La mujer de enfrente

Contra las mujeres, reveses más que derechos

22 de octubre de 2013.

Por Leticia Puente Beresford

Internacional | Opinión | Legislación | Legislación y género | Nueva York



“Lo mejor es que, como dice el dicho, “por sus logros las conocerás” o bien por sus errores o por sus enemigos ganados a pulso, por sus infortunios o por sus luchas para lograr un lugar para cada persona en el mundo, con justicia”


Nueva York, 18 de octubre de 2013.- “¿Y ahora qué quieres, mujer, quien te entiende?... Tienes tantos derechos que a estas alturas solo sigues contando cómo se le da el revés”.

La historia de las mujeres no es sólo aquella que cuentan quienes la han tejido con sus vidas, o la que relatan quienes a toda hora buscan formar “redes” como las arañas y que en lugar de avanzar se enredan en telarañas sin salidas, ni alternativas para dar una visión diferente de la población femenina, y que dejen de existir dichos como “mujeres juntas, ni difuntas”.

Lo mejor es que, como dice el dicho, “por sus logros las conocerás” o bien por sus errores o por sus enemigos ganados a pulso, por sus infortunios o por sus luchas para lograr un lugar para cada persona en el mundo, con justicia.

Cuando no pueden o quieren conceder esa justicia, se les escucha decir, a modo de disculpa: “mujer, ponte en mi lugar”, y eso lo dicen tanto hombres que entienden sobre los derechos de las mujeres como a las propias mujeres que, pese a tener un cargo de elección popular, por el voto, se pierden en el camino y se conforman con migajas.

O bien, ven la justicia con otra óptica: si es “de las nuestras”, tiene derechos, si no es de grupo, pues se le da un “revés” y esa es la manera en que tejen su “democracia”, su justicia. Así se justifican los reveses que dan, en contra de los presuntos principios y derechos que enarbolaron y que las llevaron a poder; principios y derechos que ellas seguramente no ganaron, sino que los heredaron de nuestras ancestras.

Uno de esos derechos, de los cada vez más que pueblan el calendario, es el derecho a sufragar y ser sufragada, obtenido por las mexicanas en una fecha tan tardía como el 17 de octubre 1953, apenas 60 años de derecho al voto. Poco se ha avanzado, porque pese a que la población de mujeres mexicanas supera en algo a la de hombres, es aún necesario recordar la paridad y se imponen “cuotas” mínimas de representación, que casi nunca se cumplen.

Es el colmo que a tantos años de distancia, no solo en México sino en todo el mundo, persista esa diferencia que minimiza la presencia de las mujeres en el ámbito político. De ahí la importancia de no cesar en la exigencia para que se cumplan todas las leyes que permitan en este planeta gozar de la vida y vivir una vida digna, que nos alejemos de todo lo que atente con los derechos ganados a pulso.

Además, no falta un solo día el año en que no se den noticias sobre las violaciones a los derechos humanos de las mujeres, en todo el mundo, en países pobres, ricos, del norte, del sur, historias sobre cómo se destruye la vida de las mujeres, dadoras de vida. Y en esos ataques, en esa violencia, en esa violación de derechos, están involucradas también mujeres desleales a su género.

Y todo ese panorama adverso pasa sobre la ley, sobre las constituciones de cada nación, sobre los adelantos tecnológicos, aún en países del llamado “primer mundo”, en la nación más poderosa del planeta, como es Estados Unidos. No, aquí la situación no es tan diferente a lo que sucede a otras mujeres, los “reveses” a las mujeres son pan de cada día y avergüenza.

Hay dos casos recientes que recuerdo: uno es el de Nestora Salgado, dirigente de las guardias comunitarias de su pueblo, en Guerrero, presa en una cárcel de alta seguridad, sin que medie delito alguno, y la veracruzana Juana Villegas, a quien tan pronto dio a luz se le encarceló en Nashville, Tennessee, como denuncia The New York Times. Puede ser que Juana obtenga su estatus legal e incluso una indemnización económica. No es el caso de Nestora, cuyo caso tienen que resolver tanto las autoridades estadounidenses como las mexicanas, porque ella ostenta la doble nacionalidad.

 Son tantos los reveses contra las mujeres qué… ¿cuál derecho era el que íbamos a festejar?

Foto: Archivo AmecoPress.

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Internacional – Opinión – Legislación y género. 21 oct. 13. AmecoPress.

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