Mujeres fotoperiodistas en territorio de hombres
Barcelona, 24 abr. 11. AmecoPress/Donesdigital.- Igualdad de sexos; igualdad de oportunidades; integración laboral. Términos como estos parecen quedar obsoletos en un contexto occidental donde la mujer está totalmente incorporada al mundo laboral y tiene libertad de decisión y expresión equiparable a la del hombre. Sin embargo, las cifras hablan por sí mismas. Las mujeres siguen teniendo dificultades para acceder a la cima de sus profesiones y, cuando lo consiguen, llevan sobre sus espaldas el estigma de haber abandonado su casa, sobre todo si tienen hijos. El fotoperiodismo es una de las áreas donde más se nota la falta de miradas femeninas, por ejemplo, en el certamen World Press Photo, en sus 54 años de vida, sólo ha premiado 4 veces mujeres con el World Press Photo of the Year. ¿Por qué sucede esto?
Sheryl Sandberg, actual directora de operaciones en Facebook, da las siguientes cifras en una conferencia celebrada el año 2010 para el TED llamada "¿Por qué tenemos tan pocas dirigentes mujeres?". Entre 190 jefes de estado, sólo 9 son mujeres; en el mundo parlamentario sólo un 13% del total es femenino, y en el mundo empresarial las mujeres ocupan sólo el 15 %. En cuanto a la fotografía, la falta de estudios en profundidad nos imposibilita conocer qué opinan las fotoperiodistas sobre el tema o si la falta de mirada femenina es un problema de discriminación o sólo una casualidad.
En zonas de conflicto donde las mujeres están sometidas a dificultades más obvias, encontramos ensayos como el de Iqbal Pamimi sobre Palestina, donde se justifica la falta de mujeres fotoperiodistas mediante la infravalorización de la mujer en la cultura árabe -musulmana. En Occidente, la discriminación parece más sutil, casi imperceptible.
Joana Biarnés tiene 80 años, y fue la primera fotoperiodista de España. Recuerda con melancolía la primera vez que entró en la zona de fotógrafos de un partido de fútbol mientras el público la abroncaba y el árbitro paró el partido para decirle que ninguna mujer podía estar en esa zona.
Judith Butler, en su libro "Cuerpos que importan" explica que "el ’sexo’ es una construcción que se establece con la reiteración forzosa de unas normas, de manera que las diferencias entre el rol del hombre y de la mujer responden a las normas sociales de una época". Muy similar es lo que dice Linda Nochlin en los años 70 en el ensayo "¿Por qué no ha habido grandes mujeres artistas?", donde concluye que la causa se encuentra en una serie de factores sociales e institucionales que han imposibilitado el desarrollo libre de la mujer.
De alguna manera, como dice la escritora feminista Kate Millett, el machismo es un elemento más de orden social. Ahora algunas fotógrafas jóvenes admiten la desigualdad hombre-mujer pero consiguen convertir las diferencias de sexo en una virtud. Así, fotógrafas que han trabajado en zonas de conflicto como la fotoperiodista Sandra Balsells o Lourdes Sesgade, admiten que ser mujer les ha abierto las puertas a situaciones íntimas con otras mujeres de la zona y que ser consideradas como "inferiores" ha provocado que no se las considerara problemáticas y se ignorara su presencia en situaciones peligrosas.
Cuando hablamos de la familia, sin embargo, el obstáculo sigue estando presente, y la mayoría de fotoperiodistas deben escoger entre familia o trabajo. “Las mujeres - dice Sheryl Sandberg - se enfrentan a opciones más difíciles que los hombres entre el éxito profesional y la realización personal”, y el centro de estas decisiones es la maternidad. Anna Turbau, que tuvo que dejar de trabajar como fotógrafa durante unos años para poder dedicarse a sus hijos, recuerda conferencias de fotoperiodistas donde la única que tenía hijos era ella.
La superación de la barrera familiar supone un conflicto infranqueable para muchas mujeres, pero aquellas que deciden quedarse en el mercado laboral deben enfrentarse a un panorama donde, aunque más sutilmente, la mujer no goza de igualdad hacia el hombre y, por más imperceptible, el problema es ahora más difícil de detectar y más complicado de enfrentar que hace unos años.
El feminismo de los años 70 parece que ha quedado obsoleto, y hoy muchas de las reivindicaciones que planteaba producen incomodidad. Pero ahora más que nunca se ve clara la necesidad de hacer hervir un nuevo grito que pida la igualdad absoluta para aquellas mujeres que elijan avanzar en su vida profesional. En el mundo de la fotografía la presencia de mujeres fotoperiodistas es necesaria para entender el mundo desde otra mirada. Necesitamos la mirada femenina.
Foto Archivo AmecoPress: Sandra Balsells 1. Joana Biarnés, con su cámara fotográfica, en los tejados de la Plaza de Oriente de Madrid.
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Medios de Comunicación – Comunicación y género. 24 abr. 14. AmecoPress.