiencias, moderada por Patricia Simón, de Periodismo Humano, compartió las iniciativas, logros y desafíos en torno a la integración. Expusieron sus proyectos la Agrupación Desarrollo Los Molinos - Mercedes Liébana-, la Fundación Raíces -Lourdes Reyzábal- , la Red de Asociaciones de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe en España -Mercedes Rodríguez- y Mundo Cooperante -Albán Pino-

El Proyecto Esperanza presentó un video de sensibilización, enfocado a visibilizar los logros, las dificultades y los retos para lograr la integración de las mujeres sobrevivientes de la trata, a través del testimonio de 3 víctimas. Esta herramienta audiovisual forma parte de un proyecto de sensibilización que tiene como objetivo generar conciencia sobre los factores que inciden en la integración y sobre la necesidad de implicación, tanto de la sociedad de acogida como de la administración, para promover alternativas, recursos y buenas prácticas para facilitar en los procesos de inserción social y laboral de las mujeres víctimas de trata con fines de explotación. https://www.youtube.com/watch?v=2tTgE3S6II8&list=UUnS7ZNAXxIrjswf7qlIlIug

Proyecto Eesperanza quiere incidir en que estas mujeres han de enfrentarse a una situación de vulnerabilidad extrema: carecen de redes de apoyo, no conocen el idioma, ni el país, ni sus derechos, su situación administrativa es en muchos casos irregular y además están sometidas a amenazas. En este sentido Marta González, coordinadora del Proyecto, recuerda que “El delito de trata impacta en todos los ámbitos de la vida de las víctimas, ocasionando un daño en su salud integral. Por este motivo, es fundamental que el Estado cumpla con su obligación positiva de identificar los casos y apoyar su proceso de recuperación integral, como paso previo a facilitar su integración”.

La ONG entiende la Integración como un proceso bidireccional que sólo es posible en un contexto de derechos humanos y que no sólo depende de la persona que llega, sino también de la sociedad receptora y de las políticas públicas que se apliquen.

Foto: Archivo AmecoPress

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Estado español – Trata – Violencia de género – Encuentros y Jornadas; 11 diciembre. 14. AmecoPress

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