“Mujeres y Literatura” en el Ateneo de Madrid
El ciclo de conferencias organizado por
Pérez de Tudela se encargó de presentar la figura de Urraca de Castilla, cuya vida estuvo marcada por la última derrota que sufrió su padre, Alfonso VI, frente a los almohades, en Uclés. En ella falleció su hermano, el infante Sancho, convirtiéndose Urraca en heredera del reino. Desde su cargo se vio obligada a casarse con el rey de Aragón y Navarra, Alfonso el Batallador, buscando la unidad de los reinos peninsulares. Su idea de unión territorial supone un importante adelanto en el tiempo.
María Isabel Pérez también destacó el convulso reinado de Urraca con una realidad de guerra civil y de revoluciones burguesas, sobre todo en Compostela y Sahagún, junto con las confrontaciones personales con su cónyuge. Ante esta situación, los obispos tratan de sacar provecho de la soberana, sobre todo, el de Compostela, Giraldo Gelmírez, quien en algunos de sus escritos la nombra como Hezabel y dice de ella que sólo aspiraba a la rapiña y a la destrucción, pues es una fiera, sedienta de dinero. Según la profesora de
Las mujeres eran adúlteras, pero no los hombres
María Teresa Arias habló de la vida de la concubina, Leonor de Guzmán (1310-1351) quien mantuvo una convivencia ilícita con Alfonso XI, el Justiciero, con el que tuvo diez hijos. Según las crónicas, Leonor era una mujer de gran inteligencia, aconsejaba al rey y actuaba como mediadora entre éste y sus súbditos. No tenía ambición de ser reina, sólo de conseguir bienestar y buena posición para sus hijos.
Sin embargo, en esa época las relaciones extramatrimoniales eran comunes por diversos motivos que justificaban la situación del hombre, pero que convertían a la mujer en adúltera. La justificación para ellos eran los matrimonios pactados, su necesidad de tener descendientes que heredasen sus títulos y la gran mortalidad infantil.
La opinión de las mujeres no tenía ninguna importancia en un mundo de hombres donde primaban razones de linaje. Socialmente, las relaciones extramaritales eran toleradas porque la mayoría de los nobles hacía lo mismo y los parientes implicados, disculpaban la situación ya que recibían honores y riquezas.
Leonor de Guzmán tuvo un lugar muy destacado en la política y en la sociedad de su tiempo, aunque al morir el rey, nadie le apoyó y la reina ordenó su muerte.
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Fotos: AmecoPress
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Cultura – Debates – 7 febrero, 08 (AmecoPress)